El alcalde de Maricao, Gilberto Pérez Valentín dijo ayer que en su pueblo no hay pobres, sino humildes.

El incumbente, que lleva 20 años en la silla municipal, rechazó así los datos del censo federal de 2010, que reveló que dos de cada tres de los habitantes del Pueblo de las Indieras viven bajo el nivel de pobreza. Según el censo, Maricao tiene el ingreso per cápita más bajo de todos los 78 municipios y encabeza la lista de beneficiarios del Programa de Asistencia Nutricional (PAN).

“Pobre soy yo que no tengo ni casa. Yo vivo con mi mamá. Hay más pobres en (la barriada) La Perla, en San Juan, en Bayamón y en Guaynabo. Yo no puedo aceptar que me pongan a mi pueblo como demasiado de pobre”, dijo en tono de queja.

“Hay pobreza en el mundo entero y hay pobreza de espíritu. Hay personas que viven en mansiones y son más pobres de espíritu. Nosotros somos humildes. Hay personas que tienen millones y son pobres. Los maricaeños vivimos en un paraíso. Que nos falten algunas cosas, pero la calidad de vida acá es superior, no tenemos matanzas”, sostuvo Pérez.

No aceptó tampoco los datos del Censo Federal que arrojaron una merma de 2.7 por ciento en la población del municipio.

El alcalde no quiso admitir tampoco que el pueblo carece de farmacia y que sus compueblanos tienen que moverse hasta Las Marías. “Hace un año que hay un edificio comprado y están en los trámites. Vamos a abrir una farmacia”, dijo sin precisar cuándo.

Pero su retador por el Partido Independentista Puertorriqueño (PIP), Maximino Rivera López, le salió al paso al alcalde.

“La pobreza en Maricao es un problema bien serio que muchos no quieren reconocer. Consideran que porque ellos están bien, no hay necesidad en otros”, sostuvo el candidato a alcalde, legislador municipal y maestro de matemática.

Rivera dijo que el problema está íntimamente ligado al analfabetismo. “El pueblo tiene una tasa del 11 por ciento. Es la segunda más alta de la Isla después de Culebra. Usualmente esos dos indicadores demográficos se persiguen uno al otro”, sostuvo el líder pipiolo.

Indicó que en el caso de Maricao, la pobreza se agrava por dificultades en la infraestructura de comunicaciones, acceso, carreteras y búsqueda de servicios. “ Se hace muy difícil traer materia prima y procesarla y que la población esté conectada a otras áreas que permitan el desarrollo económico del pueblo”, afirmó el aspirante a la Alcaldía.

Dijo que no hay un plan concreto tanto del Gobierno Municipal como del estatal para sacar a los maricaeños de la pobreza. “La razón es sencilla: es un asunto político. En la medida en que esas personas permanezcan pobres, dependientes del Gobierno, van a ser leales a quien quiera que les dé el servicio y eso prácticamente asegura que no va a haber cambios. Opera en beneficio de la administración mantener esa gente pobre, porque de esa manera personas sumidas en la dependencia dependen del Municipio para cubrir sus necesidades básicas”, expresó.

Indicó que Maricao tiene un potencial enorme en la agricultura. “Hay que explotarlo estableciendo cooperativas de servicios agrícolas en el cultivo de café orgánico, plantas ornamentales, cultivo de hortalizas y otras áreas agrícolas artesanales bajo el modelo cooperativista”, sostuvo el maestro.