Egresados de la Central High School celebran su día
Ahora buscarán elevar el reconocimiento a nivel nacional.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 9 años.
PUBLICIDAD
Exalumnos de más de 30 clases graduadas de la Central High School se reencontraron este domingo en el plantel ubicado en Santurce para festejar el Día del Centralino, establecido mediante proclama por la Cámara de Representantes de Puerto Rico.
Durante el Junte Centralino, originado en mayo de 2014 para reunir anualmente la mayor cantidad de egresados posible, estuvieron presentes reconocidas figuras de diversas áreas del quehacer puertorriqueño como el artista plástico Antonio Martorell, el comediante y animador Luis Antonio Rivera, mejor conocido como “Yoyo Boing”, y el periodista Jorge Rivera Nieves.
También asistió el licenciado Héctor Jiménez Juarbe, exdirector ejecutivo de la Compañía de Fomento Industrial y exdirector ejecutivo de la Asociación de Industriales de Puerto Rico, y el licenciado Pedro Nicot Santana, quien fungió como secretario auxiliar de Rentas Internas para 1976 cuando el hoy juez federal senior Salvador Casellas era secretario de Hacienda.
Uno de los exalumnos de mayor edad que recorrió este domingo los pasillos de la renombrada institución académica fue Rafael Alejandro Encina, de 91 años, perteneciente a la clase de 1941.
Durante el junte, los “centralinos” no solo compartieron recuerdos de sus años en esta escuela con sus compañeros de clase, sino que aprovecharon para conocer a los alumnos que les precedieron y a los que les sucedieron, un paso importante en las intenciones del grupo de constituirse como un brazo de apoyo para la institución y sus estudiantes.
“Nosotros pedimos hacer el Día Nacional del Centralino, pero eso es algo que requiere un proyecto de ley y la firma de gobernador, por lo que nos dieron primero el Día del Centralino a través de una proclama de la Cámara de Representantes. Ahora vamos detrás del Día Nacional del Centralino”, señaló Alfredo Batista Rodríguez, presidente de la junta directiva de la actividad.
Batista Rodríguez explicó que esa es la vía que les permitiría sumarse con mayor eficacia en el mejoramiento de la planta física de la escuela, proceso para el que requieren la colaboración del Departamento de Educación y de la Oficina para el Mejoramiento de las Escuelas Públicas (OMEP).
“Esto es un monumento histórico desde 1976 y está totalmente abandonado. La escalera está deteriorada, el piso del gimnasio no sirve, pero estamos en vías de arreglarlo. Aquí hay un problema con el comején, hay cuatro salones sin ventanas a los que entran las ratas. Se le han enviado emails a OMEP y al Departamento de Educación y no dicen presente”, indicó Batista Rodríguez.
Por lo pronto, los directivos del Junte Centralino comenzaron a otorgar $4 mil en becas a estudiantes de escasos recursos económicos ($2 mil por semestre), cantidad que esperan aumente en la medida en que sus próximas actividades resulten exitosas. El próximo junte será el 15 de noviembre para festejar el 115 aniversario de la Central High en el Hipódromo Camarero.
Destacan la calidad educativa
El pintor Antonio Martorell, de la clase de 1956, calificó la educación recibida en este recinto como “estupenda”.
“Entonces se ofrecían en la escuela pública cursos que no se dan hoy ni siquiera en la privada. Yo tomé dos años de francés aquí. Aquí era una formación ideal preuniversitaria. Yo le debo en gran medida mi educación formal a este lugar y a sus maestros”, manifestó Martorell.
Yoyo Boing, por su parte, guarda recuerdos gratos de la que fue su “familia” a mediados del siglo pasado.
“Para mí esta escuela era tremenda. Fue algo tan y tan bonito estudiar en la Central. Y después de tantos años, llegamos aquí hoy y nos hablamos como si fuera ayer. Esto era una familia”, expresó el presentador del programa Puertorriqueñísimo, de Puerto Rico TV, graduado en 1951.
Hector Jiménez Juarbe comentó que el prestigio de la Central High School era tal que estudiar allí “era casi como ir a la universidad”.
“Yo creo que era en todo el sentido de la palabra una escuela, donde no solo se recibía la enseñanza sino que se aprendía a través de los compañeros experiencias que los otros tenían. Yo vengo de Villa Palmeras y tenía compañeros del Condado que daban viajes a Europa y demás, y a través de ellos tenía por experiencia vicaria esa experiencia también”, expuso.
Rafael Alejandro Encina, quien trabajó toda la vida en compañías de telefonía en Puerto Rico y Estados Unidos, compartió que tuvo buenos maestros y que esta institución “me ayudó a encaminarme”.