Educan a estudiantes en la crianza de gallinas ponedoras para crear microempresas
El proyecto de la organización comunitaria Puerto Rico Somos Gente ya ha sido premiado.
PUBLICIDAD
Añasco. ¿Cómo de la emergencia nace la autosostenibilidad? Para Joseph Cortés, la respuesta está en tener una visión del futuro optimista y el deseo ferviente de servir al prójimo.
Y es que Cortés fue uno de los muchos puertorriqueños conmovidos por los estragos que arrastraron los huracanes Irma y María, en el 2017, pero fue de esa experiencia que surgió la fundación de un centro comunitario de servicios, Puerto Rico Somos Gente, que aún está impactando a cientos de personas, particularmente en la región oeste.
“Al ver madres solteras que estaban en los refugios que no podían lactar a sus bebés, Dios inquietó mi corazón y, entonces, (me dije) ‘Joseph, no te puedes quedar quieto’”, rememoró desde la sede de la fundación, que opera de la Antigua Escuela Ovejas.
Relacionadas
Desde el 2017, el centro ha desarrollado un sinnúmero de proyectos. El más reciente, y el que fue reconocido en enero con el premio “Innovación del año” por Puerto Rico Voluntary Organizations Active in Disaster (PR VOAD), es el de educación de microempresarismo criando a gallinas ponedoras.
El programa está dirigido a jóvenes estudiantes, quienes también pueden completar sus horas de contacto verde requeridas por sus escuelas. Por los pasados tres meses, se les instruye a los alumnos a alimentar y mantener limpia las jaulas de las gallinas con el fin de que conozcan la cotidianidad de cuidar a gallinas ponedoras, aves que pueden resultar en una fuente económica lucrativa.
“Ha sido todo un éxito”, celebró Cortés, quien también recalcó la importancia de la educación, al considerarlo como “el primer paso para combatir la criminalidad y problemas sociales”.
“Que los niños que (tomen) los adiestramientos (vean) que sirve como un ingreso también para ellos y sus familias, también para el consumo, porque actualmente, ahora mismo, los huevos están muy caros. Esa es la realidad, (pero) estoy seguro (que con la educación) esto va a cambiar”, comentó mientras las 15 gallinas de la entidad cacareaban a sus pies, ansiosas por comer del alimento que iba a repartirles.
El programa nació hace un año gracias a Glorimar Ortiz, secretaria de la fundación y prometida de Cortés, a raíz del alza en precios de huevos debido a los contagios por gripe aviar en los Estados Unidos, problemática que aún repercute en la Isla.
Tras recibir el visto bueno de la Junta, la fundación les dio la bienvenida a 10 gallinas raza New Hampshire y cinco Buff Wyandotte. Las gallinas, quienes cabían en cajitas de bizcocho de panadería cuando primero llegaron, ahora son robustas y, evidentemente, bien cuidadas y alimentadas. Ya adultas ponen un total de hasta 20 huevos diarios.
Hoy día, entre 25 a 30 estudiantes, de planteles públicos de Añasco y Rincón, se han encargado durante los pasados tres meses de cuidar de ellas.
“Esto ha sido un ‘boom’. Nos han querido hasta comprar las gallinas, nos han querido comprar los pollitos porque compramos incubadoras para que el proceso sea más rápido”, aseguró Cortés, que también es técnico de asistencia social y familiar en el Departamento de la Familia.
“Tengo a estudiantes que les han dicho a sus papás y le han comprado pollitos. O sea, que ya estamos viendo los resultados de ese programa”, continuó al adelantar que tiene como meta “poder tener 100 gallinas durante este año para que el programa sea efectivo” y de vender los huevos a pequeños comerciantes y “posiblemente a supermercados”.
Por ahora, los huevos los consumen los mismos voluntarios y los misioneros estadounidenses que llegan a Añasco a participar de otros programas del Centro. También, la organización les regala docenas a envejecientes añasqueños.
“Válgate, esto es algo súper excepcional, porque la acogida (ha sido muy buena)”, estimó Michelle Yulfo, una de los cerca de 60 voluntarios permanentes de Puerto Rico Somos Gente.
“Esto es algo que se mueve”, agregó la voluntaria, quien ha prestado sus servicios por los pasados tres años.
“Hay que poner a los demás primero”
Aunque inverosímil, Puerto Rico Somos Gente es mucho más que sus gallinas. Tiene seis programas en funcionamiento y muchos más que se encaminan. Además del proyecto de educación a estudiantes, que también incluye talleres de preparación para enfrentar desastres, la entidad tiene el programa “Valóralo con tus manos”, enfocado en reconstruir hogares afectados por los desastres naturales recientes.
“Lo importante es que el programa busca que tu casa sea segura para futuros fenómenos atmosféricos. Involucramos también al recipiente para que, de alguna manera, valore ese trabajo que se está haciendo con sus manos”, explicó Cortés.
Para esto, cuentan con el apoyo de misioneros cristianos de Praying Pelican Missions.
“Al no tener tantos contratistas, se nos hacía un poco más retante que fuera sustentable o 100% de voluntarios”, comentó.
Con el propósito de ayudar a la comunidad puertorriqueña más necesitada, Stella Bowers, de 18 años, y Sofia Cancio, de 21 años, emprendieron en su primer viaje misionero. Ella, así como una decena de otros, se han encargado de rehabilitar los salones del antiguo plantel para convertirlo en un refugio que albergará a sobre 50 personas.
“Realmente creo que fue una muy buena oportunidad para recordar que para acercarnos a Dios hay que poner a los demás primero y cuando sirves a los demás te hace pensar menos en ti mismo y más en Dios y también conocer gente, hacer conexiones y una buena experiencia cultural”, mencionó Bowers, oriunda de Clarksville, Tennessee, y estudiante de Belmont University, en Nashville.

“Cuando yo apliqué para esta misión estaba muy emocionada para venir a Puerto Rico, (por) todo lo que se escucha y me encontré un poquito decepcionada saber que no íbamos a ir a una ciudad grande, como San Juan, Carolina o algo de eso, pero justo hoy le estaba diciendo a uno (de mis compañeros) es que algo que agradezco es no haber ido a San Juan o Carolina. Agradezco haber venido a un pueblo como este que está un poco más excluido, porque me dio la perspectiva de todas las demás personas, porque la media, la televisión, la música te cuenta una historia de Puerto Rico que no es la realidad para todos. Hay muchísimo más”, confesó Sofía Cancio, también estudiante de Belmont University y quien cursa pre-fisioterapia.
“Tenemos muchas personas que pasan hambre”
Otro programa de la fundación es “Abraza a un envejeciente” que les otorga “cajitas de amor”, que incluye compras, artículos de primera necedad y suplementos, a hasta 120 envejecientes que viven solos.
Además, Puerto Rico Somos Gente tiene un banco de alimentos que regala compras a unas 80 familias necesitadas residentes en los barrios de la montaña de Añasco: Ovejas, Cerro Gordo, Corcovada y Humatas.
“Lo que busca (el banco de alimentos) no (es) crear mantengo, porque no queremos eso, pero sí impactamos a la gente que pasa hambre. Tenemos muchas personas que pasan hambre y es triste, es triste decirlo, por la situación que vivimos como país, pero tenemos gente en la montaña que pasa hambre y lo que busca es aliviar con una comprita esas necesidades de esas familias”, subrayó Cortés.
Además, en Puerto Rico Somos Gente se prestan servicios de tutorías a estudiantes, se adiestran a adultos mayores en el uso de tecnología y tiene un acuerdo colaborativo con Movimiento para el Alcance de Vida Independiente (MAVI), entidad no gubernamental que ayuda a personas con discapacidades a vivir una vida independiente.
“¿Qué quiere Puerto Rico Somos Gente, si se puede, este año? Es hacer una cocina comunitaria y comenzar una ruta a otros municipios”, pronosticó Cortés.
Esperanza para el futuro
Cortés y sus compañeros voluntarios son testigos de la pobreza extrema. Su misión es erradicarla y darle nuevas esperanzas a los demás.
Y es que han visto cómo una persona, a borde del suicidio por las condiciones infrahumanas en las que vive y filtraciones en su hogar, ha recobrado sus deseos por vivir con los gestos de cariño que le han brindado los voluntarios de la organización.
“El poder hacer esos cambios en esas vidas, esa es la mejor satisfacción que cualquier líder comunitario puede ganar y me llena de emoción, porque todos los días que tocamos vidas, impactamos vidas y las dejamos marcadas por toda su vida, para el bien”, dijo sin poder contener sus lágrimas.
“El mensaje que yo llevaría es, y especialmente a nuestros líderes, que realmente vean y confíen más en las organizaciones sin fines de lucro, porque las organizaciones sin fines de lucro son las que se activan en el momento de la emergencia, en el momento del dolor, en el momento de ver esas familias vulnerables, el poder sacar esas sonrisas que a veces no tienen precio”, agregó.
Sus inicios
Desde su creación en octubre de 2017 y su subsiguiente incorporación el 2 de enero de 2018, los voluntarios de la organización han dado una mano amiga a miles de residentes del área oeste.
Remontándose a sus inicios, Cortés recordó que, por su ocupación en aquel entonces como coordinador de manejo de emergencias y adscrito a la Oficina del Centro de Emergencias (COE) de Añasco de parte del Departamento de la Familia, pernoctó un mes y medio en un refugio en ese municipio tras la devastación del huracán María en el 2017, pues no le era “costoefectivo” viajar diariamente desde su hogar, en Aguadilla.
Así, presenció de primera mano, sobre todo, la gran necesidad de madre solteras quienes urgían de leche de fórmula para sus bebés. Este fue el primer empuje hacia la creación de la fundación.
“Llegaron estos dos americanos de (la ciudad de) Pittsburgh y yo le pregunté si, dentro de esas donaciones, tenían fórmula de bebé y tenían. Rapidito nos dieron y pudimos atender esas necesidades de esas madres”, narró Cortés, quien ya tenía un historial de ser voluntario en otras organizaciones, como los Boys Scouts y el Club de Leones.
Con esa ayuda, y la que le consiguió su hermano en los Estados Unidos, el exmilitar y teniente Luis Cortés, comenzaron a organizarse hasta impactar a 5,000 familias en 21 municipios.

Al recibir donaciones monetarias, Cortés y un puñado de personas que lo acompañó en esta travesía diseñaron una camisa, que leía “PR se levanta”, famoso eslogan que se popularizó en aquel entonces para simbolizar la resistencia de los puertorriqueños. Con lo generado por estas ventas, se repararon dos techos de residentes en Añasco afectados por el fenómeno atmosférico.
Todo esto se logró cuando la organización tan siquiera llevaba un nombre oficial y en un momento en que el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, estaba “llevando un mensaje incorrecto de nuestra gente”.
“Nos estaban viendo allá en los Estados Unidos como si fuéramos personas mantenidas. El presidente dio a entender ese mensaje que aquí no estaba pasando nada, cuando la gente estaba pasando hambre, cuando la gente se nos estaba muriendo, cuando la gente realmente necesitaba agua, cuando la gente se estaban muriendo en los hogares, porque eso es una realidad y lo puedo decir yo que estuve viviendo un mes y medio en un refugio. Aprendí muchísimo y pude dar esa ayuda directa como servidor público. Eso lo llevo en mi mente, e mi corazón y realmente me llevó a otros pasos al servicio a la comunidad y por eso nace (el nombre) Puerto Rico Somos Gente”, recontó.
Ya para finales de 2018, el gobierno aceptó la propuesta de ocupar la Antigua Escuela Ovejas, cerrada bajo el mandato de la exsecretaria de Educación, Julia Keleher, quien estuvo a cargo de la agencia durante la administración de Ricardo Rosselló.
Desde entonces, el el principal centro de operaciones de la organización.