Dura realidad: Pocas las ayudas para la clase media
Son sumamente limitadas las herramientas para lidiar con la crisis económica que se vive.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 2 años.
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Golpeada por el aumento del costo de vida y la inflación, que ya va por un 8%, la clase media trabajadora en Puerto Rico lleva meses sin lograr un respiro que le permita absorber los cantazos que ha recibido este año a causa de la pandemia y la guerra.
El gobierno anuncia programas para ayudar a pagar los retrasos en las rentas, así como en las facturas de agua o luz, dan $800 para el regreso a la escuela, se enfatiza en la asistencia para la compra de alimentos, y se oye de la alternativa de un plan médico gratuito, pero para nada logran ser aceptados. La principal falla parece ser que trabajan y obtienen ingresos que no les permite ser socorridos con algún tipo de ayuda.
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“La realidad es que el grueso de las ayudas, por lo general, y no solamente en Puerto Rico, yo diría en la mayoría de los países, van enfocadas a las clases menos privilegiadas, a los pobres o a los pensionados… O sea, que por diseño la mayoría de las ayudas sociales van encaminadas a la gente más pobre”, explicó el presidente de la Comisión cameral de Hacienda, Jesús Santa.
Añadió que “la inflación afecta a todo el mundo. Lo que pasa es que el que tiene mucho dinero, pues tiene el dinero para solventarlo, y el que tiene bien poco dinero, por lo general, el gobierno, por el tipo de sistema de ayuda social, se agarra o tiene algún salvavidas. El de la clase media tiene menos salvavidas. Eso es cierto”.
En la búsqueda de esos “salvavidas” que pudieran socorrer a la clase media, Primera Hora indagó con varias agencias gubernamentales sobre las alternativas que proveen. Fueron contadas las opciones que se brindaron.
Según el economista José Alameda, lo primero que hay que fijar es quién integra la clase media. Pero, la percepción sobre el ingreso base en el que se inicia esta clasificación no es estable y varía de acuerdo a la persona que se le pregunte.
Por ejemplo, el sociólogo especializado en asuntos económicos, Emilio Pantoja, fijó el inicio de la clase media a todo aquel trabajador que gane sobre $30,000 anuales.
No obstante, Alameda citó al último estudio del Puerto Rico Community Survey, realizado en el periodo del 2016 al 2020, para identificar entre la clase media a aquellos individuos que devengan entre $25,500 a $50,000 anuales. Mientras, ubicó a aquellos que están en el rango de $50,000 a $100,000 anuales como clase media alta.
El estudio estima bajo la clase media hay unas 225,000 familias de las 810,500 que conforman el país, lo que representaría el 30% de la comunidad boricua.
¿Qué ayudas hay?
Según varias entrevistas realizadas a expertos del tema y a funcionarios de gobierno, fue el crédito al trabajo, concedido mediante legislación estatal, y el Child Tax Credit, conferido por los Estados Unidos, la principal ayuda que ha tenido la clase media en lo que va del año. Estos se otorgaron a través de la planilla de contribución sobre ingresos que se debió haber sometido al Departamento de Hacienda en abril pasado.
“Estas sí van dirigidas a asistir a la clase media, que se ha visto afectada por la emergencia”, enfatizó el administrador de la Administración de Desarrollo Socioeconómico de la Familia (ADSEF), del Departamento de la Familia, Alberto Fradera Vázquez.
El representante Santa precisó que el crédito al trabajo “no es directamente para ayuda al pago de la luz y agua, pero es una recompensa al que trabaja. Eso se aprobó el año pasado y, junto a crédito a los niños, que es federal, eso ayuda a la clase media con hijos menores, ahí van dos ayudas para palear la situación”.
Detalló que, dependiendo la composición familiar, el crédito al trabajo concedido pudo haber alcanzado los $5,000. Mientras, el Child Tax Credit concedió hasta $3,600 por cada niño que tenía cinco años o menos para el fin del 2021, así como $3,000 para niños con seis a 17 para el final del pasado año.
Santa también enumeró otras ayudas que no han sido impulsadas este año, que no van dirigida a ninguna clase social en particular, pero que beneficia a la clase media. A modo de ejemplo, habló del descuento de cuatro centavos para reducir la crudita, el impuesto que se le cobra a los derivados del petróleo. Este estaría activo por 45 días para reducir el alto precio de la gasolina.
Guías federales
¿Qué sucede con el resto de las ayudas?
Fradera Vázquez precisó que, de manera general, los auxilios sociales que se conceden en Puerto Rico están atados a programas y fondos federales. Estos, en esencia, están enfocados en familias con vulnerabilidad, que no tienen ingresos o sus ingresos son bajos. Son las llamadas “guías” o “tablas” federales las que fijan el grado de elegibilidad de las personas.
“Todo programa que es administrado bajo fondos federales es regulado por la legislación federal y con la guía que establece cada agencia que los regula”, precisó.
Bajo el Departamento de la Familia, una de las ayudas más esenciales se concede a través del Programa de Asistencia Nutricional (PAN). Las guías, dijo el funcionario, lo fijan para “familias que no tienen ingresos o ingresos bajos o escasos recursos”.
De las más de un millón de personas que reciben el PAN en Puerto Rico, “sobre 250,000 reportan empleo, empleo propio o bajo una empresa privada, pero el dinero no le alcanza”, mencionó Fradera Vázquez.
Señaló que en este grupo hay personas que salieron beneficiadas con la petición que realizó la agencia a principios de año para que se les permitiera ampliar el renglón de la guía federal ante el aumento de salario mínimo, de $7.25 a $8.50 la hora, registrado en enero pasado. Esto llevó a que personas que ronden por ese salario mínimo puedan recibir el PAN.
“La mayoría de estas personas que reporta ingresos están entre el salario mínimo estatal y, tal vez, un poco más. ¿Por qué un poco más? Porque cuando un ciudadano solicita a nuestros programas, hay unos descuentos, unas deducciones que se realizan en la hoja de cálculo”, manifestó.
“Y te voy a dar un ejemplo bien breve. Si tienes menores, pues, se descuenta algo por cuido de menores, por gastos escolares, por medicamento. Hay diferentes renglones que le podrán estar aplicando a ese ciudadano mientras un técnico lo entrevista. Por eso es que es importante, una vez el ciudadano solicita, pasar a la entrevista, porque en esa entrevista es que se determina cuáles son las deducciones que le aplican para luego determinar la elegibilidad”, señaló.
Fradera Vázquez no pudo fijar hasta cuánto dinero podría ganar anualmente una persona que labora para acceder a este beneficio del PAN. No obstante, como dijo que fluctúa en torno al salario mínimo estatal, eso llevaría a una persona a devengar $16,320 anuales. Esta cifra se distancia del ingreso de la clase media.
Recientemente, Familia anunció la disponibilidad de una ayuda económica federal de hasta $1,200 para pagar la luz dirigido a familias que viven bajo el nivel de pobreza y que tienen atrasos en el pago.
Fradera Vázquez explicó que esta ayuda no es nueva. Señaló que se anunció porque se logró ampliar la tabla federal del 50% al 60% del nivel de pobreza para asistir a más personas. No obstante, el renglón fijado tampoco alcanza a la clase media.
A modo de ejemplo, el funcionario planteó que anteriormente se asistía a una persona sola con ingreso menor a $6,886 anuales y ahora aplicaría a una con un ingreso de $10,247 anuales. Mientras, una familia compuesta por cuatro personas podría recibir este beneficio si el ingreso es menor a $19,706 anuales, cuando antes era para aquellos con ingresos de hasta $13,780 anuales. Todas estas cifras, sin embargo, no incluyen a la clase media entre los beneficiados.
Ayudas adicionales
Otra agencia que también provee servicios para ayudar a los ciudadanos a subsistir ante la crisis económica lo es el Departamento de la Vivienda. Vales de Sección 8, apartamentos de Vivienda Pública, así como asistencia para aquellos que tienen atrasos de más de tres meses en el pago del alquiler de casa, del agua y luz son algunos de los programas que mantienen. No obstante, también están regulados por guías federales, lo que limitan su extensión hacia la clase media.
El secretario William Rodríguez Rodríguez planteó otras alternativas que sí podrían ayudar a los trabajadores boricuas.
“Los programas de recuperación financiados por CDBG-DR abordan principalmente las necesidades de los puertorriqueños de bajos a moderados ingresos. No obstante, se han desarrollado varios programas que alcanzan a la clase media. Por ejemplo, el programa de incentivos para la instalación de placas solares, que es parte de los programas financiados por los fondos de Mitigación (CDBG-MIT), se enfocará en proveer hasta $20,000 por hogar sin condicionar la ayuda a los ingresos. Al momento, nos encontramos en la redacción de las guías de lo que será el programa. Y, de otra parte, el Programa de Asistencia Directa al Comprador para la adquisición de un nuevo hogar, provee incentivos para personas y familias que pueden alcanzar el ingreso de la clase media puertorriqueña, teniendo como base un individuo que genere $46,000 anuales, aproximadamente”, resumió.
Por su parte, la directora de la Oficina para el Desarrollo Socioeconómico y Comunitario de Puerto Rico (ODSEC), Thais Reyes Serrano, aludió a que su dependencia ha ampliado su margen de ayuda y no solo se enfocan en las comunidades especiales, sino que han comenzado a impactar también zonas de clase media.
Señaló que a las personas que no pueden asistir, pero que tienen necesidades, se refieren a otras agencias u organizaciones sin fines de lucro.
“Nosotros nos enfocamos en desarrollo socioeconómico. Tratamos el desarrollo social, empoderarlos a trabajar por un entorno más saludable y más calidad para comunidades. Nuestro norte es crear una comunidad con desarrollo sostenido y constante”, precisó.
Entre los programas que mencionó, existen vales de alimentos para envejecientes, un programa para remplazar toldos azules colocados tras el huracán María, así como clínicas deportivas y de salud en las comunidades.
La tarjeta de salud Vital, entretanto, también se concede a personas de bajo recursos que cumplen con las guías de ingresos establecidas por el Medicaid.
Las tablas provistas por la Administración de Servicio de Salud (ASES) apuntan a que una familia con tres miembros que genere alrededor de $25,764 anuales, lo que rondaría en la zona de clase media, podría ser beneficiaria del plan de salud. También sería aceptada una familia de hasta cuatro miembros con un ingreso anual de hasta $31,080.
No obstante, una persona sola tendría que tener ingresos de hasta $1,259 mensuales o lo que representa $15,108 anuales para ser beneficiario. Mientras, una familia compuesta de dos personas hasta $20,436 anuales para ser cobijado. Estos renglones no los llevaría a estar bajo la clasificación de clase media.
Lo que promueve ASES es que las familias acudan voluntariamente a ser evaluadas para conocer si pudiesen ser beneficiarios del plan de salud, ya que, al igual que Familia, el sistema posee ciertos descuentos o cambios cuando se cuenta con niños, o se trata de personas envejecientes o discapacitadas.