La desesperación por no contar con energía eléctrica durante 10 días consecutivos y la inestabilidad en el servicio a cargo del conglomerado LUMA Energy, lanzó a decenas de sureños a protestar frente a la plaza pública de Ponce para exigir “luz para el pueblo”.

Allí se dejó sentir el clamor de ciudadanos de todas las edades, que esta tarde se juntaron para alzar su voz en una manifestación convocada por los propios residentes.

Nos están matando”, exclamó una joven madre al tomar el micrófono para expresar su frustración.

Mi nombre no importa. Estoy hablando por la familia, por las madres. Nos están matando la salud. Soy residente de aquí, tengo un nene de cinco años, vivo en la boca del lobo. Le están jo#dien#* la salud mental a mi hijo de cinco años y yo no soy la única que vive sola con niños en su casa. no soy la única que está criando, buscando el pan cada día en la calle, sin tener hielo, sin tener agua, sin tener pan en la casa”, denunció la mujer en un dramático mensaje,

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Hay ancianos en la casa que están cogiendo úlceras por no tener la maquinaria necesaria por no tener luz. Nos están matando y, si ustedes no se mueven juntos, no va a pasar un carajo. Si tengo que irme sola, yo como leona ponceña a la calle, con un niño de cinco años, a gritar y a sacar a esta mi$rd@ de la calle, lo voy a hacer sola.  Tienen que moverse”, insistió frente a sus compueblanos.

Uno de los momentos tensos de la protesta ocurrió cuando la policía trató de impedir el paso del vehículo que cargaba el sonido para el evento. Pero, finalmente, le dieron el acceso frente a la Casa Alcaldía.

“Esta manifestación es espontánea, de nosotros, los que nos sentimos heridos y golpeados por el sistema. LUMA no vino a ayudar, sino a jorobar el país. No entienden de que hay una ciudadanía puertorriqueña que está dispuesta a trabajar aquí, por Puerto Rico. Los puertorriqueños tenemos que darnos a respetar y ayudar a esta nueva generación. Hay que pelear, no hay otra forma”, dijo por su parte el yaucano Benancio Martínez Fabre de Yauco de 73 años.

Entre los manifestantes, había una muestra representativa de la población que no se quedó callada ante lo que consideran como un abuso por parte del gobierno central.

Para Suzanne Nicole López Rodríguez, una estudiante de Trabajo Social Clínico de 29 años, “el servicio de energía eléctrica ha sido un problema siempre para las comunidades marginadas como es la Playa de Ponce”.

“La lucha es necesaria y los trabajadores merecen un trato digno. Tenemos los profesionales en este país para poder resolver nuestros problemas. La gente no está aquí sentada esperando ayuda. La gente aquí quiere trabajar, quiere salir a la calle, pero estamos viviendo en austeridad”, lamentó López Rodríguez quien tiene una hija de 12 años.

La escuela de mi hija es un refugio, no tiene clases y a uno le preocupa porque ya está casi en nivel superior. Ahora no hay clases, no hay nada. Hay que tratar de ir a trabajar, llevándomela al trabajo; viniendo a protestar porque tengo que hacerlo. Mi modelo es uno bastante cotidiano”, afirmó.

A la protesta se unió el alcalde Luis Manuel Irizarry Pabón que, al dirigirse a los manifestantes, resaltó que su compromiso es con el pueblo. Sin embargo, su presencia fue confrontada por los presentes que le exigieron acción, ya que la mayor parte de la ciudad está sin el servicio.

Yo espero que no estén discriminando contra Ponce porque este alcalde es de otro partido. Los que se afectan son todos los ponceños. Este alcalde buena gente les dio la oportunidad, pero se colgaron. Tienen que salir del país”, argumentó Irizarry Pabón.

Por su parte, el vicepresidente de la UTIER, Walberto Rolón, denunció el sufrimiento de la ciudadanía ponceña que sigue sin servicio de energía eléctrica desde el embate del huracán Fiona.

“Ponce es de los pueblos que más daño ha sufrido con el embate de Fiona y están sin luz, como la gran mayoría de los pueblos de Puerto Rico y estamos denunciando aquí la ineptitud y de que LUMA no tiene el personal. Lo que hemos dicho en la UTIER y en La Ruta de la Verdad desde hace dos años, que LUMA no tenía ni el personal, ni estaba capacitado, ni tenía el conocimiento”, manifestó.

El pueblo se está tirando a la calle para reclamar un servicio esencial que hay que dárselo. La gente que tiene el conocimiento y que estamos capacitados para eso, nos tienen por las agencias desplazados. Eso se está dando en todos lados porque el pueblo no aguanta más”, agregó al mencionar que “es un sentido de frustración y, a la misma vez coraje porque uno se siente impotente al ver la gente sufriendo”.