“Doris Orquids”: Cuatro décadas de exóticos cultivos
La familia Bernardy Cartagena se aventuró a convertir su pasatiempo en un negocio que prosperó como no imaginaron.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 1 año.
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Con el orquideario más grande de la especie Cattleyas en Puerto Rico y el Caribe, en el 2010 Rafael Bernardy y su esposa María Dolores “Doris” Cartagena parecían haber alcanzado la meta que se propusieron de levantar un exitoso negocio familiar.
Sin embargo, la naturaleza los sorprendió cuando –siete años más tarde– el catastrófico huracán María les arrebató el sueño, aunque no el espíritu resiliente.
Para entonces, todo se vino abajo. Se perdieron 100,000 orquídeas cultivadas en una finca de tres cuerdas en Cidra, que la familia adquirió con mucho sacrificio para impulsar la operación de Doris Orchids y en donde la inversión superaba los $200,000.
“Nadie nunca había tenido esa cantidad de plantas de esa variedad. No podíamos salvar un volumen tan grande y el huracán se lo llevó todo. Allí teníamos 40,000 pies cuadrados de rancho de España, especialmente diseñados para floricultura”, dijo Rafael.
El matrimonio, que en ese entonces contaba con una plantilla de cinco empleados, logró mantenerlos tres meses más luego del paso del fenómeno atmosférico. No faltaron los momentos de desesperanza y tristeza, pero esto no amilanó al grupo que –capitaneados por la pareja– se enrolló las mangas para recuperar la operación.
Y volvieron donde todo comenzó: la casa de Rafael y Doris, en Cayey. “Vinieron aquí (barrio Montellanos) y cogieron los ranchitos viejos que habían abandonados y reconstruyeron, limpiaron y remozaron; pusieron eso nítido y comenzamos de nuevo”, recordó Rafael.
Doris Orchids cobró nueva vida y, seis años más tarde, mantiene su solidez en el mercado de orquidistas de la Isla. En el lugar, se cultivan alrededor de 5,000 plantas que se venden desde pequeñas hasta florecidas.
40 años de historia
Al repasar sus inicios, Rafael y Doris cuentan con nostalgia y alegría los primeros pasos de la empresa familiar, que hoy celebra cuatro décadas de fundación y que lograron catapultar hasta ganar el respeto, la admiración y la lealtad de miles de clientes que les siguen los pasos.
“Nosotros nos mudamos aquí (barrio Montellanos, de Cayey) y todo alrededor era tierra; un día, llega una vecina con una plantita de orquídea y Doris tenía un toldito para unas plantas que ella cultivaba y ahí entró la plantita de la vecina Fela y floreció de lo más bonita”, contó Rafael.
Para entonces, el matrimonio tenía a sus dos hijos: José Rafael y Braulio. Él trabajaba en la industria eléctrica; ella, sintió que necesitaba “algo en qué invertir mi tiempo, mientras cuidaba a los niños”.
Y esa fue la motivación inicial. Poco a poco, Doris continuó cultivando orquídeas, principalmente de la especie Cattleya, caracterizadas por producir una enorme flor con llamativos colores.
“Un día, fuimos a Cali Orchids, que era el único negocio grande de orquídeas en Puerto Rico y, me acuerdo, que compramos 100 divisiones”, contó Rafael sobre la primera inversión significativa en el negocio que hicieron al año de comenzar operaciones, en el 1983.
Entonces pasaron de ser un negocio pequeño a uno en crecimiento y con grandes expectativas.
Sin embargo, la pareja no tardó en ganar la atención y simpatía de muchos entusiastas de las orquídeas, y la demanda fue tal que los tomó por sorpresa.
“Llego un día de trabajar y Doris me dice ‘vendí $400′... ‘¿Cómo que vendiste $400?’ Ese día fue una sorpresa para mí”, recordó don Rafael entre risas.
En el trayecto, Doris daba el “toque mágico” a sus plantas, mientras Rafael invertía tiempo en conocer cada especie mediante los libros y la lectura. Así, en equipo, se hicieron expertos hasta que le abrieron las puertas a un nuevo reto: vender en el centro comercial más grande de Puerto Rico, Plaza Las Américas.
“Entre 2001 y 2002, llega ‘Pepe’ González, dueño entonces de González Padín, y nos habla de una exclusiva organización de gente dedicada a la venta de orquídeas que, aunque no permitían la entrada a todo el mundo, nos hizo la gestión para que así fuera. Era la American Orchid Society y ahí nos invitaron a un show en Plaza Las Américas que marcó un antes y un después en el negocio”, contó Braulio, el menor de los hijos.
Luego de conceptualizar celosamente el área donde iban a exponer sus orquídeas, finalmente, Doris Orchids plantó bandera en este centro comercial. Todo esto, mientras cultivaba –de igual forma– la relación de negocio con Hawaii, que se convirtió en el principal suplidor de la empresa.
El éxito y el crecimiento los arropó de tal manera que repitieron el ejercicio anualmente, hasta establecerse fijos allí en el 2010.
“En el primer show estuvimos 45 días. Luego, cuando nos ubicamos en Plaza, estuvimos hasta el 2015″, contó Doris, tras destacar que la recesión económica en la Isla comenzó a sentirse entonces obligándolos a abandonar el espacio.
Para entonces, ya habían adquirido la finca en Cidra y centraron sus esfuerzos en su desarrollo y solidez.
El resto es historia.
Comparten el conocimiento
La trayectoria de Doris Orchids ha estado, de igual forma, alineada al tema educativo sobre la siembra y mantenimiento de esta planta epífita, pues tanto Rafael como Doris se han enfrascado en iniciativas de esta índole.
En su casa no ha sido la excepción. “Tú puedes sembrar, examinar la cantidad que necesitas de luz... lo que sea; esto es una escuela para que la gente aprenda”, reiteró Rafael, quien, de hecho, ha logrado más de 100 cruces de orquídeas distinguidas por su impresionante calidad y aspecto.
“Good News Doris” es una de ellas. La llamó así para honrar el trabajo y sacrificio de su esposa.
Actualmente, además de vender lo que cultivan en su espacio, el matrimonio participa en distintas ferias alrededor de la Isla.
“De cualquier cosa, tú puedes desarrollar un proyecto”, destacó Doris con orgullo.
Para información, puede llamar al 787-214-9854.