Dorado. Como embocadura a la época navideña, decenas de personas bailaron de lo lindo ayer en el 40o. Festival de Bomba y Plena y hubo muchos que aprovecharon los kioskos de artesanías para ir consiguiendo los regalitos de este año.

Al ritmo de los diversos tambores, la gente se movía alegre con las ofertas artísticas.

Uno de los mejores testimonio vivos de nuestra mezcla de razas se vio mientras los Hermanos Ayala tocaban un pegajoso tema recordando los estragos del huracán Hugo. Con esa canción de fondo y a menos de 10 pies de distancia una niña de pelo lacio rubio agitaba su faldita roja como si estuviera en el escenario, mientras que otra un poco más pequeñita de pelo rizado negro daba brinquitos como si no quisiera parar.

Ambas tenían su pequeño círculo de familiares que con orgullo las miraban expresarse desde su inocencia.

Madeline Nieves, una mujer retirada, también aprovechó para sacudir el cuerpo y hacer piquetes con su pañuelo, como si fuera una falda.

“La falta de identidad que tenemos es porque no se promueve esto como se debería. Esta es nuestra cultura y no debemos dejar que desaparezca”, manifestó.

Precisamente, Pedro Clemente organizador de la actividad señaló que la iniciativa nació en la década de los 70 cuando los ritmos afropuertorriqueños se estaban quedando rezagados ante nuevas corrientes como la salsa.

“De ahí surge la idea del primer festival. Ahora mismo yo me atrevo a decir, como decía don Ricardo Alegría, que el trabajo se hizo, y ahora hay mucha plena, mucha bomba… ahora hay mas de 200 festivales, porque se popularizó la palabra, y eso incluía el despliegue de música y comida típica”, destacó.

Sin embargo, a su juicio aun persiste un gran problema con esta música que algunos la relacionan solo con la temporada de Navidad: los radiodifusores están atentos solamente a lo comercial, y eso -junto con las payolas- no permiten que se escuchen más estos ritmos.

“Es un problema muy serio porque los pueblos tienen que conocer su música... y la radio sigue apática. Con media hora los domingos en Z-93, no da, ¿Por qué esto no es parte de toda la programación el resto de la semana? ¿Y las demás emisoras por qué no dan el espacio?”, se cuestionó Clemente.

Oscar Hernández quien trabaja junto a Clemente en este festival hizo un llamado a todos los medios.

“Necesitamos los medios masivos de difusión y la radio es el medio por excelencia... Yo no quisiera nunca llorar y ver que se convirtió en un mero recuerdo, en algo lejano, no. Yo quiero que esta música siga vigente”, afirmó

¿Estamos en peligro de eso?

Si no nos unimos, sí... Los grandes intereses se tienen que unir porque sin dinero se hace difícil. Tenemos el corazón, la consciencia, las ganas, los deseos, pero necesitamos ese apoyo”, agregó.

Ambos organizadores coincidieron en que darle a los jóvenes la destreza de tocar los ritmos autóctonos es un medio de crear consciencia en ellos sobre su identidad. Y según Clemente, al mismo tiempo se les da un oficio, una disciplina y “los alejas del crimen haciendo algo que es bien sabroso”.

¿Hay que reformar estos géneros para que lleguen a las nuevas generaciones?

Yo creo que los mismos jóvenes ya están experimentando... Mira a Miguel Zenón, David Sánchez, Giovanni Hidalgo, Charlie Sepúlveda. Se hace pero ni siquiera eso suena en la radio.