Fue una visita fugaz, de menos de cinco horas. Llegó, se reunió con líderes del gobierno estatal, alcaldes, representantes de agencias federales y damnificados, visitó un centro de acopio, sobrevoló San Juan y antes de que se aliviara la congestión de tránsito que provocó su presencia en la zona metropolitana, el presidente de los Estados Unidos, Donald J. Trump, abandonó Puerto Rico sin hacer un compromiso concreto para ayudar a la recuperación de la isla tras el paso del huracán María.

Trump llegó al país acompañado por varios miembros de su gabinete dos semanas después del paso del fenómeno atmosférico y de inmediato elogió la labor que el gobierno federal ha realizado en Puerto Rico. Pasó lista sobre los esfuerzos de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA, por sus siglas en inglés), celebró el despliegue de efectivos de las Fuerzas Armadas en diversos rincones de la isla y recordó los esfuerzos de rescate que se hicieron recientemente en los Estados Unidos continentales, particularmente en el estado de Texas tras el embate de huracán Harvey.

Al igual que hizo en uno de sus primeros mensajes dirigidos a Puerto Rico tras el paso de María, Trump recordó el impacto económico de la emergencia.

“Odio decirles esto Puerto Rico, pero han lanzado nuestro presupuesto un poco fuera de control. Gastamos un montón de dinero en Puerto Rico y eso está bien, hemos salvado muchas vidas”, señaló Trump durante las únicas expresiones públicas que realizó cerca del mediodía de ayer.

El gobierno federal ha dado $1,600 millones en “ayuda directa”  a Puerto Rico para manejar la emergencia y otros $40 millones para reparaciones en las autopistas, detalló la comisionada residente en Washington DC, Jenniffer González, a periodistas en el vuelo para salir de la isla.

Asimismo, el presidente intentó zanjar las diferencias políticas que existen en la capital federal al elogiar al gobernador Ricardo Rosselló, al recalcar que este último ha sido defensor de su gestión a pesar de que milita en el Partido Demócrata.

“Desde el principio, este gobernador no jugó a la política. Él estaba diciendo las cosas como son”, manifestó el presidente, quien felicitó a Rosselló por lo que catalogó como una baja cifra de muertes a causa del huracán.

“Toda muerte es un horror, pero si miras a una catástrofe real como Katrina (...) cientos y cientos y cientos de personas que murieron, y miras lo que ha pasado aquí, con una tormenta que realmente fue abrumadora, nadie ha visto algo como esto”, manifestó Trump.

Al momento de la visita presidencial, el gobierno estatal solo había certificado 16 muertes a causa de María. Horas después, el gobernador anunció que la cifra de muertes por el sistema tropical ascendió a 34.

En los últimos días, Trump ha defendido a través de las redes sociales la respuesta federal a la emergencia en Puerto Rico y ha catalogado como mentirosos e “ingratos” a quienes señalan que la ayuda ha tardado en llegar a los sectores más afectados por el ciclón. A dos semanas del paso del devastador ciclón categoría 4 por Puerto Rico, aún hay sectores -particularmente en el centro de la isla- a los que no se puede llegar por carretera debido a los daños que sufrieron las vías, el 94% de las personas no cuenta con servicio eléctrico y no cesan los reclamos de alcaldes que señalan que no han recibido apoyo alguno de agencias federales o estatales para suplir las necesidades más básicas de su gente.

Pero su retórica beligerante quedó a un lado ayer, cuando estrechó la mano de una de sus principales críticas en la isla, la alcaldesa de San Juan, Carmen Yulín Cruz. La alcaldesa fue una de cinco alcaldes invitados a la reunión que sostuvo Trump con líderes locales y federales en un hangar de la Base Aérea Muñiz en Isla Verde.

Ayer Trump sostuvo, tanto antes de salir de Washington DC como en el camino de regreso, que hacía falta que los puertorriqueños ofrezcan más ayuda para encaminar la recuperación.

Saldo agridulce

“Fue una gran visita”, expresó el presidente a periodistas en el Air Force One. “Creo que ha sido un gran día. Solamente escuchamos agradecimientos de la gente de Puerto Rico. Ellos son personas grandiosas y realmente fue algo que disfruté muchísimo”, añadió.

Trump reconoció que como parte de sus conversaciones en la isla no se discutió la posibilidad de aprobar un presupuesto suplementario o un paquete de estímulo para impulsar la reconstrucción de la isla.

Aun así, Rosselló se mostró confiado en que recibirá una respuesta positiva a sus reclamos para la recuperación de la isla tras el azote del huracán María que, según estimados sobrepasa los $95,000 millones en daños. Esa cifra es muy superior a la deuda de Puerto Rico que sobrepasa los $60,000 millones y que hoy día es objeto de un proceso de reestructuración.

“Ciertamente el presidente y su ‘chief of staff’ me dijeron que iban a estar con Puerto Rico para largo plazo. Todas estas cosas ya tenemos un punto de contacto para ir detallándola. Hay una especificad de algunas de estas cosas que requieren que se puedan observar y que se puedan ver. Pero ciertamente la petición está hecha”, expresó el gobernador.

En la última semana, tanto Rosselló como miembros del gobierno local habían destacado la necesidad de que el gobierno federal tome acciones concretas para asistir al país, entre ellas una dispensa más extensa de las leyes de cabotaje o la aprobación de una línea de crédito que evite que el erario se quede sin liquidez en un par de semanas. No obstante, la comisionada residente aseguró que le planteó los temas al presidente en su viaje hacia Puerto Rico en Air Force One.

“Me dijo que la ayuda seguirá llegando y me reiteró en varias ocasiones que Puerto Rico no está solo. Él se comprometió a cubrir los fondos y las misiones de rescate continuarán”, aseguró González.

Junto a Trump llegaron a Puerto Rico el secretario del Departamento de Energía, Rick Perry; la jefa de la Administración de Pequeños Negocios, Linda McMahon; el titular de FEMA, William “Brock” Long; y la secretaria del Departamento de Seguridad Interna, Elaine Duke.

Para los detractores del presidente Trump, la visita del líder republicano fue “humillante”. Pero para otros, la llegada del otrora empresario de bienes raíces será un evento positivo debido a que arroja luz a los problemas que atraviesa la isla.

“El hecho de que haya venido tiene una simbología importante. Primero, porque todo el mundo está viendo lo que sucede en Puerto Rico y, segundo, porque con el mero hecho de venir debo entender que compromete a todas las agencias federales a asistir a Puerto Rico”, sostuvo el alcalde de Bayamón, Ramón Luis Cruz Rivera, quien estuvo en la reunión en base Muñiz.

Rivera Cruz no tuvo oportunidad de dialogar con el presidente, pero sí dialogó con la secretaria de Seguridad Interna. A esta le pidió que le diera seguimiento a una petición que hizo al Departamento federal de la Vivienda para que se le otorgue a la isla una dispensa para mayor flexibilidad en el uso de fondos que asigna esta agencia.

Por su parte, el alcalde de Guaynabo, Ángel Pérez Otero, sí logró conversar con Trump pues lo acompañó en su recorrido por una iglesia y una zona residencial en su municipio. El presidente no visitó las zonas más afectadas por el huracán María en Guaynabo, reconoció el alcalde, pero personal de Casa Blanca sí observó los daños en comunidades como Vietnam y Amelia.

 “Yo le indiqué al presidente que, por ejemplo en Guaynabo, hay miles de personas que han perdido total o parcialmente sus residencias y tanto él como el personal de FEMA nos dijeron que iban a estar trabajando en todas las ayudas para estas personas”, sostuvo Pérez Otero, quien aseguró que Trump reconoció la importancia de que se desarrollen proyectos reales de reconstrucción del país y que no “se sigan poniendo parchos”.

Los reporteros José A. Delgado, Mabel Figueroa, Gloria Ruiz Kuilan, Melisa Ortega e Istra Pacheco colaboraron en esta nota.