Donación y trasplantes de órganos: un gran reto en la pandemia
El coronavirus cambió el escenario para las organizaciones dedicadas a estos procedimientos en la Isla.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 3 años.
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Con la llegada de la pandemia del COVID-19 surgió también la amenaza de que se afectaran los procesos de donación de órganos y trasplantes en Puerto Rico, un reto que afortunadamente los médicos y organizaciones como LifeLink pudieron sobreponer logrando salvar, incluso, más vidas que en años anteriores.
La crisis de salud por el coronavirus -declarada como una emergencia mundial en marzo del 2020- levantó mucha preocupación entre los profesionales de la salud que se dedican a la titánica labor de salvar vidas mediante la donación de de órganos y tejidos, recordaron en entrevistas separadas con Primera Hora el doctor Juan del Río, director del Centro Trasplantes del Hospital Auxilio Mutuo; y la licenciada Guillermina Sánchez, directora ejecutiva de LifeLink Puerto Rico.
“La dinámica quedó muy afectada de inicio cuando no sabíamos a lo que nos estábamos enfrentando. Hicimos un ‘parón’ completo de trasplantes, abriendo espacios solo para aquellos casos extremos de hígado y dejamos de aceptar órganos por un tiempo. Lo más importante que hicimos fue parar... parar y pensar. LifeLink continuó trabajando y produjo donantes pero nosotros no sabíamos muy bien lo que podía ocurrir. De hecho, recuerdo que se publicaron datos de Nueva York, donde siguieron trasplantando, y la mortalidad post operatoria fue de un 30%. ¡Una barbaridad! Así que nosotros lo que hicimos fue parar y desarrollar un protocolo de manejo de pacientes y tuvimos que cambiar prácticamente todo lo que manejamos en el proceso de cara a los trasplantes. Cuando pensamos que teníamos suficientes garantías para los pacientes, para finales de abril, empezamos nuevamente a trasplantar. Ahora analizo todo y pienso que tomamos la decisión correcta. Teníamos que parar y pensar... quien no lo hizo sufrió consencuencias inaceptables como las que vivió Nueva York”, explicó Del Río.
Fue en mayo, para el fin de semana de Día de Madres del 2020, que se efectuó el primer trasplante en época pandémica.
“El joven estaba grave. No podíamos seguir esperando. Podía morir... a partir de ese día 8 de mayo empezamos a trasplantar de hígado y riñón. Ya para finales de año aumentamos la logística y llegamos a 64 riñones, cuatro riñón-páncreas, 32 de hígado y otros combinados de hígado-riñón. Fue un proceso bien difícil, pero nos recuperamos bien al final del año”, destacó el médico al indicar que el año 2021 ha sido bien prospectado y se han realizado más trasplantes que lo ordinario.
De hecho, el 2020 cerró con 101 intervenciones en el Centro Trasplantes de Auxilio Mutuo y, hasta junio de este año, se habían realizado unas 85 operaciones, desglosadas en 47 de riñón, 10 de riñón/páncreas y 28 de hígado.
“Nuestro compromiso es que el proceso se lleve a cabo con seguridad, aun en medio de esta crisis de salud y aunque sí hemos sufrido un caso de fallecimiento relacionado al COVID con un trasplantado que adquirió el virus fuera de la institución dos o tres meses después del trasplante, hemos logrado minimizar ese riesgo haciendo test de PCR (prueba molecular) de COVID, aun cuando casi no había pruebas. Además, desde marzo cerramos el centro y activamos el protocolo para evitar infecciones”, detalló el galeno al agregar que entre las vidas impactadas durante la pandemia se incluye ocho pacientes pediátricos.
Precisamente en los meses de crisis por coronavirus, el Hospital Auxilio Mutuo realizó una histórica cirugía de doble trasplante con el mismo órgano a dos pacientes: una bebé de 11 meses y una joven de 24 años se beneficiaron del mismo hígado donado.
“Tuvimos un niño enfermito de 11 meses para quien era difícil conseguir un donante del mismo tamaño. Así que utilizamos la técnica que consistió en partir un hígado de adulto (de un adolescente de 13 años de Florida), lo extrajimos, y se lo colocamos al bebito. Cuando hicimos esa ‘partición’ nos percatamos que el lado derecho se podía utilizar de modo seguro en una joven de 24 años... ambos se están recuperando bien. El bebé está perfectamente bien y la joven sufrió algún contratiempo, pero no tiene que ver con el procedimiento previo y sigue con nuestro cuidado habitual”, compartió sobre el proceso que se llevó a cabo el 30 de septiembre.
La dinámica de la recuperación de órganos sobrepasó las metas
En el otro lado de estas historias de regalo de amor a través de la donación, en medio de la pandemia, está la gestión que realiza LifeLink, una organización sin fines de lucro que ofrece servicios de recuperación de órganos y tejidos en Puerto Rico, Florida y Georgia. En el caso de la isla, 59 hospitales y el Instituto de Medicina Forense colaboran con la organización que también sirve a Islas Vírgenes.
“Hubo mucha preocupación con la llegada del COVID-19 por la dinámica de la donación que, milagrosamente y en contra de lo que esperábamos, no se afectó. Los hospitales nos apoyaron en el proceso y las familias continuaron expresando su deseo afirmativo de donar. Pero hubo muchísimos cambios en la dinámica porque hubo que priorizar la protección del personal. Teníamos que asegurarnos de no exponerlos y que tuvieran acceso a los equipos de protección personal. Finalmente, el año pasado tuvimos 110 donantes y ese es el número más alto que hemos registrado desde 20018, cuando tuvimos 113 donantes”, explicó la directora ejecutiva de la fundación sobre el proceso que permitió que se trasplantaran 249 órganos.
En el caso de Puerto Rico, la organización llegó en 1994 y desde entonces se han logrado 2,080 donaciones, de las cuales se han logrado trasplantar 5,280 órganos y 3,598 tejidos. Entre los órganos que pueden ser donados se encuentran: corazón, hígado, riñón, pulmón, páncreas e intestino delgado. Algunos tejidos pueden incluir: córnea, piel, válvulas del corazón, tendones, huesos, venas y cartílagos. Cabe destacar que el 50% de los órganos recuperados en la isla se trasplantan localmente, mientras el resto van a hospitales de Estados Unidos pues, por ejemplo, aquí no se realizan las cirugías de intestinos o pulmones.
“En este año de pandemia, no puedo hablar mejor de nuestro personal. Su compromiso hacia el proceso de donación fue increíble, extraordinario, dieron la milla extra, aun con el reto que supone el COVID. Hay que reconocer también el trabajo de los hospitales que estuvieron apoyando todo el tiempo el proceso de donación”, expresó Sánchez al indicar que el año 2021 se proyecta como uno que pudiera romper récord de donaciones pues entre el 1 de enero y el 31 de agosto se habían concretado 179 donaciones.
Explicó que debido a la pandemia se establecieron protocolos que incluyen hacerle pruebas de cernimiento a los donantes, incluyendo la prueba de COVID-19.
“Es importante que sepan que un paciente que se admite críticamente enfermo por COVID-19, puede ser donante dependiendo de los días de diagnóstico y de otros aspectos como, por ejemplo, que haya tenido fiebre. Un paciente que llega al hospital por un accidente de auto y se le hizo una prueba de COVID-19 y salió positivo, pero no tuvo síntomas de la enfermedad, puede ser considerado como donante. Pero otros casos de pacientes con el virus que vieron afectados sus pulmones y allí tuvo el foco de infección, hay que evaluarlo para saber si es viable o no. Cada caso es particular y no tengo una contestación absoluta”, explicó.
Subrayó que cualquier persona puede ser donante de órganos. Incluso, en Puerto Rico el paciente más joven fue un recién nacido que tuvo una anomalía congénita y el de mayor edad fue una persona de 84 años.
“Hay mitos respecto a quién debe ser donante. De hecho, nuestras estadísticas muestran que ha habido un aumento en los últimos seis años en los donantes mayores de 60 años. Existen mitos de que estas personas no pueden donar porque están enfermos con diabetes, hipertensión. Pero si sus órganos funcionan de manera apta pueden ser donantes. Tenemos campañas para educar a esta población porque sí tienen la oportunidad de ayudar a otros”, destacó.
Actualmente, en la isla hay 692,000 personas registradas como donantes. “Lo importante es que el que esté registrado lo hable con su familia y le deje saber su deseo”, inquirió al recordar que un solo donante puede salvar la vida de ocho personas que requieran órganos y hasta a 75 personas que necesiten tejidos.
A la fecha, en Puerto Rico hay 309 personas en lista de espera de donación de órganos, en su mayoría de riñón, hígado, riñón-páncreas y corazón. A nivel de Estados Unidos la cifra se eleva a 107,308 casos.
“El 80% de los pacientes que están esperando necesitan un riñón”, dijo al agregar que el 12% requieren un hígado.
Desafortunadamente, 8,000 personas mueren cada año en Estados Unidos (incluyendo a Puerto Rico) debido a que los órganos que necesitan no son donados a tiempo.
El proceso a nivel local para registrarse como donante se puede realizar al solicitar la licencia de conducir o a través de donavida.org. También pueden llamar por teléfono al 1-800-558-0977.
El proceso de donación requiere que el donante potencial se encuentre hospitalizado y, después de agotar todas las posibilidades médicas para salvar su vida, es cuando la donación es una opción. Previamente los médicos han constatado que las lesiones son irreversibles y la muerte ha ocurrido. El paciente debe tener un diagnóstico de muerte cerebral.
“Cuando la persona está registrada el ‘approach’ a la familia es diferente y nuestro personal notifica de una manera sensible la voluntad de su ser querido. Hay veces que puede haber oposición de la familia, pero siempre se trata de manejar con mucha sensibilidad y haciéndoles sentir cómodos dentro del proceso. Muchas veces lo que necesitan es tiempo, unas horas para pensarlo. Después de todo, saber que la decisión de ser donante es una muestra de lo buena persona que era su ser querido”, explicó Sánchez.
La educación es la clave en el compromiso para salvar vidas. “Vivimos apresurados y preocupándonos por resolver cosas del día a día y no tomamos decisiones del final de la vida. Son pocas las personas que se sientan con la cabeza fría a planificar lo que ocurrirá cuando muera. Hablar de la muerte es como un tabú, surgen miedos. A unos más tempranos que a otros nos llegará el momento porque es ley de vida. Nuestra sugerencia es que este tipo de temas se converse”, acotó.
En Puerto Rico existen cuatro programas de trasplante. Además de los tres del Auxilio Mutuo, en el centro Cardiovascular de Puerto Rico y el Caribe se realizan trasplantes de corazón.