Don Reinaldo disfruta de vender Lotería Tradicional
Por más de dos décadas se ha encargado de llevar la suerte a quienes se acercan a su “spot” en Mayagüez.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 6 meses.
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Reinaldo Alduén Colón colecciona, como si fueran trofeos de campeonato, los más de 40 premios vendidos de la Lotería Tradicional en sus 22 años de servicio como billetero en su natal Mayagüez.
Cada pedacito de billete ganador, don Reinaldo lo guarda con mucho cuidado, pero los enseña con mucho orgullo porque siente una gran satisfacción y felicidad al ayudar a sus clientes a conseguir la suerte.
Y son muchos los ganadores desde que el billetero, natural del barrio Sábalos de Mayagüez, se sienta con su mesa y el tablero al lado izquierdo de la entrada de la farmacia Walgreens, ubicada en University Plaza en la avenida Eugenio María de Hostos, de lunes a sábado, de 9:00 a.m. a 4:00 p.m.
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“Cuando comencé a coger el seguro social, y no me daba para mantener a la familia, busqué ayuda para conseguir un empleo, y me ayudaron con la agencia de la lotería. Desde el 2001 estoy vendiendo billetes”, explicó Alduén Colón.
“El señor que vendía billetes aquí (en la entrada de la farmacia) se enfermó, y llevo dos décadas sentadito en esta esquina, y aquí he vendido como 40 premios”, dijo con orgullo.
Al mencionar los premios, hizo una pausa y se paró de inmediato. Caminó hasta su vehículo y trajo muy orgulloso las copias de sus billetes ganadores.
“Este fue el primero que vendí”, señalando el billete número 19014 del sorteo del 4 de febrero de 2009. “Ese año (2009) vendí cuatro premios”, subrayó mientras mostraba uno a uno los billetes ganadores.
“El último premio que vendí fue en el 2021. ¡Ah! Y he vendido tres billetazos”, recordó don Reinaldo con emoción.
El billetazo de la Lotería Tradicional es un sorteo que se hace tres veces al año, y tiene como primer premio la cantidad de $600,000.
“He vendido muchos de primer premio, como fue el billetazo 31920 (sorteo del 9 de mayo de 2019). Y, hace unos años, vendí un primer premio de $250,000, y la persona regresó a regalarme una muy buena propina”, recordó don Reinaldo. “Gracias a Dios, mis clientes se portan bien. Me he ganado el cariño de ellos y siempre me tiran con algo”, añadió.
Entre tantas anécdotas que tiene como billetero, el mayagüezano recordó que “una vez vino un señor que compró un billete y me dijo ‘quédate con esos 10 pesos (del billete comprado) porque estoy de vacaciones en Puerto Rico y voy a venir a cambiarlos’. Pero no le hice caso, y vendí esos billetes. Él señor se pegó y viró, cogió cómo $75,000″, narró sobre los turistas que llegan a la farmacia y cuando lo ven, se detienen en su tablero buscando la suerte.
“A los que llegan por primera vez, los dejo que miren, no los presiono. Si me preguntan, les hago recomendaciones, pero dejo que ellos escojan los billetes. Hay otras personas que siempre me preguntan la línea. Les recomiendo números y se han pegado. Creen que soy un gurú”, bromeó don Reinaldo. “El número de la suerte para mí es el que sale”.
El experimentado billetero cuenta también con una fiel clientela que encarga sus billetes. “Tengo como 50 clientes de billetes encargados. Tengo todo organizado en sobres por números”, dijo Alduén Colón, quien indicó que los billetes sencillos son los más vendidos al igual que los sorteos del billetazo.
Don Reinaldo destacó que, aunque el costo del pedazo de billete de la Lotería Tradicional ha subido con el pasar de los años, de 25 centavos hasta un dólar en la actualidad, “los premios han subido y mucho, y eso a la gente le gusta, por eso seguirán comprando billetes”.
Los clientes van y vienen, algunos de ellos con guineos, aguacates y hasta caña de azúcar en mano para el billetero de la esquina, quien les da toda la atención que cada uno de ellos merece.
“Esta esquina es una bendición. La gente cree que soy empleado de la farmacia. Hasta recojo los carritos y ayudo en lo que sea”, manifestó el billetero. “Mi abuela, Doña Paula Olivera -que murió de 105 años- me decía que donde me daban de comer, que lavara el plato para que me echaran más comida; y eso hago con la farmacia. Los gerentes me han tratado bien, con mucho cariño, y los empleados también. Estoy agradecido”, manifestó.
Y en su esquinita, don Reinaldo pasa el día entre chiste y chiste con sus clientes, mientras se gana el sustento de su familia.
“Es un trabajo con muchas satisfacciones. La gente que conozco aquí, las amistades que he hecho me llenan de satisfacción”, dijo. “Esto me entretiene y para mí es un motivo de seguir viviendo. La Lotería de Puerto Rico es un medio de vida para muchos ancianos y personas pobres en Puerto Rico. Con la lotería tradicional he sobrevivido para ayudar a mis cuatro hijos”, aseguró Alduén Colón.
¿Cómo quieren que lo recuerden?
“Siempre me recordarán por ser una persona honesta, buena y que vendió muchos premios”, concluyó don Reinaldo.