Don Luis Soto procura una “siembra limpia” desde Camuy
El agricultor, quien promueve sus cultivos libres de químicos, ha logrado levantar una plantación completamente natural en su Finca Orgánica Mi Casa
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 1 año.
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Don Luis Soto Román ha dedicado su vida a la siembra de productos -libres de químicos- en un terreno que desarrolló al lado de su hogar en el barrio Camuy Arriba en ese pueblo, con el propósito de ayudar al medioambiente y nutrir a los suyos de una manera sana.
Así nació la Finca Orgánica Mi Casa, un proyecto agrícola comercial que promueve el cultivo de hojas, hortalizas, tubérculos, frutas y plantas aromáticas, cuyo sistema de plantación es completamente natural, en un espacio de dos cuerdas y media, a pasos de la carretera PR-119.
A sus 77 años, don Luis es un ejemplo de trabajo, firmeza y voluntad, ya que a diario madruga para labrar la tierra, atender sus cosechas y distribuirlas, regularmente, en varios establecimientos de la zona metropolitana. Tal como ha hecho desde hace muchos años.
“Me crié en una finca donde mi padre cultivaba caña, café, tabaco y frutos menores y gran parte de mi conocimiento es herencia de eso. Tuve la oportunidad de ser el primero en mi familia de estudiar en la universidad y terminé un grado en agronomía del Colegio de Mayagüez, en 1965″, relató el hijo de Félix y Francisca.
Asimismo, destacó que su motivación para crear una siembra orgánica surgió a principios de la década del 80, cuando cambió completamente su sistema de alimentación a uno vegetariano.
“Conociendo cómo se sembraba y los productos químicos que se utilizaban para las siembras, dije: ‘si yo me voy a alimentar de esto, voy a tratar de sembrarlo en una forma que sea limpia, que no tenga productos químicos’. Ahí empecé”, relató el esposo de Carmen Hernández.
“He ido mejorando, cambiando e implementando otras formas de siembra y he seguido siendo vegetariano. Al principio, la finca era un huerto mucho más pequeño y se usaba, mayormente para consumo. Pienso que regalar es una satisfacción grande, mejor que vender. Pero tenemos que vender para poder vivir”, confesó.
Para el 2010, surgió el interés de crear la Finca Orgánica Mi Casa, obteniendo su certificación con el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés).
“El nombre ‘Casa’ surge porque quería vincular la primera letra del nombre de mis nietos con el proyecto: Claudia, Andrea, Sara y Alejandro”. Además, porque estamos al lado de mi casa. Después de eso, vino otro bebé (nieto), Esteban”, sostuvo.
“Nuestro interés es conservar el medioambiente. Además de yo cuidarme, cuido de mi medioambiente, los pájaros, los otros animales, la tierra, para que se conserve en buenas condiciones y que, las generaciones futuras puedan también sembrar y disfrutar de eso”, apuntó.
Asimismo, destacó que, entre la variedad de siembras, se enfocan en hojas como kale, arúgula, acelga y bok choy. Además, cultivan berenjena, cilantrillo, “siembro plantas aromáticas, como la albahaca, romero, orégano y el limoncillo. También siembro plátano, pepinillo, parcha, habichuelas tiernas”.
“Estamos cambiando todo el tiempo, ahora quiero incorporar más siembras de tubérculos, o sea debajo de la tierra: batata, yautía, ñame. Estamos en miras a quizás, una necesidad alimentaria en Puerto Rico, en el mundo entero. La producción de alimentos no va al mismo ritmo que el consumo. Por eso quiero sembrar los frutos debajo de la tierra”, reveló.
De hecho, la operación en su finca genera dos empleos, “aunque puedo generar dos trabajos adicionales, pero se ha hecho cuesta arriba porque la gente no viene (a laborar)”.
Banco de semillas
Una de sus prioridades, según don Luis, es el desarrollo de un banco de semillas con el propósito de alimentar a las futuras generaciones. Así lo aprendió de su padre.
“Por eso, una de mis razones para tener la finca es conservar semillas que se han sembrado en Puerto Rico y que son semillas de mucha calidad. Ahora mismo, además de ser una finca orgánica, mayormente conservo semillas que se han sembrado en Puerto Rico por mucho tiempo”, insistió el papá de Omar e Ilia.
“Lo más importante es la semilla. Por eso están haciendo un banco en la Antártida. Aquí tengo cinco variedades de yuca; está la amarilla que, prácticamente casi no se ve, blanca, rosada, entre otras. Igualmente, tengo semillas de algunas variedades de batata”, afirmó.
Para conservarlas, utiliza el método de sembrarlas “cada cierto tiempo, para que se vaya adaptando al medioambiente”.
“Tengo una nevera exclusivamente para el banco de semillas. Voy a instalar un sistema solar para darle electricidad a esa nevera. Cuando vino María, este fue uno de los famosos bolsillos y estuvimos 10 meses sin electricidad, perdí muchas semillas”, lamentó.
Entretanto, don Luis se esmera en continuar educando sobre la importancia de la agricultura y la conservación de semillas, a través de: Finca Mi Casa en YouTube.