Para los años 50, un joven de nombre Edil Estrada se asomaba a una iglesia en Mayagüez para ver y escuchar desde afuera y, en esa curiosidad, se fijó en una señorita llamada Marta Galarza.

Regularmente, el joven continuaba buscándola con la mirada hasta que un día le guiñó un ojo y tal parece que a ella le agradó.

Con el tiempo, Edil comenzó a asistir a la iglesia y comenzaron una amistad que dio paso a una relación de novios.

Debido a la Guerra de Corea dejaron de verse, pero antes el joven habló con el padre de Marta informándole que cuando regresara del conflicto se casaría con su hija. Por ello, le entregó una sortija de compromiso.

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La distancia no interrumpió el interés de continuar la relación de novios con un compromiso con miras a un matrimonio. Su comunicación fue a través de cartas que recibían recíprocamente cada semana sin faltar.

Al cabo de dos años, Edil regresó a Puerto Rico en diciembre de 1953.

El joven, luego de llegar a su casa y saludar a sus padres, de inmediato acudió a sorprender a su novia, quien laboraba en el negocio de su padre.

Ella salió de inmediato y cuando se cruzaron en el camino, él vestido con uniforme de gala, la emoción brotó con múltiples besos y abrazos. Hoy, la pareja de 91 años, recuerdan tan importante momento.

La preparación de la boda fue de sólo un mes, la cual se efectuó en la Iglesia Pentecostal en la calle Salud de Mayagüez, el 30 de enero de 1954.

Don Edil Estrada y doña Marta Galarza el día de su boda.
Don Edil Estrada y doña Marta Galarza el día de su boda. (Suministrada)

El novio alquiló un carro para el transporte de su prometida hacia la iglesia, ella desfiló a vista de familiares y amistades junto a su padre, mientras que el joven la esperaba en el altar.

Luego de concluir la ceremonia, en la que ambos entraron en mutuo acuerdo en un pacto de compromiso matrimonial, partieron a la residencia de la novia para festejar. Allí los recibieron con la lluvia de arroz tradicional, tenían bizcocho de boda y chocolate caliente, lo que se acostumbraba en aquellos años.

La pareja partió de luna de miel al Hotel Borinquen, en Aguadilla, donde se hospedaron por cinco días.

Hoy familiares, amistades, vecinos y hermanos en la fe son testigos de este gran amor; una relación matrimonial donde el respeto, la consideración, la fidelidad y la perseverancia se han mantenido.

Como toda pareja, han tenido sus altas y bajas, pero de forma sabia supieron lidiar con ellas, porque los hijos dan fe de que nunca los escucharon debatir sus diferencias delante de ellos.

Las expresiones físicas de cariño continúan vivas en la pareja, que inician en la mañana compartiendo una taza de café. Antes ambos bebían de la misma taza y ella le preparaba el almuerzo para que él llevara al trabajo.

Recientemente, la familia Estrada Galarza tuvo el privilegio de celebrar el Aniversario de Boda de Titanio (70 años), en el barrio Leguísamo de Mayagüez.

Hoy le preguntamos a esta pareja –que procrearon tres hijos: Noel, Evelyn y Roberto- el secreto de esta unión y confiesan que su ancla matrimonial ha sido el Señor, el Todopoderoso.