A insistencia de la directora escolar, Ivelisse González, el guardia de seguridad de la escuela Juanillo Fuentes de Guaynabo, rompió uno de los portones para que empleados del plantel pudieran cruzar la línea de piquete instada por maestros como parte del paro de 48 horas que busca derogar la ley de sistema de pensiones.

Con peñón en mano, el guardia de apellido Rivera tumbó la verja, permitiendo la atropellada entrada de la directora, varias empleadas de comedor, conserjes y maestras de Título 1 de la escuela elemental.

"Apoyo 100% a los maestros, pero me veo obligada a entrar porque nos amenazaron. Pónlo ahí... la superintendente del distrito de Guaynabo, Angela Luisa Antonini, amenazó a los directores en una reunión que tuvimos el jueves. Por mí, estuviera allí con los maestros, pero no podemos unirnos por estar en puestos administrativos", expresó González.

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La directora dijo que solicitó ayuda de la Policía para romper los candados del plantel, pero los agentes se negaron.


 "Dijeron que de ninguna forma lo harían... y como no tengo llaves, le solicité ayuda al guardia quien tuvo que brincar la verja para poder entrar", agregó. De hecho, varios policías han rondado el área, pero no se han quedado en la escuela permanentemente.

Mientras los empleados del plantel entraban a las facilidades, unos 12 maestros continuaban su piquete animadamente.

"Traición, traición cruzaste el portón", “Tú me dices que me apoyas y te metes en la escuela", le cantaban a la directora escolar.

En un aparte con este diario el maestro Herminio Díaz, profesor de inglés del plantel, calificó como "impropia" la acción del guardia de seguridad.

"El guardia trabaja para una compañía privada (Génesis), y no tiene inherencia para romper propiedad privada de la escuela", denunció.

Igual opinión tuvo el trabajador social, Hugo Robles, quien condenó la destrucción de la propiedad del Gobierno.

"Después que no se acuse al magisterio de dañar propiedades cuando es la insistencia del personal administrativo por querer entrar al plantel lo que ha provocado esto", manifestó Robles.

Por su parte, la maestra de español, Irma Arroyo, dijo sentirse "traicionada" por la directora de la escuela.

"Es una traición lo que acaba de hacer. Siempre dijo que nos iba a apoyar, igual que las empleadas del comedor, y mira lo que hizo. En cuanto a las amenazas, eso siempre se ha dicho y directores de otras escuelas apoyaron aun así al magisterio. Ella debería estar aquí... esta lucha es de todos", sentenció.