Las primeras parroquias y capillas de la Iglesia Católica que ya abrieron sus puertas para, de manera limitada, recibir a los feligreses fueron las de la diócesis de Mayagüez, confirmó el obispo Álvaro Corrada del Río.

En este proceso de lograr la normalización en medio de la pandemia del coronavirus, le seguirá la diócesis de Arecibo. Según le anunció este viernes el obispo Daniel Fernández a los sacerdotes de la región, las primeras misas presenciales serán a partir del sábado, 30 de mayo, día de Pentecostés.

Entretanto, las iglesias de la arquidiócesis de San Juan, así como las diócesis de Caguas, Ponce y Fajardo-Humacao serán las últimas que abrirían.

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El arzobispo Roberto González Nieves informó que “en algún momento de junio, principios o mediados, comenzaríamos ya con una celebración de asistentes que no pueden superar el 25% de la capacidad del espacio”.

Este es el panorama del comienzo del proceso de normalización que ha establecido la principal religión en Puerto Rico, luego de que la gobernadora Wanda Vázquez anunciara ayer que se autorizaba a las iglesias a recibir en sus templos a feligreses.

Según la “Guía para la reapertura escalonada de los servicios religiosos presenciales por COVID-19” que estableció el gobierno, solo se podrán realizar misas, cultos o ritos religiosos con la limitación de la asistencia y rigurosos controles de salubridad para evitar el contagio.

El monseñor Corrada del Río, en entrevista telefónica con Primera Hora, aceptó que antes de que Vázquez permitiese abrir los templos ya en su diócesis se comenzaron a dar misas presenciales.

Informó que desde el 13 de mayo les dio la directriz a los sacerdotes de comenzar las misas diarias.

Cuando se le cuestionó que en esa fecha no había autorización gubernamental, sentenció que “seguimos nuestra libertad bajo la constitución y el bien común”.

De manera general, explicó que “para el 13 de mayo comenzamos a abrir nuestras iglesias paulatinamente con mucha precaución… El principio es el bien común de las personas y tener cuidado con la salud física y espiritual de las personas”.

Señaló que a las misas han asistido pocas personas. Comentó que acuden entre 10 a 30.

“Nosotros tenemos misas todos los días y se ha abierto paulatinamente. A la misa diaria viene un grupo reducido de personas”, sostuvo.

Indicó que las normativas que impusieron para la apertura de los templos son similares a las que dictó el gobierno en su guía. Detalló que se requiere el uso de mascarilla, el lavado o desinfección de manos, desinfección de las iglesias, así como el distanciamiento social.

Por su parte, la portavoz de prensa del obispado de Arecibo, Vivian Maldonado, indicó a Primera Hora que esta próxima semana sería de preparativos para cumplir con las normas expuestas por el gobierno e identificar cuáles sacerdotes por ser de mayor edad o tienen su salud comprometida no podrían recibir a los feligreses.

Indicó que las iglesias que estén preparadas comenzarían el 30 de mayo y que se continuarían ofreciendo misas virtuales.

Asimismo, la portavoz comentó que, en términos generales, a las personas que asistan a las misas se les requerirá mascarilla, guardar distancia, no conglomerarse en entradas, pasillos y sacristía, hasta un máximo de dos monaguillos podrán asistir al sacerdote, no se daría el saludo de la paz y se desinfectaría después de cada celebración.

Maldonado no pudo precisar si las misas serán diarias o se limitarían a los fines de semana.

Para el resto de las iglesias católicas, el arzobispo González Nieves explicó que las diócesis de San Juan, Caguas, Ponce, así como Fajardo-Humacao se unieron para establecer un protocolo conjunto. El mismo se completó de redactar en la mañana de este viernes. Se trata de un documento de 15 páginas que, además de establecer las guías para evitar el contagio con COVID-19, detalla cómo serían las misas y demás actos religiosos.

El religioso precisó que la preparación para la apertura de los templos será por fases, las cuales comenzarían a realizarse desde el próximo martes, 26 de mayo. La primera es la desinfección y limpieza de las estructuras, así como que todos los sacerdotes se realicen la prueba rápida para detectar el viru y la prueba molecular.

De hecho, el religioso afirmó que a los sacerdotes de las mencionadas diócesis se les requerirá repetirse las pruebas “una vez al mes para poder ejercer”.

Cumplidas con las primeras fases, sería cada sacerdote o párroco quien determinaría cuándo es el momento más oportuno para comenzar a recibir a los feligreses, cómo se controlaría la entrada y demás requisitos comunitarios.

“Les da la libertad a los párrocos a tomar esa decisión de acuerdo a la realidad de su parroquia”, precisó.

Las misas presenciales en estas diócesis se realizarán solo sábado y domingo. Dijo que más adelante se detallaría cuándo se procederán con las misas diarias.Además, no se llevará la comunión a las casas, mientras sacerdotes de la tercera edad o que tengan la salud comprometida no podrán realizar la unción de los enfermos.

“Queremos proceder con mucha prudencia, con mucha paciencia, no queremos que pase aquí lo de Corea de Sur que por medio de una iglesia se contaminaron miles de personas”, indicó el arzobispo.

Explicó que todos los católicos tienen dispensa de asistir a las misas, por lo que exhortó a que aquellas personas con alto riesgo de contagio, principalmente a los envejecientes, a que permanezcan en sus hogares.

De paso, el líder católico agradeció a todos los puertorriqueños por seguir las normas impuestas por el gobierno para evitar la propagación del coronavirus.

“La vasta mayoría ha actuado con mucha disciplina y se ha mantenido a sus hogares saliendo para lo más esencial”, destacó.

“Sigamos con un espíritu de unidad y esperanza para sobrevivir esta pandemia y comenzar una nueva normalidad, porque será imposible volver a la vida como era antes del COVID-19. Y, aprendamos muchas lecciones de esta dura experiencia para nuestra vida interior, nuestra vida en familia, la convivencia social, la solidaridad... Ya comienza un nuevo amanecer en nuestra patria y el mundo entero”, añadió.