Quebradillas. El zoológico El Arca de Noé ha sufrido el deterioro de casi 50 años que tiene de fundación porque no sólo el edificio muestra su edad, también las jaulas vacías manifiestan el decaimiento de este lugar que, décadas atrás, fue un importante centro turístico de la Ciudad Pirata.

Sin embargo, con sus 90 años, doña Celeste Igartúa trata de mantener a las decenas de animales que aún le quedan en este lugar que inauguró en el 1963, de la mano de su hoy fallecido esposo Félix Jiménez.

“Ella mejor deja de comer para darle a los animales. Esto para ellos (los fundadores) no era un negocio, era amor”, expresó Lisander Jiménez, quien está emparentado con la familia y aprovechó que viajó desde Estados Unidos, donde vive, para ver el zoológico que tantas veces recorrió cuando era niño. “Es triste ver las jaulas vacías”, comentó.

A doña Celeste le ayuda en la tarea de mantener el zoológico su hijo, Félix Jiménez, quien también sobrepasó la edad de oro y admite que está sin las energías para mantener un negocio como éste. Además, tienen un empleado que los ayuda en el mantenimiento y la alimentación de las especies.

“Esto era precioso, pero estamos cansados, por eso lo tenemos con Deida Realty para ver si se vende o se alquila. Lo que nosotros queremos es el retiro”, dijo Jiménez, hijo, a quien ya le hablaron de un posible comprador. “Lo tengo que decir con dolor en el alma porque ésta era la vida de uno”, agregó.

Para los amantes de los animales, resulta penoso verlos encerrados en estas áreas desoladas. Sin embargo, sus jaulas estaban limpias, no había mal olor en el lugar y ni los alimentos ni el agua faltaban, como pudo comprobar Primera Hora en una visita sorpresa a la instalación.

Los dueños de la propiedad no tuvieron ningún reparo en que visitáramos y oberváramos las instalaciones.

No obstante, la peor parte la tienen los peces que se exhiben en lo que antes fue un acuario. Las grandes peceras estaban sucias aunque quedaban pocos animales acuáticos. También se exhiben algunos anfibios quedan; un burro y un venado, pero lo más que abundan son las aves, como cotorras, palomas, pavos reales y gallos.

Las jaulas vacías hacen imaginar que a lo mejor algunas de las especies que allí vivían estarían sueltas por el barrio y que las cebras o los monos serían el dolor de cabeza de los vecinos, como los hipopótamos fugados en Colombia de lo que fue el zoológico privado del narco Pablo Escobar.

Sin embargo, Jiménez señaló que algunos de los animales exóticos que tenía El Arca de Noé fueron confiscados por el Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA) entre el 2005 y el 2007.

Otros de los animales murieron de vejez, aseguró el propietario del zoológico al manifestar que muchos estaban allí desde la fundación del lugar. Jiménez dijo que los animales recibían atención veterinaria y rechazó que sus muertes estuviesen relacionadas con maltrato.

Aunque Primera Hora recibió comunicaciones de personas preocupadas por el estado de los animales, la agente Wanda Vázquez, de la oficina de prensa de la Comandancia de Arecibo, dijo que en el cuartel de Quebradillas no han recibido querellas.