“Desesperación” entre ciudadanos aumenta en Quebradillas
"El agua es cero”, destacó el alcalde.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 8 años.
PUBLICIDAD
Quebradillas. En el área del Guajataca escasea el agua potable y la “desesperación” aumenta entre los ciudadanos, dijo ayer el alcalde Heriberto Vélez.
“Aquí, no hay agua potable. El agua es cero”, denunció ayer Vélez en la Oficina de Manejo de Emergencias de este pueblo. “Un ingeniero de la Autoridad de Acueductos y Alcantarrillados (AAA) vino a decirme que una de las plantas del pueblo está lista para suplir agua, pero necesita 800 galones de diésel para ponerla a operar. Y nosotros no tenemos esa cantidad de diésel. La Autoridad no ha podido coordinar lo del diésel con nadie. Si resolvemos esa situación, nos quitamos de encima un sinnúmero de problemas. Es algo fundamental para nuestro pueblo. Hay mucha gente desesperada”.
Relacionadas
Por el momento, Vélez dijo que diariamente envía transporte a Isabela para recoger agua y así establecer oasis en distintos puntos del pueblo. Precisó que hay un oasis fijo en la Oficina de Manejo de Emergencias, y otros dos los van rotando por los barrios del pueblo. “Y no toda el agua es potable”.
El pasado miércoles, el primer ejecutivo de este municipio viajó al Centro de Convenciones para reunirse con personal de diversas agencias para pedir ayuda, incluyendo a FEMA. Y dijo que todavía sigue esperando por la llegada de agua y alimentos.
“Uno va allí y todos te prometen que te van ayudar, pero la ayuda no llega. Ellos no están en el campo para conocer la necesidad de la gente. Nos tienen estancados. Todos los días aquí recibimos a personas buscando agua y comida. Nosotros teníamos una comida almacenada para el pueblo de Loíza tras el huracán Irma y la estamos compartiendo con la gente más necesitada. Solo hemos escuchado que el Departamento de la Familia llegó por ahí con 10 cajas de comida”, dijo.
“Pienso que hace falta un plan de acción militar para acelerar la entrega de agua y comida. Los militares tienen el conocimiento para manejar estas emergencias. Aquí en el gobierno (estatal) hay personas que no saben cómo manejar esta crisis”, apuntó Vélez, precisando que un total de 2,160 residencias fueron destruidas parcial o completamente. “Eso representa entre un 25%-30% de la totalidad de casas en el pueblo”.
En Quebradillas, a su vez, ya no quedan refugiados en la escuela Manuel Ramos, dijo el alcalde, al agregar que las familias desalojadas por el posible colapso de la represa del lago Guajataca ya regresaron a sus respectivas residencias. “Siempre he dicho que la situación de la represa fue exagerada. Muchas de las comunidades desalojadas no estaban en ningún riesgo. Fue una situación innecesaria”, dijo Vélez al indicar que la fisura en la represa “lleva muchos años”.
Al igual que en el resto de la isla, la falta de combustible ha sido un gran problema en este pueblo. Vélez dijo que los dos hospitales privados del pueblo están operando parcialmente por la falta de diésel. “Uno de ellos abre hasta el mediodía y el otro hasta las 4:00 p.m.”, dijo el alcalde al señalar que uno de los principales supermercados del pueblo reanudó operaciones en pasados días.
En el oasis en la Oficina de Manejo de Emergencias, el quebradillano Giberto Muñoz llegó con dos envases plásticos para recoger agua. “La situación es muy complicada para todos; no hay agua ni gasolina. Al menos, el supermercado abrió y están supliendo algunas cositas”, dijo Muñoz, del barrio Terranova. “Pero a estas alturas es difícil entender cómo Acueductos aún depende de la Autoridad para operar con su energía. Ya es tiempo que Acueductos tenga su propia energía. Esto del agua es fundamental”.