Desde nuestras aguas se monitorea la intensidad de los huracanes
Planeadores subacuáticos son usados desde Lajas para recopilar información sobre la temperatura en las profundidades del mar.

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Lajas. Desde las instalaciones de CARICOOS, en la costa de Lajas, se opera una flotilla de “gliders”, unos modernos planeadores subacuáticos autónomos que guían pilotos desde tierra y que pueden recopilar datos hasta 900 a 1,000 metros (2,900 a 3,200 pies) de profundidad, que son esenciales para mejorar los pronósticos de huracanes, en particular de su intensidad.
Según explicó el técnico oceanográfico Julián Morell Ramírez, uno de los encargados de pilotear y dar mantenimiento a los “gliders”, estos aparatos autónomos subacuáticos recogen información de “conductividad, temperatura y oxígeno hasta 1,000 metros de profundidad, con propósitos de mejorar la predicción de huracanes”.
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Según explicó, los aparatos “envían los datos de la columna de agua a personas que pueden mejorar los pronósticos de fortalecimiento de los huracanes. Con tener los datos localizados, particularmente de temperatura y salinidad, permite al modelo entender mejor qué va a hacer el huracán al pasarle por encima”.
Morell Ramírez indicó que los vehículos se preparan fuera de la temporada de huracanes y se lanzan al agua en junio o julio. Pueden estar navegando hasta noviembre o diciembre. Reciben una señal de satélite que les indica las instrucciones de su próxima inmersión, que dura unas cuatro horas, tiempo durante el cual se mantiene recopilando datos.

Los datos que informan estos equipos han contribuido a mejorar la predicción del comportamiento de huracanes.
Antes, solo se podía conocer la información que llegaba a través de imágenes de satélite, que apenas es “una lasca bien finita” de la temperatura en la superficie del océano, pero no ve masas de agua caliente que pueda haber a más profundidad, que el huracán puede alcanzar. Esa situación, explicó el técnico, ocurrió durante el huracán Katrina, cuando no había “gliders” operando, y los satélites veían que tenía delante unas aguas no tan cálidas, pero no podían saber que había una masa de agua caliente a más profundidad, y al pasarle por encima, “se fortaleció y en cuestión de dos días era categoría 5″.
Estos planeadores no solo pueden ver la temperatura de esas masas en profundidad con bastante tiempo de antelación al paso del huracán, algo de mucho valor para pronosticar su intensidad y poder tomar medidas preventivas como evacuaciones masivas, sino que se pueden incluso colocar en la ruta del huracán “y no le va a pasar nada. Se mantiene como una boya, sobrevive al huracán y da los datos en vivo, y ahorra los miles de dólares al día que costaría un barco oceanográfico operando, y no pone en riesgo vidas humanas”.
La flotilla de “gliders” que opera desde CARICOOS, entidad científica que monitorea las aguas costeras y oceánicas del Caribe, como parte de una más amplia red de observación a nivel de los Estados Unidos, cubre el área circundante a Puerto Rico y las Islas Vírgenes, y también ofrece apoyo a República Dominicana si lo necesitan.