Denuncian que el gobierno está ajeno a las necesidades de la población sorda
Así lo reveló un estudio del Instituto de Estadísticas de Puerto Rico.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 2 años.
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Gran parte de las personas que son totalmente sordas en la Isla se sienten desatendidas por parte de las agencias gubernamentales.
Esto fue lo que reveló el estudio de necesidades de la comunidad sorda en Puerto Rico, recopilado y publicado por el Instituto de Estadísticas de Puerto Rico.
De las 739 personas encuestadas, el 84% -totalmente sordas- dijeron enfrentar barreras a la hora de recibir servicios de seguridad pública, mientras que el 75% resaltó tener dificultades en solicitar servicios de agencias de gobierno en general.
Asimismo, el 63% de las personas totalmente sordas afirmaron no tener comunicación efectiva del gobierno en momentos de emergencias nacionales, como huracanes, terremotos, desastres naturales o durante la pandemia del COVID-19.
Esta problemática se multiplicó para esta población durante la emergencia salubrista, pues el 83% se comunica mediante la lectura de labios, práctica que se vio imposibilitada por el uso obligatorio de mascarillas nasobucales para evitar la propagación del coronavirus.
Cabe destacar también que el 55% tiene retos al intentar acceder servicios en un hospital.
Exigen más atención de parte de Educación
Además de la encuesta, el Instituto de Estadísticas también realizó tres grupos focales en los que 21 docentes de las escuelas especializadas del Colegio San Gabriel, en San Juan, y el Centro Educativo Fray Pedro, en Ponce, señalaron que el Departamento de Educación “parece no entender las necesidades reales que tienen los estudiantes sordos”. Expresaron que al momento de trabajar con un alumno que presente dificultades auditivas, su respuesta es, meramente, brindarle un intérprete.
“Muchos de los estudiantes sordos, y parcialmente sordos, que llegan a instituciones especializadas son referidos por el DE. Hoy día estos referidos se están dando cuando los estudiantes ya tienen una mayor edad, por lo que lleva a rezagos en el desarrollo de estos estudiantes”, leen los resultados de los grupos focales.
“Concuerda que esto no es algo aislado que tiene que ver solo con estudiantes sordos, sino que es la norma con otros estudiantes que presentan alguna discapacidad”, continúa.
Los educadores acordaron que a los padres, quienes deben aprender lenguaje de señas para comunicarse efectivamente y reforzar la enseñanza, no se les da el apoyo necesario al momento del diagnóstico de sus hijos.
En ocasiones, los menores tienen que utilizar a sus maestros como intérpretes para que sus padres los entiendan, reveló el especialista de evaluación y quien gerenció el proyecto, Manuel Mangual.
Es por esto que Mangual sugirió que no sea una opción aprender el lenguaje de señas, sino que se adiestre a todos para así promover la inclusión e integridad de esta población.
“Verdaderamente, sí necesitamos implementar o establecer un lenguaje oficial como el lenguaje de señas y que sea parte (del currículo), como lo que aprendemos de español, como lo que aprendemos de inglés. También, aprender lenguaje de señas para (comunicarnos) con parte de nuestra comunidad”, recomendó.
“Hay que ir a las agencias de gobierno y evaluar, diagnosticar qué está sucediendo en esas agencias y cómo podemos convertir esas agencias en unas adecuadas para las personas sordas. Y, en el Departamento de Educación, implantar estos hallazgos. ¿Qué estás haciendo? ¿Qué debemos mejorar? (Tenemos que) ir a la Legislatura, presentar esta información. Hace falta la educación, hace falta cambiar la forma en que las legislaciones actuales atienden estos asuntos. Educación, hace falta educar. ¿Cómo hacemos servicios para educar a los padres, a las madres, desde el momento del diagnóstico? ¿Hay algún programa? ¿Hay fondos federales y estatales para esto? Son muchos lugares donde yo iría y, desde mi punto de vista, desde mi perspectiva y desde lo que nos llama nuestra visión y misión, es promover esta información a esos lugares, a esas entidades, hacer ruido, literalmente, para que nos escuchen y vean la realidad de estos datos y tomen acción sobre ellos”, acotó el director ejecutivo del Instituto, el doctor Orville Disdier.
Sufren de discrimen
La comunidad no solamente señaló la invisibilidad de parte del gobierno y sus agencias, sino que también apuntaron a que sufren de discrimen cotidianamente, por cuanto el 86% de la comunidad totalmente sorda en la Isla indicó sentirse discriminada frecuentemente. De esta cifra, un 41% dijo que el prejuicio en contra de ellos suele pasar muy a menudo, mientras que el restante 46% señaló que presencia el discrimen a veces.
“Podemos presumir ahí, con estos números, que el 86% de las personas se sienten discriminadas, ya sea a menudo o a veces. (Podemos decir que el discrimen no pasa), pero esta es la voz de estas personas”, manifestó Disdier.
Los retos no se limitan a aquellos totalmente sordos, ya que los que se identifican como parcialmente sordos también dijeron enfrentar dificultades en la búsqueda de servicios de seguridad pública (49%), en solicitar servicios de gobierno (53%) y sentirse discriminados (68%).
Cabe mencionar que el 65% de los encuestados están empleados.
“La mayoría que llenaron esta encuesta están en un entorno laboral. La pregunta es: ¿cómo les va en ese entorno laboral?”, cuestionó Disdier.
De los participantes, el 63% nacieron totalmente sordas. Según el sistema de vigilancia de factores de riesgos (BRFSS, en inglés) de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, en inglés), en el 2020 se calculó que el 10% de la población estadounidense y que reside en el Distrito de Columbia y tres territorios estadounidenses, incluyendo a Puerto Rico, son personas sordas o con gran dificultad auditiva.
El estudio se efectuó durante aproximadamente seis meses, dando inicio en diciembre de 2021. El cuestionario, que incluyó la participación de sordos, parcialmente sordos y oyentes que viven o conocen a sordos, estuvo disponible para recibir respuestas de personas mayores de 18 años por un lapso de 60 días. El formulario incluyó preguntas que generó información cualitativa y cuantitativa.
Mangual gerenció el estudio tras un malentendido que atravesó con un empresario sordo.
El análisis de los retos de esta comunidad continuará de parte del Instituto de Estadísticas, por lo que en estudios futuros, se pretende profundizar y especificar los escenarios en los cuales estas personas enfrentaron dificultades o prejuicios en sus entornos sociales.
“Vamos a profundizar de alguna manera sobre los temas que han salido sobre los temas que han salido aquí”, afirmó Disdier a Primera Hora.
“Como director ejecutivo del Instituto de Estadísticas, encargado de la misión y la visión del Instituto que es promover a Puerto Rico con esos datos completos, confiables y de acceso rápido y universal, mi recomendación principal es promover esta información para llevarla a los foros pertinentes y cambiar las cosas que estamos haciendo. Por ejemplo, usar estos datos para genera, quizás, evaluaciones de cómo está funcionando las instituciones educativas”, agregó.