Humacao. - Lo que para unos es un templo de adoración dedicado a Dios, para más de una decena de vecinos de la calle 12-A de la urbanización Villa Universitaria en Humacao, se ha convertido en “un dolor de cabeza” ante la alegada falta de consideración que los feligreses de la iglesia Cristianos Unidos, inc., que opera en la mencionada vía, han mostrado en los pasados dos años hacia los residentes de la comunidad.

Un grupo de vecinos señaló problemas de acceso a sus residencias, estacionamiento ilegal y ruidos innecesarios hasta altas horas de la noche que son provocados por los asistentes al templo, que, según explicaron, agrupa a unos 100 seguidores.

“Constantemente esto aquí se llena de carros que vienen a la iglesia de gente que no es de aquí y se estacionan encima de las aceras, nos bloquean las entradas a las casas, bloquean los hidrantes y están hasta pasadas las 11:00 de la noche tocando la batería a todo volumen sin considerar a los vecinos que vivimos aquí”, explicó don Ramón López Gerena, portavoz de los vecinos y quien vive junto a su esposa, paciente de cáncer.

“Nosotros no estamos en contra de que se predique. Jamás. Todos nosotros somos cristianos, pero los derechos de ellos terminan donde empiezan los de nosotros”, añadió el empleado retirado del Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA).

Por su parte, doña Mildred Díaz, residente en la calle hace 38 años, explicó que antes de la llegada del actual pastor Ángelo Rodríguez, jamás se había tenido ningún problema con la iglesia, que fue fundada en el lugar en 1978.

“Los pastores que estaban en esa iglesia eran todos personas muy responsables que respetaban a todos los vecinos. El ruido nunca había llegado a ser tanto. Uno de los vecinos midió los decibeles del ruido en un día de culto y se registraron 90 decibeles cuando el permitido por la Junta de Calidad Ambiental es 50 decibeles en la noche y 60 durante el día”, explicó doña Mildred.

Asimismo, Orlando Merle, otro de los vecinos, explicó que el más afectado es don Richard Heredia, un anciano de 67 años cuya residencia está contigua a la iglesia y que, supuestamente, ha sido agredido verbalmente por el pastor Rodríguez.

“Yo fui testigo de que el pastor le dijo a este señor usando el micrófono, que es una persona mayor y que está enfermo, que era un ‘pichón de mangle’ y eso es una falta de respeto. Don Richard se ha molestado varias veces porque a veces son las 11 de la noche y hay tertulias de los feligreses afuera de la iglesia que no dejan dormir a nadie”, dijo Merle.

Los residentes sometieron una querella en 2011 al Municipio de Humacao para que investigara los permisos de operación del templo. La Oficina de Permisos municipal indicó que, desde que se sometió la querella, el pastor Rodríguez no ha producido evidencia que pruebe la existencia de un permiso de uso para la operación de la misma y, hasta el momento, no se ha gestionado dicho permiso por parte de la iglesia.

“Hostigamiento contra la congregación”

Mientras tanto, el pastor de la congregación negó categóricamente que sus feligreses actúen de manera desconsiderada y violen leyes al visitar el templo.

“Aquí nadie se estaciona en las aceras, ni bloquea los hidrantes. Eso no es cierto. Aquí lo que tiene el gobierno municipal es una persecución contra mi persona y contra mi congregación porque yo me lancé en las pasadas elecciones como candidato por write-in para la alcaldía de Humacao”, aseguró aunque indicó no tener conocimiento de las fotografías tomadas por los vecinos que muestran violaciones a varias leyes de tránsito por parte de presuntos asistentes a la iglesia cuyos autos pueden verse estacionados encima de aceras y bloqueando hidrantes.

“Yo no soy el fundador de la iglesia. Yo llego en el 2008 y me instalan como pastor y no como administrador. Entiendo que la iglesia tiene todos sus permisos al día pero, al ser una corporación tan vieja, esos permisos se sacaron con la oficina de ARPE pero ahora el gobierno estatal me dice que esos permisos no aparecen”, aseguró el pastor.

El religioso cuestionó además la “poca sensibilidad y falta de discreción del gobierno municipal al atender los asuntos de la iglesia” ya que, según indicó, el interdicto en los tribunales contra el templo fue sometido por el Municipio y no por los vecinos.

Rodríguez enfatizó que las actuaciones del municipio y de los vecinos son un “hostigamiento contra la congregación”.