Denuncian crimen con tortuga atada a un bloque en Rincón
El macabro hallazgo ocurrió en la playa Córcega y el DRNA investiga.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 5 años.
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Una ciudadana denunció hoy el hallazgo de una tortuga amarrada a un bloque en una playa de Rincón, lo que ha iniciado una investigación por parte del Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA).
Carla Francesca, propietaria de The Healing Studio y fundadora de Mundo Namaste, colgó en la red social de Facebook las imágenes de la tortuga muerta en Córcega Beach.
“Un encuentro muy triste y horrible en mi caminata matutina en la playa de Corcega. Intentamos llamar a Recursos Naturales para informar. Los pescadores locales nos dijeron que se debe a las trampas de langostas colocadas en las profundidades del océano. Los carey y otras tortugas marinas quedan atrapados en estas redes. Esta estaba atrapada y probablemente murió en el océano. Luego fue atado intencionalmente con un bloque para evitar que salga a la superficie y mostrar el horrible crimen contra esta criatura inocente”, explica la joven en su mensaje.
Mientras, el DRNA especificó que se trata de un un peje blanco de concha y que estaba “amarrado por uno de los chambones, método que utilizan delincuentes cuando los atrapan para luego buscarlos y matarlos”.
“Este caso está siendo investigado por el Cuerpo de Vigilantes del DRNA. Esta especie está protegida tanto a nivel estatal como federal”, indicó por escrito.
Exhortó a los grupos de protección de tortugas que están siempre alertas ante cualquier eventualidad que si ven “a una tortuga o cualquier especie marina bajo amenaza, se comunique al DRNA para la intervención inmediata del Cuerpo de Vigilantes. Puede llamar al 787-724-5700 o (787) 999-2200 extensión 5703 o a través de nuestras redes sociales”.
Según el Servicio Federal de Pesca y Vida Silvestre, el peje blanco o tortuga verde es una de las tortugas marinas más conocidas en Puerto Rico. Se desplazan ampliamente en aguas tanto tropicales como templadas.
De las tortugas marinas que tienen caparazón, el peje blanco es el más grande llegando a medir casi 40 pulgadas y pesar cerca de 350 libras. Se han encontrado individuos de 650 libras.
El carapacho del adulto es suave y continuo (no en placas sobrepuestas, como el carey de concha), de color marrón claro con manchas irregulares más oscuras. La parte central es blanco-amarillosa y la cabeza es relativamente pequeña de color marrón claro con marcas amarillas. Los individuos más jóvenes son de color negro en la parte dorsal y blancuzco en la parte central, el borde del carapacho y las aletas.