Decenas de personas llegan a funeraria para despedir a Keishla Rodríguez
Unos iban vestidos de blanco y otros llevaban en sus brazos o en su frente un listón blanco con el nombre de Keishla impreso.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 3 años.
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“Es mi hija la que me guía, es ella la que me está guiando”.
En medio del dolor que le embarga, pero aferrado a una fortaleza que, sostiene, proviene de su hija, José A. Rodríguez se mantenía en pie hoy en medio de los servicios fúnebres de su hija, Keishla Rodríguez Ortiz, cuyo cuerpo fuera encontrado en la Laguna San José, en San Juan.
Decenas de personas llegaron hoy hasta la Funeraria Ehret, en Río Piedras, donde se expone el cuerpo de la joven de 27 años hasta mañana, en muestra de solidaridad con la familia ante la inesperada muerte, víctima de la violencia machista. Su cuerpo fue recuperado el sábado en la Laguna San José, en Río Piedras.
El progenitor de Keishla, así como su madre, Keila Ortiz Rivera, y hermanos llegaron hoy a la funeraria cerca de las 12:30 del mediodía. Unos iban vestidos de blanco y otros llevaban en sus brazos o en su frente un listón blanco con el nombre de Keishla impreso.
La familia también llevó en unos coches a los dos perros de Keishla, quien trabajaba en un negocio de grooming para mascotas. “Se siente la alegría de mi hija, de verdad que sí”, dijo en unas breves declaraciones que ofreció a la prensa durante un instante que salió de la capilla.
Tal y como había reclamado en ocasiones anteriores, Rodríguez llamó a las autoridadaes a atender e investigar cada querella, cada alerta de una víctima de violencia doméstica. “Que atiendan cualquier queja, cualquier queja de una mujer por más mínima que sea”, expresó.
Entre las personas que llegaron hasta la funeraria a mostrar sus respetos, hubo quienes llevaron globos blancos. Mientras, otros le entregaron flores y vistieron de violeta, color de la lucha en contra de la violencia de género. “Me movió, definitivamente, la lamentable noticia de Keishla y el hecho de que como fue ella, pude haber sido yo, pudo haber sido mi amiga, pudo haber sido cualquier fémina. No estamos exentas a que sucedan estas cosas”, afirmó Tiare Santiago, de 25 años, y vecina de Toa Alta.
Santiago subrayó que es repudiable que las mujeres sigan siendo asesinadas por el hecho de ser mujer. “Esta brutal que no valoren la vida de nosotras y que, mayormente, el hombre nos trate como un objeto cuando no es así”, señaló.
Por su parte, Vivian Rodríguez, de Vega Baja, afirmó que no se puede seguir agrediendo a las mujeres. “Nos están matando económicamente, ya tú sabes que la Junta (de Supervisión Fiscal) es la que controla todo, nos están matando en salud...estoy aquí porque es que no puedo seguir leyendo noticias así”, afirmó.
Aunque validó el reclamo de establecer una educación con perspectiva de género, Rodríguez destacó la urgencia de promover un trato justo hacia las víctimas en las distintas esferas, como la Rama Judicial. “Este sexismo y discriminación es sistemático”, apuntó la mujer.
“Nos debe afectar a todos esta muerte tan salvaje”, añadió Rodríguez.
Fernando López, por su parte, sintió que acudir al velorio de Keishla era una forma de honrar la memoria de su madre y su abuela, quienes la inculcaron el valor del respeto hacia las mujeres. “Sin la mujer no existe la vida, sin la mujer yo no estaría aquí. Es una manera también de ponerme en contacto espiritualmente con mi mama y honrar sus enseñanzas”, señaló.
Desde el momento que el caso trascendió públicamente la semana pasada, la familia de Keishla identificó al boxeador Félix Verdejo -con quien alegan la joven sostenía una relación sentimental y de quien estaba embarazada- como el responsable de su desaparición.
El domingo Verdejo se entregó al Negociado Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés), después de que el tribunal federal emitiera una orden de arresto en su contra en relación al asesinato de Keishla y, desde entonces, permanece en la Centro de Detención Metropolitano de Guaynabo.
El FBI acusa a Verdejo de un carjacking y de un secuestro que resultó en la muerte de una persona. También incluyó una denuncia por matar intencionalmente a un menor por nacer. Por los cargos, el caso es elegible para la pena de muerte.
Según la denuncia del FBI, una persona que coopera con las autoridades sostuvo que Verdejo “contactó al testigo y le solicitó ayuda para terminar con el embarazo de la víctima, quien le dijo a Verdejo que ella estaba embarazada con su hijo basado en el resultado de la prueba”.