Por cuarto año consecutivo, más de 60 personas convocadas por el Centro de la Mujer Dominicana, realizaron una marcha este jueves al mediodía por el pueblo de Río Piedras para recordar las vidas de mujeres asesinadas en casos de violencia de género.

Muchas de las marchantes empuñaron crucifijos con los nombres de víctimas y se colocaron velos de boda. Todas clamaban por un cese a la violencia de género y sus reclamos retumbaron a través de un altoparlante por varias calles del casco urbano de riopedrense. 

Las manifestantes lucieron vestidos de novia, como han hecho en todas las pasadas marchas, en memoria de Gladys Ricart, una inmigrante dominicana que fue asesinada en 1999 en su día de boda en Nueva York, mientras que los hombres que tomaron parte en el acto lucían alguna pieza blanca para solidarizarse con la causa.

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La marcha ocurrió alrededor del mediodía en la Parroquia Nuestra Señora del Pilar y culminó en la Plaza del Roble con un acto simbólico luego de transcurrir por la calle Arzuaga y un tramo del Paseo de Diego. 

Muchos transeúntes y peatones observaron la manifestación en silencio mientras los activistas finalizaron el acto de recordación leyendo los nombres de 28 mujeres que han sido asesinadas en casos de violencia de género entre el 2014 y el pasado octubre.

Entre las manifestantes también se encontraban representantes de varias organizaciones que defienden los derechos de la mujer y víctimas que participaron de la manifestación para llevar un mensaje de paz.

"Esta manifestación representa la vida y la lucha para sobrevivir. Tenemos que decirle que no al maltrato. No nos podemos quedar calladas”, sostuvo Wendy Vargas, quien el pasado abril sobrevivió una agresión de arma blanca de su exmarido. El agresor se privó de la vida luego de cometer el crimen.

La manifestación también se realiza para recordar la vida de las hermanas Mirabal, asesinadas en 1960 durante la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo en la República Dominicana, y Florinda Soriano, "Mamá Tingó", otra activista dominicana que murió en 1974 durante el gobierno de Joaquín Balaguer.

Muchas de las activistas se expresaron con solemnidad al ser preguntadas sobre la manifestación que intenta levantar la voz de alerta sobre el mal de la violencia de género.

“Esta es una estrategia de acción social para que la comunidad reconozca el grave problema que enfrenta las mujeres por la violencia doméstica y del Estado”,  indicó Noelia Delgado, la intercesora legal del Centro de la Mujer Dominicana, la entidad que anualmente organiza la manifestación.