Mayra Vera Guzmán acudió al llamado de su hija Dariana, quien le pidió una toalla cuando terminó de bañarse, pero notó que la pequeña tenía

varias erupciones en el área del costado derecho. Ante la preocupación, preguntó a su retoño si se había dado un golpe, si le dolía, en fin, ninguna de sus interrogantes tenía una contestación satisfactoria, hasta que sucedió lo que menos se imaginaba.

A Dariana Sánchez Vera le diagnosticaron sarcoma Ewing a los siete años, un tumor maligno que se forma en los huesos, por lo que las protuberancias eran parte del absceso alojado en su frágil cuerpo.

“Eso que parecía como bolitas de grasa era el tumor que se estaba metiendo a través de los huesos de las costillas y nosotros solamente veíamos esa parte, pero lo grande estaba adentro. Ahí fue que empezó todo, porque rápidamente la llevaron al Hospital San Jorge y la operaron”, recordó Mayra quien tuvo dos hijos producto de su matrimonio con Jesús Sánchez.

Según Vera, Dariana perdió tres costillas durante la intervención quirúrgica. “Ahí empezó el tratamiento de quimioterapia y radioterapia, por eso recibió más de 35 transfusiones de plaquetas y sangre porque el tratamiento era muy agresivo, se descompensaba mucho. Como resultado de la operación, al perder tres costillas adquirió escoliosis, se me fue doblando un poquito, pero la operaron, le pusieron dos varillas y 14 tornillos”, contó.

“Ella es una campeona porque en ese proceso nunca se quejó, fue bien valiente, aguantaba mucho dolor sin decir nada. Bueno, lo único que lamentaba era no poder ir a la escuela que estaba cerquita de la casa… tomó el segundo grado en el hospital”, agregó.

Justo al terminar el tratamiento de cáncer en el 2009, esta familia ponceña recibió otra noticia que les desconcertó. “Cuando terminó el tratamiento, la doctora Gloria Colón nos dijo que para que a Dariana se le pudiera decir sobreviviente de cáncer teníamos que esperar 10 años, porque el tipo de cáncer en los huesos que tenía mi hija era bien agresivo. Algunos pacientes tienen que esperar cinco años, dependiendo del diagnóstico, pero para nosotros eran 10”.

Vera Guzmán relató que en agosto de este año se cumplió el término por el que tanto oraron. “La doctora bien contenta le dijo, ‘Dariana, ya por fin te puedo decir que eres sobreviviente de cáncer’. Nos emocionamos, lloramos muchísimo, bien contentos porque todos los años contábamos ‘faltan tres, faltan dos’ y al fin, se dio y por eso estoy bien agradecida de Dios porque mi hija es una luchadora”, dijo al revivir el ansiado momento.

Por su parte, Dariana quien ahora tiene 18 años y estudia bellas artes en la Universidad Católica de Ponce, relató la dureza del proceso.

“No ha sido fácil, pero pude manejar lo que me estaba pasando y gracias a Dios, por el tratamiento recibido, el apoyo de mi familia y las oraciones de mucha gente. De verdad, que me siento feliz porque estoy sana, estoy viva, llena de vida”, sostuvo la joven  que durante la enfermedad descubrió su talento para el dibujo y también practica guitarra.

Aun bajo tratamiento, se graduó de duodécimo grado del Colegio Sagrada Familia con el promedio más alto y se hizo voluntaria de organizaciones que ayudan a pacientes de cáncer, entre estas la Fundación Go GoGo, que durante años la transportó a sus citas médicas en San Juan.

“Soy feliz, porque Dios me dio otra oportunidad para vivir, para cumplir mis metas… tengo tanto que agradecer, de verdad que sí”, resaltó Dariana con una sonrisa en sus labios.

“Yo quiero decirles a las personas que están recibiendo un diagnóstico de cáncer, que no pierdan la esperanza, que todo va a estar bien, que confíen en Dios, porque todo esto pasará”, acotó.