Dan los pasos para mejorar el “grave” problema de atención dental a personas con diversidad funcional
Desde el Recinto de Ciencias Médicas nació la iniciativa “Sonrisas Especiales”.
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Desde Villalba, Puerto Rico, u Orlando, Florida, niños y personas con diversidad funcional llegaron ayer hasta el Hospital de la Universidad de Puerto Rico (UPR) doctor Federico Trilla, en Carolina, para lograr tener sonrisas más relucientes.
El proceso no fue del todo fácil, pero estuvo colmado de dulces atenciones y comprensión. Es que algunos de los pacientes tuvieron que ser amarrados a sus sillas, atendidos por hasta cinco doctores o simplemente se les dio un apretón de manos para que sintieran seguridad al momento de permitir que trabajaran en su dentadura. Otros sólo necesitaron que aceptaran los besos que repartían a aquellas féminas a las que encontraban bonitas.
En total fueron 35 pacientes que participaron de la segunda edición de “Sonrisas Especiales”, que involucró al personal de la clínica dental del hospital, así como catedráticos, estudiantes y residentes de la Escuela de Medicina Dental del Recinto de Ciencias Médicas (RCM) de la UPR.
Mariano Torres fue uno de los que llegó desde Villalba a Carolina para que su hijo Jmario Torres Maldonado, de 16 años y quien padece de deficiencia de folato congénito, fuera atendido en este particular proyecto.
El padre contó que llegó al hospital luego de recorrer varios dentistas que atendieran a su hijo sin mucho éxito.
“Aquí es donde mejor me lo tratan”, aceptó.
“Ellos tienen como el tacto para bregar con él. A él había que amarrarlo y todo eso para poder bregar. Ya no lo hacen, porque lo tienen en control y de buena manera. ¿Me entiendes? Una vez lo llevamos a otro dentista y, cuando lo llevamos al otro dentista, me lo tuvieron que amarrar por piernas, brazos y todo eso y el trato no fue el mejor. Y vinimos, pues, buscando mejor alternativas para su salud”, añadió.
Primera Hora observó que, cuando Jmario era atendido, los médicos le pedían que sonriera y este dejaba ver cómo iban quedando sus dientes. Ni se quejó.
Para este evento, fue la cuarta vez que Luz Milagros Santiago Rosario, de 44 años y quien padece de síndrome de Down, viaja desde Orlando a Puerto Rico a ser atendida en la clínica dental.
Carmen Rosario Matos, la mamá de Luz, contó que salieron de la Isla hace años atrás, ya que no encontraban la atención educativa adecuada para su hija. Sin embargo, en Orlando no encontró a un dentista que atendiera las necesidades especiales que esta tenía. El más cercano eran en Miami. Por ello, decidió que era mejor darse el viaje a su Isla para lograr atender la dentadura de su hija, la cual estaba en peligro.
Explicó que los dentistas evitaban ver a su hija por miedo de cometer un error al momento de sedarla o anestesiarla para hacerle los procedimientos que requería.
“Aquí es donde único me le han dado ese beneficio, que puedo traerla. Sus dientitos ya estaban movidos. Ya la infección le había cogido la encía y se la estaba dañando. Entonces, pues, allá me decían que tenía que operarla y quitarle los dientes. Yo le dije: ‘Pues, no, yo busco una ayuda para ella’”, contó, al explicar la razón por la que llegó hasta el hospital carolinense.
Luz Milagros fue atendida por la directora de la Clínica Dental del hospital, la doctora Uzkelia Uzcategui. Esta le entregó un certificado por haber participado de “Sonrisas Especiales”. De agradecimiento, la mujer respondió con una gran sonrisa. Es que la intervención que ha recibido ha evitado que pierda todos sus dientes.
Esta atención especial es necesaria para las personas con diversidad funcional, ya que “a veces no cooperan mucho para tener buena higiene oral” y en muchas ocasiones se niegan a recibir la ayuda de sus padres, según contó Gina Paz, quien llevó a este evento a su hijo José Lorenzo Rosa Paz, de 25 años y quien está diagnosticado con perlesía cerebral con autismo.
“Mucha gente no conoce del servicio que da el hospital, que es de primera. José Lorenzo lleva para tres años atendiéndose aquí. Lamentablemente, los doctores privados ya no ven a estas personas con necesidades especiales”, comentó Paz.
De inmediato, se le cuestionó la razón por la que cree que los dentistas no atienden a estos pacientes. Dijo que “este tipo de pacientes hay que tener una preparación yo creo que diferente. Toma más tiempo atenderlos, porque a veces no se dejan, a veces hay que sedarlos, hay que llevarlos a salas de operaciones. A José Lorenzo las primeras veces se llevaba a salas de operaciones para que le pudieran hacer los trabajos o limpieza. A medida que ha ido creciendo, ha mejorado su cooperación para atenderse la higiene bucal”.
Sin embargo, el joven todavía es amarrado para recibir los servicios. Se observó que este no mostró resistencia y cooperó para que completaran el procedimiento rápidamente.
Son estas complicaciones que menciona Paz y el resto de los padres entrevistados por Primera Hora lo que llevó al RCM a añadir a su currículo clases de educación continua para que los dentistas aprendan a atender a pacientes con necesidades especiales, que puede ser desde un autista o síndrome de Down hasta algún paciente de cáncer, diabetes crónica o hasta que haya sufrido un accidente grave. También adiestran a la próxima generación de dentistas a tener la capacidad y el compromiso para dar estos servicios especiales.
“El hecho de incentivar a que los dentistas no tengan miedo a atender a este tipo de población es uno de los retos principales que tenemos en Puerto Rico y nosotros, desde el programa de residencia, hoy nos entrenamos y nos adiestramos precisamente para la atención a los mismos, brindando los servicios a esta población tan vulnerable”, comentó Adrián Estopinales Paredes, un dentista residente de segundo año.
Como parte del esfuerzo que realiza la Escuela de Medicina Dental, estuvo también conseguir la propuesta federal Sanus. Con estos fondos, se promueven estos cursos especializados y se mejorar el acceso a los pacientes, detalló la doctora Elaine Pagán Ortiz, Oficial Dental del Estado y directora del Proyecto Sanus.
La funcionaria aceptó que existe un problema, al que calificó como “grave”, de atención a personas con diversidad funcional y múltiples necesidades especiales. Comentó que, por ello, más allá de centrar sus esfuerzos en preparar a la clase médica, han creado un directorio de dentistas que atiende a esta población. El listado sólo incluye a 45 dentistas que dan servicios en Arecibo, Barceloneta, Barranquitas, Bayamón, Caguas, Carolina, Cayey, Ceiba, Florida, Guaynabo, Hormigueros, Humacao, Loíza, Manatí, Mayagüez, Naguabo, Patillas, Ponce, Sabana Grande, San Germán y San Juan. El mismo puede encontrarse en la página cibernética de Sanus del RCM.
“Mientras más dentistas se van graduando, se van añadiendo a nuestro directorio. Es actualizado anualmente y es por eso mismo. Habíamos identificado que hay este reto y estamos creando la infraestructura de cursos de educación continuada para que los dentistas que ya están graduados puedan tener esas destrezas y de proyectos como estos, vamos por la comunidad, para que se conozca”, explicó.
Dijo que la importancia de este esfuerzo es que los dentistas pierdan el miedo de atender estos pacientes “especiales”, que necesitan de sus cuidados para no sólo cuidar su higiene dental, sino su salud en general.
Una de las dentistas que espera pronto añadirse a este listado de médicos que atenderá a pacientes con diversidad funcional u otras enfermedades lo es la puertorriqueña Belmarí Méndez Santiago, quien se encuentra en su primer año de residencia.
“Me interesa grandemente quedarme en Puerto Rico para poder darle tratamiento dental a todos estos pacientes que son de necesidades especiales, porque lamentablemente está limitada en Puerto Rico esta ayuda y con actividades como esta, que se llama Sonrisas Especiales, pues podemos brindar este servicio. Y mi plan es, luego de terminar aquí, tener la disponibilidad y el entorno adecuado para poder atender a estos pacientes”, dijo entusiasmada.