TOA BAJA. Residentes de Levittown desalojados de sus hogares ante una repentina inundación en el área esta madrugada, contaron cómo llovía sobre mojado en sus residencias.

Miles de personas, según el cálculo por las autoridades de Toa Baja, fueron desalojadas esta madrugada, cuando dormían la noche siguiente del huracán María, que ya había dejado un desastre en la zona.

Unos 500 desalojados fueron transportados hasta el estacionamiento del centro comercial de Bayamón, Plaza del Sol.

“Ha sido desesperante. Estoy desde las dos de las madrugada y aquí no hay nadie que nos diga qué está pasando”, dijo Zulay Alicea, quien fue desalojada junto a sus padres y un vecino. “Aquí han traído algo de comer. Pero no es suficiente”.

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Alicea contó que un vecino tocó esta madrugada bocina cerca de su casa para alertar que el desalojo de su residencia era inminente. Dijo que reunió a sus padres y llamó sin éxito la atención de los transportistas que desalojaban. Detalló que logró montar a sus padres en una guagua de desalojo cuando el agua ya le llegaba a los tobillos.

Otro vecino de Levittown dijo que los residentes corrían por las calles con desesperación.

“Cuando ese lago se metió aquí, la gente corría por ahí como locos”, dijo Vilma Rivera junto a Kelvin Ortiz, señalando al lago La Plata que se desbordó y provocó inundaciones en la urbanización Punta Salinas.

De hecho, en el patio de Rivera y Alicea un gato se alimentaba con un pez que las inundaciones llevaron hasta allí.

Alicea fue llevada directamente a Plaza del Sol, bajo un estacionamiento multipisos, en el que los refugiados encontraron el piso como asientos y las paredes como espaldares. Había refugiados con animales. Había personas mayores, incapacitados, niños.

Pero otros desalojados fueron llevados a un refugio escolar primero. De ahí, las autoridades sacaron a los refugiados para entonces llevarlos al estacionamiento de Plaza del Sol.

Muchos tenían la paciencia agotada.

“Aquí no ha habido un plan de emergencias”, denunció un desalojado sosteniendo almohadas en sus brazos.

Según el alcalde de Toa Baja, ‘Betito’ Márquez, las inundaciones fueron provocadas por la apertura de la represas La Plata. El funcionario agregó que trataron de manejar la situación pensado en lo más vital: preservar la vida humana.

“Dentro de los recursos que tenemos, hicimos lo mejor posible en la inmediatez. Queríamos salvar vidas, que tuviera un lugar seguro. Eso requería rapidez, acción de sacar a la gente de áreas peligrosas y seguir salvando vidas”, dijo.

Esta tarde, cuando las aguas había regresado a su nivel en Levittown, aún había desalojados en el estacionamiento de Plaza del Sol. Las autoridades especularon que las personas que permanecían allí no tenían transportación o lugar a donde regresar.