“Es mi hijo, mi bebé. Me lo mataron”.

Fueron las palabras -ahogadas en un profundo llanto- que expresó Carlos Rivera Dávila, al ver la fotografía de su hijo, Jancarlo Rivera Lugo, asesinado el 14 de noviembre en el sector Nueva Vida del barrio El Tuque de Ponce.

El hombre figuró como el primer testigo del ministerio público en la vista preliminar contra Ana Inés Napoleoni Medina y su hijo Jeromy Pietri Napoleoni, imputados por el crimen del joven de 23 años.

En su crudo testimonio, ante la jueza Lizandra M. Avilés Mendoza del Centro Judicial de Ponce, Rivera Dávila, relató el momento en que recibió una llamada telefónica cuando advino en conocimiento de que su segundo retoño había sido herido de bala.

Acto seguido, según contó, llegó al Hospital Damas en la Ciudad Señorial, a donde vio el cuerpo de Jancarlo sobre una camilla.

“Estaba muerto. Mi hijo estaba muerto”, confesó al dejar salir su dolor, en medio del interrogatorio de la fiscal Annette Estevez Serrano.

El desfile de testigos continúa en la sala 403, ahora con la prometida del occiso.