¿Sabías que el coquito es la primera bebida embriagante que consumen muchos menores en Puerto Rico?

Así lo reveló un estudio realizado recientemente por la Administración de Servicios de Salud Mental y Contra la Adicción (Assmca), agencia que pretende orientar a los padres para que estén alertas al consumo de alcohol de sus niños y adolescentes durante los festines navideños.

Según los estudios de Assmca, el 48% de los menores que asisten a escuelas intermedias y superiores aceptan haber consumido alcohol, siendo el coquito la primera bebida que probaron. Además, los jóvenes confesaron que fue un adulto miembro de sus familia quien se las ofreció, precisamente durante los juntes y jolgorios comunes para festejar la temporada.

El coquito es un licor típico de la Navidad en Puerto Rico y sus ingredientes básicos son crema de coco, ron blanco, leche evaporada, leche condensada, canela y vainilla. En algunas ocasiones también se les echa brandy. Se estima que una onza y media de ron tiene 40% de alcohol.

Julia Delgado, la Administradora Auxiliar de ASSMCA, afirmó que la actitud permisiva de los padres con respecto al uso de alcohol por los hijos no es cónsona con el deseo de bienestar para los menores ni  les asegura una buena calidad de vida.

“El alcohol no es un rito de pasaje. Es un error promover mensajes que estimulen el uso de alcohol como: 'ya estás grande', 'para que beba con extraños, que beba con su familia' o 'para que se emborrache en la calle y le pase algo que beba aquí'. Estos mensajes ponen en riesgo la salud de los menores que están en pleno desarrollo y con la permisividad, los exponen prematuramente a violar la ley", expresó.

"Contrario a lo que se entendía hasta hace unos años, el desarrollo del cerebro no se detiene luego de los primeros años de vida. La investigación ha corroborado que continúa su desarrollo hasta la temprana adultez (alrededor de 25 años de edad). El alcohol es una substancia que afecta directamente el cerebro que aún está en desarrollo. El resultado inmediato del alcohol es de adormecer la parte frontal de cerebro que controla los impulsos y el juicio. Bajo los efectos del alcohol, los jóvenes pierden capacidad para la toma de decisiones adecuada asumiendo conductas de riesgo", agregó Delgado.