Continúa el legado de su abuelo desde la Finca Atabey
Liderado por el café, José Manuel Torres Morales cosecha varios frutos en tierras de Sabana Grande.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 6 meses.
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Desde pequeño, José Manuel Torres Morales sintió admiración por el arduo trabajo que realizaba su abuelo materno, Manuel Morales, en la finca cafetalera a donde se crió, correteando por los espacios naturales que se enclavaron en su corazón.
Sin pretenderlo, el hombre de 42 años fue envolviéndose en un renglón del que se alejó por un tiempo, ya que eligió prepararse académicamente para ejercer como maestro de educación especial, pero el amor a la tierra lo llamaba.
Por eso, en 2018 compró un terreno de 12.5 cuerdas en el barrio Tabonuco de Sabana Grande que bautizó como Finca Atabey, el cual comenzó a labrar poco a poco, no sin antes hacer un estudio de suelo para saber qué tipo de fruto brotaba.
Para su sorpresa, todas las siembras germinaron, entre estas maíz, habichuelas, gandules, habas, plátano, guineo, café y lechosa, por mencionar algunas de las cosechas que utilizan para consumo propio y la venta al detal.
Esa fue la señal que necesitaba Torres Morales para validar su nuevo camino en la faena agrícola, aunque la persona que lo inspiró culminó su misión en el plano terrenal.
“Esto nace de mi abuelito, Manuel Morales, que falleció en 2019. Fue él quien se dedicó a la finca y, siempre que yo llegaba allá, me cautivaba su aroma. Eso siempre me llamó la atención desde pequeño, porque él tenía un perfume que era peculiar”, relató el hijo de Joselín Torres Figueroa y Esterbina Morales Ruiz.
“Yo siempre me preguntaba desde chiquito: ¿Qué será el perfume que usa mi abuelo? Entonces, cuando entré de lleno a trabajar la finca, entendí que, el aroma que emanaba de su cuerpo era el aroma del arbolito de café. Cuando yo compro mis primeros árboles de café y los estoy trasplantando, me llega ese aroma a mi abuelo”, agregó el maestro egresado de la Universidad Interamericana de San Germán.
Cabe destacar que dos décadas antes de adquirir el terreno, José Manuel ayudaba a sus progenitores en la siembra de gandules, pues también son agricultores. Además, les había manifestado su intención de “comprar una finca y, de ahí me quiero retirar”.
“Es un terreno elevado, prácticamente arcilloso y arenoso. Pero cuando yo comencé la finca, empecé a buscar nombres que le dieran un significado especial o particular a mi finca. Atabey significa ‘Madre Tierra’. Todo lo que sembré, inicialmente, buscando practicar qué germinaba, todo lo que sembré, todo se dio”, sostuvo.
“Nosotros nos dedicamos a la cosecha del plátano, café y frutos menores. Ahora mismo, esos frutos menores son para consumo nuestro: yuca, yautía y gandules. El gandul es para uso personal y venta al detal, al igual que el plátano”, aclaró.
En cuanto al cultivo del café, Torres Morales destacó que se trata de “café arábigo de la línea limaní. Lo trabajamos desde que comenzamos en 2019 a sembrarlo y lo procesamos: desde la cosecha, el tueste, moler y empacar. Se vende en harina o en grano”.
El también padre de dos hijos reveló que espera tener su propia marca de café durante el segundo semestre de este año, ya que contarán con una torrefacción. “Ahora es una producción artesanal”, expuso.
“En 2023 se cosecharon 10 quintales porque (el huracán) Fiona (2022) tumbó más de la mitad. Actualmente, tenemos 25 quintales en dos cuerdas sembradas. Pronosticamos sembrar tres cuerdas más cuando tengamos la torrefacción y planificamos comprar café a los caficultores vecinos”, reveló.
La operación, según el agroempresario, genera cerca de cuatro empleos a tiempo parcial. Asimismo, manifestó que tiene la bendición de trabajar junto a sus padres.
“Estar aquí trabajando con mis padres me satisface, son quienes me dan la mano”, confesó.
De otra parte, aunque José Manuel continúa en su empleo como maestro de educación especial admitió que “prefiero estar en la finca. Esto me da paz y tranquilidad. Pero también me gusta enseñar, trabajo con chicos de educación especial”.
Finalmente, aconsejó a aquellos que tienen interés de convertirse en agricultores. “Si sabes hacerlo y te gusta, que lo haga. A menos que no le guste el sol y madrugar, porque esto no es para todo el mundo. Pero si te gusta y te afana, es un negocio, pero si no te gusta no lo vas a sentir”, concluyó.
Para más detalles, puede llamar al 787-436-3072.