Confesión de asesina de la boricua embarazada
Annette Morales Rodríguez, de 33 años, decidió fingir un embarazo-aún cuando no podía concebir- para complacer a su novio.

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 14 años.
PUBLICIDAD
La confesa asesina Annette Morales Rodríguez actuó a conciencia y sin ningún tipo de escrúpulos al momento de planificar el crimen que cometió contra Maritza Ramírez Cruz, a quien despiadadamente golpeó con la intención de extraer la criatura que llevaba en su vientre y que nacería en las próximas semanas.
Así se evidencia en el pliego acusatorio que presentó la Fiscalía de Wisconsin al momento de radicar cargos contra la criminal quien llevó bajo engaño hasta su hogar a Maritza para perpetrar uno de los crímenes más atroces en los últimos meses.
A continuación, Primera Hora detalla parte de la narración que la acusada le dijo a la Policía:
Plan maquiavélico
Annette Morales Rodríguez, de 33 años, decidió fingir un embarazo-aún cuando no podía concebir- para complacer a su novio quien quería tener un hijo varón. Fue entonces, cuando desesperada y en “pánico” al ver que la supuesta fecha de parto se acercaba, que ideó un plan maquiavélico: secuestrar a una mujer en gestación y extraer de su vientre a la criatura. Durante dos semanas se dedicó a buscar una víctima para robarle al bebé y hacerlo pasar como suyo. Pero no encontró a nadie.
El 5 de octubre de 2011, volvió a intentarlo y, según confesó a los detectives Rodolfo Gómez y James Hutchinson, rondó varias veces un mismo lugar (al sur de Milwaukee) en un nuevo intento. Ese día su plan también fracasó pues no divisó a ninguna embarazada.
Fue en la mañana del 6 de octubre de 2011, cuando salió de nuevo en busca de una mujer en gestación, que se le ocurrió rondar cerca de un área en el que había una agencia que era frecuentada por mujeres embarazadas.
En esa ronda, fue que vio caminando a Maritza Ramírez-Cruz, a quien dijo nunca haber conocido, y le ofreció llevarla hasta su casa.
Según había dicho el esposo de Maritza, ésta se encontraba haciendo unas diligencias aquella mañana y ya presentaba contracciones asociadas a que faltaba poco para dar a luz a su cuarto hijo, un varoncito al que llamarían Omar.
Según declaró Morales-Rodríguez, antes de interceptar a su víctima pensó rectificar y decirle la verdad a su novio, pero no pudo. Así que procedió con el plan.
El secuestro
Durante el trayecto, Morales Rodríguez llevó a la víctima a un Walgreens a comprar medicina contra las náuseas. Una vez salieron del establecimiento, la acusada le dijo a Maritza que necesitaba entrar un momento a su casa para cambiarse los zapatos. Según el pliego acusatorio, al llegar a la residencia Morales Rodríguez dudó nuevamente y tuvo reservas sobre lo que estaba a punto de hacer. Aún así continuó con su plan.
La tortura
Estando en la casa, la mujer embarazada solicitó usar el baño. Fue cuando Maritza salió que Morales Rodríguez la golpeó varias veces en la cabeza con un bate. En ese instante la víctima cayó contra la pared y huyó al baño nuevamente. Despiadadamente en ese momento, Morales Rodríguez la siguió, la arrastró y sacó del baño. Maritza tratando de salvar su vida y la de su pequeñín corrió hacia la sala. Fue allí, donde Morales Rodríguez tomó el bate nuevamente y le propinó un tercer golpe en la cabeza. El golpetazo fue tan fuerte que los espejuelos de la víctima se rompieron y ésta cayó al piso dándose otro golpe en la cabeza con una mesa. Aprovechando lo malherida que estaba su víctima, Morales Rodríguez se sentó frente a ella y la aguantó con ambos pies por ambos lados del cuerpo. Entonces, utilizando su mano derecha, le apretó el cuello a Maritza, quien trató nuevamente de escapar de su agresora y defenderse. Pero Morales Rodríguez la detuvo y usando ambas manos la apretó nuevamente en el cuello, hasta que perdió el conocimiento.
Lo atroz
No conforme con lo sucedido Morales Rodríguez tomó cinta adhesiva de su cuarto y con ésta ató a Maritza de manos y pies. También tapó su boca y nariz y le colocó una bolsa de plástico en la cabeza, pues Maritza estaba sangrando por esas áreas. Luego, trasladó a la fémina hasta un pasillo y procedió a improvisar una césarea. Según confesó, utilizó una navaja Exacto para cortar el abdomen de su víctima, a quien le hizo una cortadura en el área del bikini, ésto imitando un proceso que había visto en el canal Discovery. La asesina confesa, declaró que se cortó los dedos mientras extraía al bebé del cuerpo de Maritza.De hecho, le mostró las cortaduras en sus manos a los policías. Morales Rodríguez dijo que cuando hizo la incisión, el líquido amniótico salió del vientre de Maritza y que al extraer al bebé de la barriga, éste no estaba respirando. Entonces, cortó la placenta.
De otra parte, arrastró el cadáver de Maritza hasta el sótano de su hogar -el cual es de dos plantas- y ocultó el cuerpo detrás de un calentador.
La mentira
Luego de cometer tan atroz crimen, Morales Rodríguez se cambió de ropa y limpió la sangre de su casa. Entonces como parte de su plan para que las personas creyeran que ella estaba sangrando debido al “parto”, tomó sangre de Maritza y se la puso en los muslos y la vagina. Entonces llamó al 9-1-1 pidiendo ayuda porque supuestamente había parido en la ducha de su hogar. Dijo que mientras se bañaba comenzó a sangrar y observó la cabeza del bebé salir por su vagina. Dijo que tras dar a luz, se percató que el bebé no respiraba y que por eso había solicitado ayuda. Además, dijo que no sabía que estaba embarazada. La policía llegó al hogar a la 1:56 p.m..
Como parte del procedimiento los investigadores llevaron a la acusada y la placenta del bebé al hospital St. Francis. Mientras, el cuerpito del bebé se transportó a la Oficina del Examinador Médico del Condado de Milwaukee.
Estando en el hospital, Morales Rodríguez abandonó la institución, en contra del consejo médico y antes de que le realizaran un examen completo.
El descubrimiento
Fue el viernes 7 de octubre de 2011, que la Dr. Wieslawa Tlomark le practicó la autopsia al bebé -que tendría entre 38 y 42 semanas- y se examinó la placenta, percatándose de que la criatura no fue producto de un nacimiento natural. Según el examen forense el útero de la madre estaba pegado al bebé y había sido cortado a la fuerza. También había partes de ovarios unidas al útero y a la placenta. El informe reveló que la criatura murió como resultado de la muerte de su madre.
Tras conocer esta información la Policía acudió nuevamente a la casa de Morales Rodríguez para interrogarla. Luego que la mujer insistiera en que sí había parido al bebé, fue llevada nuevamente al hospital St. Francis para evaluación médica.
Mientras se procedía a evaluar a la acusada, ésta pidió ir al baño y cuando salió dijo que estaba sangrando por la vagina. De hecho, una de las agentes que trabajó el caso entró al baño y observó una gran cantidad de sangre en el piso. Morales Rodríguez insistía que la hemorragia era producto del proceso de parto, pero un examen médico reveló que la acusada lo que tenía eran arañazos superficiales en las paredes de la vagina. Posteriormente, la mujer admitió que se había lacerado el área vaginal con las uñas. Tras determinarse que Morales Rodríguez no había parido, procedieron a arrestarla. Horas más tarde la mujer confesaba el espeluznante crimen a las autoridades.
La autopsia
Un análisis forense realizado a la víctima el 8 de octubre reveló que Maritza presentaba señales de asfixia en el cuerpo, estrangulación del cuello, ya que había marcas de uñas en el cuerpo y hemorragia en los músculos cervicales. Además, Maritza exhibía una incisión horizontal a lo ancho del abdomen. Sus intestinos estaban expuestos; los ovarios fueron removidos y el útero fue cortado. Según la opinión del Dr. Tlomak,es altamente probable que Maritza haya muerto desangrada pues había 200ml de sangre en su abdomen. Las causas secundarias de la muerte fueron asfixia por estrangulación.