Con siete pesos fiaos comenzó su siembra
El agricultor Antonio Meléndez, quien lidera el concepto Cultivos Frescos de Aquí, recuerda sus inicios en Humacao.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 6 meses.
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Una rica variedad de productos de la tierra, complementada por un área de entretenimiento, educación e iniciativas en favor del cooperativismo, son el sueño alcanzado del agricultor Antonio Meléndez, bajo el concepto Cultivos Frescos de Aquí, creado en el barrio humacaeño de Antón Ruiz, en el 2010.
El espacio, que integra unas 90 cuerdas de terreno, cuenta con siembras de árboles frutales; un rancho de conejos y de gallinas de pastoreo, así como un mercado, granja de animales y área de juegos para niños.
“Cultivos Frescos De Aquí nace con siete pesos fia’os, ese es mi testimonio espiritual. Siempre me ha gustado lo que es el campo agrícola, pero en cuestión de lo que es mercado, pues no tenía conocimiento. Entonces, me dio la curiosidad y cogí fia’o una bandeja de recao germinada que me costaba siete pesos, y me puse a improvisar con ella”, contó el agricultor, que para ese entonces comenzó a sembrar “de todo un poco”, aunque mantuvo un interés especial en el recao. “Me dio curiosidad lo que era el recao al por mayor, porque en Puerto Rico no vas a ver fincas de recao. Pero, como el sofrito tiene que pasar por todos los platos, me puse a desarrollar ese proyecto”, relató.
Al año de comenzar, esos “siete dólares” se habían convertido en 20,000 plantas de recao; a los dos años ya eran casi unas 40,000. “Gracias a Dios, ese proyecto fue bendecido. Se desarrolló sumamente rápido. Entonces, me percaté que el recao necesitaba un acompañante que eran los elementos del sofrito y empecé a sembrar ajíes”, contó Meléndez. Tal fue el impulso, que el agricultor aseguró haberse convertido en el productor más grande de ajíes en Puerto Rico.
“Llegamos a sembrar 65,000 matas de ajíes. Ahí lo acompañé con el cilantrillo y después comencé a comprar ajo y cebolla. Ahí nace el slogan: ‘Todo para el sofrito’”, detalló el emprendedor de 37 años, quien logró rápidamente comenzar a venderle sus productos a grandes cadenas de supermercados. Sin embargo, con el paso del tiempo, Meléndez descubrió que el producto del recao traía demasiados retos.
“El recao es el producto más trabajoso que hay en Puerto Rico, ya que necesita que le corte las flores constantemente, que lo desyerben, resembrarlo y le da todo tipo de plagas y hongos”, dijo el agricultor, quien lo perdió todo tras el azote del huracán María, en el 2017, incluyendo un proyecto llamado “Entra y cosecha tu producto”, mediante el cual cada cliente podía seleccionar y recoger la cosecha de su preferencia.
Un nuevo renacer
De esta experiencia Meléndez aprendió, pero no se dejó amilanar, por lo que emprendió un nuevo reto: la siembra de árboles frutales. Este proyecto que se encuentra en pleno desarrollo, le ha permitido sembrar 40 de las 90 cuerdas de terreno que tiene disponibles. El propósito: trabajar una agricultura “más estable”. “Tenemos más de 4,000 palos de cítricos, mil y pico de palos de aguacate, mil y pico de palmas de coco. También tenemos quenepa, tamarindo, mangó, guanábana, toronja, china y limón”, desglosó.
“Es un proyecto grande que lo veo eficiente, tanto para el pueblo como para mí, porque nos garantiza oxígeno, comida, sombra; una agricultura más estable. ¿Cuál es la diferencia de este proyecto al que teníamos, que es de recao y cilantrillo y otros elementos menores? Que aquel proyecto había que estar los siete días, este no. Aquel proyecto podía venir lluvia, sol y cualquier evento de la naturaleza y me lo tumbaba. Yo dejaba de ser agricultor en dos segundos, teniendo entre 10 a 15 empleados”, comentó el emprendedor.
Es así como Meléndez dio los pasos a un proyecto “más seguro”, el cual le servirá, no solo para suplir productos locales, sino para educar a las nuevas generaciones. “Tenemos rancho de conejos, con aproximadamente 600 conejos para la venta. También estamos desarrollando un proyecto de gallinas al estilo pastoreo; son como unas 5,000 gallinas que, en vez de criarse en rancho, se crían en el pasto. Son orgánicas”, mencionó.
“Estamos haciendo muchos recorridos educativos con estudiantes y nos visita mucho público en general. En el recorrido se le da literatura de los animales que pueden ver aquí como: un avestruz, un burro, cabras, ovejas, pavos reales, lechones, tortuga, pony, toros, vacas, guineas y gallinas. También tenemos un estanque con peces y estamos trabajando un mariposario”, detalló el propietario. Las visitas a la finca son gratuitas, a excepción de los recorridos guiados que se realizan mediante reservación a un costo de $20 por persona y que incluyen almuerzo.
“El plato de la casa es el amor, por esa razón aquí nosotros no cobramos por la entrada. Nunca he cobrado por la entrada y para venir aquí no tienen que gastar. Esto es un lugar donde buscamos tratar de impartirte paz, darte amor, como que es un lugar de Dios. Dios nos bendice con este proyecto tan grande, porque empezamos sin un peso encima y la gracia de Dios nos ha llevado hasta aquí y nosotros queremos compartir la bendición. Yo creo que las bendiciones se comparten”, resaltó el agricultor.
Asimismo, la finca cuenta con un mercado donde diversos agricultores venden sus productos. “Esto aquí se convirtió en una estación para ayudar a agricultores de Puerto Rico. Nosotros tenemos nuestros cultivos y para bendecir a otras personas, aquellas personas que no tengan salida de sus productos nos hacen acercamientos y vendemos aquí sus productos. Siempre y cuando consideren al consumidor y ayuden a que todo el mundo coma del mismo plato, ayudamos a ese agricultor y ayudamos al consumidor. Servimos de intermediario”, destacó Meléndez.
Entre los productos que pueden encontrar, están las frutas, vegetales, viandas, pero también carnes frescas de conejo, ternera, gallina, cabro, oveja y patitas de cerdo, además de pescado fresco.
“También vendemos pastelillos de todas clases, frituras de todos los mariscos, alcapurrias de masa tradicional de pollo, carne y jueyes. Esos productos lo hacemos casi todos los días. Los sábados hacemos sancocho y guanime con bacalao”, mencionó el joven agricultor, quien invitó a los boricuas, dentro y fuera de la Isla a darse la vuelta por su finca en Humacao.
“Echen pa’ ca, aquí hay mucho amor para ustedes, hay muchas cosas buenas, muchos proyectos que -con la ayuda de Dios- van a estar desarrollándose. A los boricuas de la diáspora les digo que como Puerto Rico no hay nada, aquí hay muchas cosas bonitas. Creo que no existe un país que sonría más que nosotros y es bueno que regresen a la isla a conocer los nuevos proyectos que tenemos”, concluyó el agricultor, a quien consiguen a través de Facebook como: Cultivos Frescos De Aquí.