Con show de talentos y mucha alegría, cientos de niños de Boys & Girls Club dan gracias
Durante el almuerzo anual de “Thanksgiving”.
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“¡Gracias! ¡Gracias!”
Las mesas temblaron con el estruendo del grito unísono de 300 niños y niñas. Y es que el grupo de pequeñines, al ritmo de varios panderos de jóvenes loiceños, exclamó su agradecimiento por la vida y por su comunidad durante el almuerzo anual de Acción de Gracias para los participantes de The Boys & Girls Clubs of Puerto Rico (BGCPR) que se celebró este miércoles en La Concha Resort, en San Juan.
Los niños llegaron de los 11 clubes que tiene Puerto Rico, desde Vieques a Mayagüez, para converger en el salón Las Nereidas Ballroom del hotel, donde bailaron y rieron durante toda la mañana. Cuando llegaron los pleneros BLB Band a entonar trullas navideñas, apenas quedaron sillas ocupadas, pues ellos, así como los voluntarios y adultos que los acompañaban, aprovecharon cada espacio vacío del salón para convertirla en una pista de baile.
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Los 300 jóvenes fueron un “muestra pequeñita” de los cerca de 16,000 jóvenes que se benefician de los programas educativos y de desarrollo integral que les provee el BGCPR.
“Lo que buscamos es que un día como hoy, en un espacio tan bonito como este, nos podamos reunir todos, que no siempre se nos hace posible, que los nenes puedan confraternizar, que los líderes puedan celebrar el trabajo que hacen todos los días y dar gracias juntos”, comentó la presidenta del BGCPR, Alma Frontera Colón, a Primera Hora.
Algunos con sus caritas pintadas con mariposas, flores y hasta telas de araña, ejemplificaron un comportamiento encomiable durante el evento, inmersos en los talentos expuestos en tarima y ansiosos por disgustar su plato de pavo, arroz con habichuelas blancas y ensalada de coditos, toda vez que disfrutaron lo que es ser niño.
El evento fue un derroche de talento, pues cuatro grupos de niños se armaron de valor para demostrar sus destrezas de bailes que incluyeron maromas, sincronización de labios y hasta orgullo patrio, ya que la monoestrellada se alzó frente al público eufórico. Dos participantes del club en Bayamón vocalizaron las canciones religiosas “Suelto” de Sarai Rivera y “Si tu presencia conmigo no va” de Oasis Ministry”, provocando que el público, con los brazos alzados y las linternas de sus celulares encendidas, también se unieran en canto.
Pero el evento no se limitó a los integrantes del BGCPR, sino que la llegada del rapero y médico PJ Sin Suela y la baloncelista Nicole Díaz, de las Gigantes de Carolina, provocó gritos y aplausos, así como el cantautor puertorriqueño de rock alternativo Ruzzell.
La idea de traer a estas figuras para que los niños los conocieran personalmente era que pudieran palpar el éxito de primera mano y que conocieran que sus sueños, sin importar cuán grande sean, son alcanzables con esfuerzo, dedicación y pasión, explicó Frontera Colón.
“¿A cuántos aquí les gusta el deporte? Tienen que saber que, además del deporte, me acabo de graduar…y tienen que saber que pueden lograr ambos, lo que es el deporte y lo que (son) los estudios para que le saquen provecho y tengan una carrera en el futuro. Si yo lo pude hacer, ustedes también lo pueden hacer”, dijo Díaz al dirigirse a los cientos de niños que le aplaudían.
“Mucha salud, mucha paz y muchas bendiciones. Que tengan un fin de semana bien bonita y una vida hermosa”, les deseó PJ Sin Suela, cuyo nombre real es Pedro Juan Vázquez Bragan y quien también recordó sus principios en la música antes de rapear par de versos al son de plena.
“Lo que queremos es celebrar la niñez y la juventud de Puerto Rico, que son el futuro”, agregó Frontera Colón.
“Es importante que los niños puedan ver sus oportunidades y posibilidades, que puedan soñar en grande y que se vean igual de grandes como nosotros los vemos. Estos son los futuros gobernantes, políticos, doctores, fotoperiodistas, escritores, cantantes que estuvieron aquí con ellos, deportistas que les estuvieron hablando, los mismos líderes de la organización voluntario. Así que, es importante que ellos vean que este es el futuro para ellos, que ellos pueden hacer cualquier cosa que ellos decidan, que le metan caña y estudio y disciplina”, afirmó.
El almuerzo fue posible gracias a los Rotarios de San Juan, quienes lo han organizado por los pasados 37 años, y el patrocinio de Paulson Puerto Rico y The Condado Collection.
“Ahora estoy creyendo en mí”
Esa labor comunitaria e impulso al bienestar de la niñez puertorriqueña que dice brindar el BGCPR no es solo de palabra. De esto, Jexyeth Fraguada puede dar fe.
El joven, de 19 años y oriundo de Bayamón, fue el maestro de ceremonias del almuerzo de Acción de Gracias. La gracia y dominio que demostró haría a cualquiera creer que es un veterano en el rol.
Y es que, según Fraguada, las enseñanzas que fueron implantadas en él de parte de los voluntarios del BGCPR germinaron una ambición positiva, desde un espacio seguro y ameno. Además, le dio claridad de reconocer sus cualidades únicas, a pesar del acoso que sufrió de niño.
“Durante mi niñez, yo sufría mucho de ‘bullying’ por mi forma amanerada, por mi peso, mi conducta y todo eso y el estar dentro del club era como aceptación. Era esa pequeña burbuja que yo decía ‘ay, aquí estoy seguro’. Durante, ellos me fueron ayudando en el proceso, (con los talleres que nos daban (de) autoestima (y) los talleres de liderazgo y fue una cosa que lo utilicé lo que antes era una desventaja era una ventaja. Prácticamente, lo transformé”, narró.
Tanto se destacó durante sus 11 años como participante que se llevó el premio Joven del año, galardón que se le otorga a aquel joven cuyas contribuciones a su familia, escuela, comunidad y en el club sobresalgan, pese a los retos personales que viva. Ahora, es él quien ofrece servicios de tutoría a la nueva generación.
“Honestamente, es súper brutal, porque…yo decía que, al principio, yo era una oruga y, de pasar a una oruga, a una mariposa y de una mariposa a un pavo real. La gente se queda como que ‘¿y esa metáfora qué tiene que ver?’ (Es que) se dice que las mariposas no pueden ver sus colores y mueren por no ver sus propios colores. (Por eso), esa transición de ser una mariposa a ser un pavo real que reconoce lo majestuoso que es, es básicamente ese proceso, que antes no me reconocía y…me miraba y no me gustaba y pasar ese proceso durante Boys And Girls Club era como que ‘wao, soy esto, mira lo que estoy haciendo, mira dónde estoy’. (Ahora estoy) creyendo en mí”, sostuvo.
Cursando educación con concentración en teatro del recinto riopedrense de la Universidad de Puerto Rico (UPR), Fraguada visualiza un futuro más grande donde perseguirá ser su propio jefe e “inventar dentro del mundo del teatro”.