Las fuertes lluvias ocasionadas por el paso del huracán Fiona complicó el panorama de varias comunidades en Juana Díaz que quedaron inundadas al salirse de su cauce los ríos Jacaguas, Guayo e Inabón.

De acuerdo con el alcalde Ramón Hernández Torres, “la situación es complicada”.

“La noche de anoche fue terrible; salió de su cauce en el área de Arús y Manzanilla el río Jacaguas, al igual que diversas quebradas en la parte de Collores y Cayabo. Estamos lidiando con situaciones difíciles”, lamentó.

Asimismo, explicó que “la unión entre los ríos Guayo e Inabón, hizo estragos en la colindancia con la urbanización Santa Rita, al igual que con Aguilita, en lo que se llama el Cascajal, a donde se fue una vivienda y lastimó aún más la situación que se tiene allí”.

Relacionadas

Igualmente, reveló que unas seis familias perdieron sus techos y otras 30, residentes en las urbanizaciones La Fe y Extensión la Fe, se afectaron con la acumulación de agua en sus viviendas.

“En el área de Extensión La Fe y La Fe, se repite la historia allí con un sistema que le corresponde (a las empresas) Serrallés, una descarga hacia el río Inabón. En esa comunidad, lamentablemente, cerca de 30 viviendas recibieron una acumulación de agua dentro de sus viviendas de alrededor de un pie a pie y medio”, recordó.

“Hace como dos años atrás se llevó un pleito a tribunales. Vamos a tener que trabajar con esto nuevamente, pero en este caso con un pleito de clase de esta comunidad”, confesó.

El sistema se fortaleció al sur de Puerto Rico y tocó tierra con vientos de 85 millas por hora.

De otra parte, el alcalde recalcó el peligro al que se exponen cerca de 500 familias en los barrios Arús, Manzanilla y Galicia, ya que el lago Guayabal está a punto de alcanzar su capacidad máxima que es de 341.

“No se descarta, que si esto sigue como va, sigue lloviendo y se esperan de siete a diez pulgadas (de lluvia) adicional, puede provocar una situación sumamente lamentable. Estamos altamente preocupados con la situación que tiene que ver con el lago Guayabal, así que la gente de Arús y Manzanilla tiene que estar pendiente del asunto”, alertó.

“Nosotros no tenemos ningún tipo de garantía, si las compuertas van a abrir o no porque es un sistema que abre por presión de agua. Pero lo real es que tenemos el lago Guayabal, prácticamente a su máxima capacidad de 341 y ahora está en poco más de 340″, manifestó.

Mientras que, en el área costera, la problemática está asociada a la acumulación de arena que obstruye el sistema de drenaje hacia el mar.

“Lo que es Serrano, Galicia, Arús, Manzanilla, Capitanejo completo, Pastillo y Camboya, pues sin dudas, se afectan una vez que se elevan las marejadas. Eso trae consigo la acumulación de arena y tapan los drenajes. En la medida en que se puedan limpiar, así lo vamos a hacer”, admitió.

Otra de las situaciones que enfrenta Juana Díaz, es en la comunidad Pastillo, debido a que la alta precipitación inundó las calles municipales.

“Tenemos brigadas del Departamento de Obras Públicas municipal que están limpiando nuestras vías y nuestro centro urbano. Estamos finiquitando cerca de ocho a diez contratos para que contratistas entren a impactar las carreteras estatales y municipales de nuestra ciudad, tomando como prioridad abrir las principales, estamos inmersos en esto”, indicó.

“En la medida que se permita realizar ese trabajo, lo vamos a comenzar lo más pronto posible porque sigue lloviendo. Las personas se deben mantener en sus hogares, sigue lloviendo, hay una gran acumulación de agua”, exhortó.

El ayuntamiento juanadino está en proceso de contratar entre ocho a 10 empresas para trabajar el asunto “lo antes posible”.

“Lo que hizo el municipio fue ir anoche a reabrir paso en las vías principales. Tenemos efectos ya en el área de Collores Arriba, lo que es Portillo, Guaraguao, en el área montañosa en Guayabal. Tenemos situaciones todavía y la gente se hace disponible y abre paso, echa hacia el lado el material vegetativo y con mucho gusto, nosotros lo trabajamos. Tenemos situaciones preocupantes y sigue lloviendo”, acotó.

Actualmente hay 17 personas en el refugio de la escuela Manuel Fernández Juncos. Hubo otras cuatro en la escuela Zoilo Gracia, pero según Hernández Torres, regresaron a sus respectivos hogares.