Cabo Rojo. Una caminata por toda la orilla de la playa en el Balneario de Boquerón, llevó a Sarah York y a su pareja a toparse con lo que describió como “un pueblo fantasma”.

“No lo puedo creer. Es una locura. Es bello. Bueno, puede ser bello”, afirmó esta turista, quien escapó del frío estado de Maine para vacacionar este febrero en la Isla.

Lo que observaba era solo parte de las 300 cabañas del Centro Vacacional de Boquerón, propiedad del Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA) que dan hacia la orilla de la playa. Allí se pueden apreciar algunas palmeras caídas, postes de alumbrados virados, algunos grafitis en las paredes, y el efecto de la erosión en las pequeñas casitas.

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La turista ni siquiera se adentró por las estructuras. Hubiese encontrado material vegetativo amontonado por doquier, un área de entretenimiento infantil sin equipo utilizable, así como unas estructuras abandonadas que en el pasado albergaron varios concesionarios y ahora acumulan neveras corroídas y algunos mattress.

También hay una zona deportiva en evidente deterioro y con canchas inutilizables, así como una estructura llena de limo que en el pasado se utilizó para dar acceso al mar a las personas con discapacidad.

Las imágenes evidencian el abandono de las instalaciones.
Las imágenes evidencian el abandono de las instalaciones. (Jorge A Ramirez Portela)

Lo que a simple vista se ve no es por causa del vandalismo. Las ventanas y puertas de las cabañas han quedado intactas. Ni si quiera parecen que han sufrido por el alto grado de salitre en la zona. Mientras, las paredes de bloques, pese a que una que otra que ha sido escrita, algunas muestran algunas grietas, otros tienen manchas de limo negro y algunos con comején, no pareciera que representen un futuro peligro de derrumbarse por los embates que recibieron de los huracanes María (2017) y Fiona (2022), así como de los terremotos (2020).

El techo de algunas de las terrazas, que ya no están presente, así como las estructuras de cemento que se construyeron para usarse como barbacoa son las que más daños presentan.

Otras cabañas, cuya cantidad no pudo ser precisada por la secretaria del DRNA, Anaís Rodríguez, quedaron sepultadas por el agua tras los embates de los fenómenos atmosféricos.

Pero, lo que más ha dejado su huella en el Centro Vacacional de Boquerón es la falta de mantenimiento adecuado y de fondos para mantener en operaciones a esta joya turística frente a un tranquilo y azulado mar.

Primera Hora tuvo la oportunidad de entrar a algunas cabañas que se encontraron abiertas. Lagartijos y mucho polvo acumulado fue lo que se percibía a simple vista. Sin embargo, nadie se había llevado artículos de allí, como las camas de madera o las piezas del baño.

Rodríguez indicó que el DRNA tiene seguridad activa en la zona para evitar el vandalismo. Pero, aceptó que también les ha ayudado a que allí hay un cuartel de las Fuerzas Unidas de Rápida Acción (FURA), así como la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP, en inglés), que recién comenzó a construir un nuevo edificio.

Asimismo, se pudo constatar que, a pesar de que solo 29 de las 300 cabañas están en operaciones, el resto cuenta con agua y luz. De hecho, varias duchas que quedan a las afueras de las cabañas por la orilla de la playa estaba botando agua sin que nadie las utilizara. No se podían cerrar por falta de una llave.

Aunque en algunos lugares se pudo percibir comida tirada, no se observaron latas ni otro tipo de basura, más allá de lo acumulación de material vegetativo.

En el balneario, entretanto, no hay baño disponible para los asistentes ni ningún concesionario que, al menos, les venda agua a los bañistas. Tampoco hay gazebos para resguardarse del sol.

Spencer Hess y su padre Doug Hess visitaron el balneario, lamentando su estado de abandono.
Spencer Hess y su padre Doug Hess visitaron el balneario, lamentando su estado de abandono. (Jorge A Ramirez Portela)

Doug Hess, quien también caminaba junto a su hijo Spencer Hess, por la orilla de la playa, no le sorprendió toparse con las residencias turísticas abandonadas y no le prestó mucha atención al deteriorado estado del Balneario. Según contó, ha visto situaciones similares en otras islas del Caribe que ha visitado y que también sufren por los embates de los huracanes.

No obstante, los Hess, que andaban de visita desde Nueva Jersey, comentaron que la zona tiene mucho potencial turístico. Destacaron la belleza de su playa.

“Yo me quedaría ahí. Está cerca de la ciudad (del poblado de Boquerón), que si uno quiere ir a cenar puede ir”, indicó Spencer, al comentar que por lo que pudo apreciar “me parece que en un tiempo era un lugar hermoso para pasar vacaciones. Sería bueno que lo hagan de vacaciones de nuevo”.

Exigen el resurgir de Boquerón

Precisamente, el resurgir del Balneario y Centro Vacacional de Boquerón es lo que claman los residentes, comerciantes y el alcalde de Cabo Rojo, Jorge Morales Wiscovitch, con el remozamiento y una apertura total del complejo. Lo exigen, no solo para lograr el desarrollo óptimo del poblado de Boquerón, sino para todo Cabo Rojo.

El líder comunitario del poblado de Boquerón, Jaime “Jimmy” Creitoff Vargas, demarcó que desde que cerraron las cabañas, tras el impacto de María hace cinco años y medio, la zona comercial ha quedado “desierta” durante los días de la semana y hay negocios que han cesado operaciones.

“Los pocos que quedamos, necesitamos un poblado de Boquerón trabajando al 100 (por ciento)”, subrayó el líder comunitario, quien se ha hecho cargo de mantener al día la placita y el Muelle de la Libertad.

Asimismo, Michele Díaz Padilla, dueña de la tienda Redsun y de varios Airbnb de la zona, explicó que “nosotros dependemos del turismo que venga a visitarnos al poblado, como tal. Pero, ya no es lo mismo, nunca jamás es lo mismo, porque ya la gente no viene a la playa. Ya tú no ves esa playa llena como se veía antes, no ves el tapón que se hacía para llegar a Boquerón, esa alegría, verdad, que contagiaba a todo el mundo. Ha bajado bastante lo que es el empresarismo. Hay menos negocio que antes también, porque no todos los empresarios, todos los negocios aguantan esa decaída de lo que fue la economía”.

Opinó que ya el balneario no atrae al público por la falta de baños, las malas condiciones en que se encuentran las áreas comunales y los problemas que representa la carretera. Dijo que ni el establecimiento de un condohotel cercano al balneario ni el auge que han tenido los alquileres a corto plazo han motivado al resurgir de la zona.

El alcalde de Cabo Rojo, Jorge Morales Wiscovitch.
El alcalde de Cabo Rojo, Jorge Morales Wiscovitch. (Jorge A Ramirez Portela)

“Lo que pasa es que no es para todo tipo de economía, porque las personas que vienen a las cabañas son personas del pueblo con menos poder adquisitivo, porque eran sumamente económicas. Entonces, no le estamos dando oportunidad a la gente de poco poder adquisitivo a venir a disfrutar de las cabañas, de la playa, porque los Airbnb y los condominios que se alquilan son más costosos. Entonces, pues, le estamos dando prioridad a las personas que tienen más poder adquisitivo, que a las que no pueden. Entonces, creo que debería de haber un balance”, alertó Díaz Padilla.

En torno a otros problemas del balneario, Creitoff Vargas contó que hace unos pocos meses atrás fue que el DRNA arregló una caseta y colocaron a un solo salvavidas para velar que no haya ahogamientos.

La secretaria del DRNA no pudo confirmar si allí había más salvavidas. Se limitó a comentar que con fondos del Plan de Rescate Americano (ARPA, en inglés) realizarán en Boquerón cinco casetas para salvavidas. Mencionó, de paso, que tienen una convocatoria abierta para reclutar a más personal.

En cuanto a la carretera que se utiliza para acceder al complejo, el líder comunitario explicó que “está intransitable. Cuando usted va para allá, entre hoyos, boquetes y cavernas, es demasiado. Para que sepa, allí está la única rampa para los pescadores y la gente para tirar su bote. Está al final. Y esa carretera, pues, se usa y no la han arreglado por décadas, décadas”.

¿Sin acción gubernamental?

Creitoff Vargas señaló, sin embargo, que por lo que más sufren es que “el gobierno estatal no ha hecho nada”.

De hecho, Morales Wiscovitch pensaba que había 42 cabañas en operaciones, cuando solo hay 29. Además, no pudo precisar ningún detalle sobre los planes futuros del DRNA con la importante zona turística. Lo que con más exactitud pudo exponer es que en “unas dos semanas” comenzaría el proceso de asfaltar la carretera.

Pero, la secretaria del DRNA dijo a Primera Hora que los trabajos para mejorar la carretera del complejo comenzaron el pasado 23 de febrero con la remoción del asfaltado viejo.

Asimismo, explicó que la falta de acción en la reconstrucción del Balneario y el Centro Vacacional de Boquerón en su totalidad se debe a que la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA, en inglés) no ha designado los fondos.

La información fue confirmada por la agencia federal, en unas declaraciones escritas remetidas por una de sus funcionarias de prensa, Karixia Ortiz.

“Al presente, el DRNA tiene un proyecto para el Centro Vacacional de Boquerón que se encuentra en proceso de evaluación”, se indicó, sin ofrecerse ninguna cifra de fondos proyectadas para la obra.

Claman porque reabra el complejo donde cientos de familias pasaban sus vacaciones.

Rodríguez detalló que el gobernador Pedro Pierluisi le asignó al Balneario $5.2 millones de fondos ARPA y que la petición a FEMA para la reconstrucción que se prevé realizará allí es por $13,772,260.87.

Explicó que FEMA no ha designado los fondos, ya que “en su origen evaluaron individual cada cabaña. Si es 20 cabañas, 20 proyectos diferentes. Nos sentamos con FEMA y se le explica que es un gran proyecto del Balneario y el Centro Vacacional de Cabo Rojo. Eso necesita el ‘environmental assessment’”.

Ese análisis ambiental necesario está a cargo de FEMA. Ellos son los que determinarían, según contó, si las cabañas más cercanas al mar pueden ser utilizadas o aspectos sobre la reubicación de las cabañas que quedaron bajo agua.

Las obras también contemplan las mejoras a la zona deportivo, la construcción de gazebos y baños para áreas públicas, así como la reapertura de la zona de baño para discapacitados. Pero, la secretaria no pudo dar una fecha sobre cuánto se realizarían estas mejoras, ya que espera por la respuesta de FEMA.

Por su parte, la directora de la Fundación Mayagüez 2010, Lymari Quiles Padilla, rechazó que todas las instalaciones deportivas dentro del Balneario estén inoperables. Destacó que la cancha de voleibol de playa, así como el centro de vela y canotaje está en operaciones. Dijo que allí la organización les da clases a niños entre 8 a 18 años.

A meter presión

Para meter “un poco de presión” al DRNA para que mejore las condiciones del balneario y se pongan en funciones las cabañas, desde el municipio se impulsa un evento que se ha denominado Balneario Boquerón 2.0, informó el alcalde.

“Esto es un complejo turístico único en Puerto Rico. Lleva muchos años en abandono por varias administraciones y el huracán María y ahora Fiona, pues, lo acabó de rematar, como decimos, verdad, en el argot deportivo. Nosotros como municipio queremos colaborar con el DRNA, ya que hay poco personal para mantener estas facilidades. Una facilidad tan bonita y hermosa como ésta. Y, estamos convocando a un impacto, que se llama Balneario de Boquerón 2.0″, afirmó.

El evento se realizará del 9 al 11 de marzo, con la colaboración del DRNA y otras agencias gubernamentales.

Para lograr que sea un éxito, el municipio está reclutando voluntarios para que lleguen hasta el balneario a ayudar a recoger escombros, así como pintar y arreglar las cabañas que se encuentran en mejor estado y pudiesen ser abiertas para alquiler.

La idea es que “para Semana Santa, aunque todavía no hayan comenzado las construcciones, estén en unas condiciones como se merece, bonito y limpio”, indicó Morales Wiscovitch.

Mientras, la secretaria del DRNA planteó que la meta es duplicar la suma de las cabañas abiertas para este próximo verano y continuar los esfuerzos hasta que se logre la reconstrucción del complejo turístico.

“Ese proyecto es una de las prioridades del gobernador Pierluisi y mía como secretaria”, concluyó.