Hasta las últimas consecuencias.

El galeno indicó que el Naled en dosis altas puede “hiperestimular el sistema nervioso” y provocar síntomas desde naúseas, vómitos y dermatitis severa, hasta parálisis respiratoria, confusión y muerte. Así mismo, dos de sus ingredientes, el naftaleno y el diclorvo, están identificados como cancerígenos.

Por eso, la organización que preside ya tiene listo un borrador del recurso legal que presentarían si las autoridades federales y estatales llegan a un acuerdo sobre la fumigación. El galeno no descartó que otros grupos profesionales se unan a la acción legal.

“El Colegio de Médicos y Cirujanos de Puerto Rico se opone enérgicamente a la fumigación aérea de pesticidas y entiende que previo a cualquier decisión relacionada con el tema se debe evaluar en primera instancia el comportamiento real del virus del zika en Puerto Rico y si su incidencia justifica usar medios tan riesgosos a la salud como el propuesto”, señaló Ramos ayer en una ponencia ante la comisión cameral de Salud.

El presidente del colegio explicó que un estudio realizado por la Academia Americana de Pediatría, “tan reciente como el 30 de abril de 2016” relaciona la fumigación aérea con el incremento en el riesgo de que los niños sufran condiciones dentro del espectro del autismo y tengan problemas en su desarrollo.

El estudio que citó se llevó a cabo en un área de Nueva York en la que desde el 2003 cada año se fumiga, precisamente, para controlar los mosquitos.

Las conclusiones del estudio apuntan a que “los niños de dicha área son 25% más proclives a tener diagnósticos de autismo y problemas de desarrollo comparados con otros niños que viven en áreas donde no se utiliza la fumigación aérea”, según dijo en la ponencia.

Ramos participó además de una manifestación a las afueras de La Fortaleza en contra de la recomendación que hizo el Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de fumigar con Naled sobre la Isla para mitigar la población de mosquitos que transmiten el zika, el dengue y el chikungunya.