Cierra icónica tienda del Viejo San Juan
No resistió la debacle provocada por María.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 8 años.
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Tan frágil y agónico es el escenario en el Viejo San Juan debido a la falta de electricidad, que continúan poniendo candados definitivos a tiendas icónicas como The Linen House, un comercio establecido hace 35 años en la calle Fortaleza.
El huracán María -y la nefasta secuela de que a dos meses del azote del ciclón siguen los graves problemas en la reparación del servicio de luz- provocaron el cierre de la tienda, la que enfrentaba grandes retos a causa de la crisis fiscal del País.
“Es cierto. Estoy cerrando... después de haber estado la mitad de mi vida aquí -yo voy a cumplir 81 años-, tengo que cerrar porque estuve dos meses y medio sin poder abrir y sin generar un sólo centavo”, dijo don Benjamín Rodríguez, propietario del lugar caracterizado por vender edredones, cojines y colchas tejidas, mantillas, estolas y faldellines españoles y ropa fina de hilo.
Desde ayer, la mercancía está a mitad de precio, indicó Rodríguez a a Primera Hora, quien agregó que el cierre forzado agravó un atraso de dos meses que tenía en el alquiler del espacio comercial.
“La gota que colmó la copa fue que con el cierre me atrasé cuatro meses y me pidieron el local. Me dijeron que pagaba o me iba y dije que me iba porque la verdad es que mi problema es que no tengo dinero. Todo se me ha ido”, dice el comerciante al agregar que la deuda total asciende a más de $14,000.
“Nada, no tengo nada. Aquí veníamos ya bregando con la situación de la baja de ventas que se dio cuando cerraron la calle Fortaleza para hacer unos arreglos a los adoquines... de eso se nos hizo difícil recuperarnos y ahí fue que cerramos la otra tienda” (en el 2012), relató compungido.
Según Juan Fernández, otro comerciante en el Viejo San Juan, a 62 días del “apagón comercial” post María, más de 20 establecimientos han cerrado y se han perdido unos 500 empleos directos.
“Es una completa calamidad”, exclamó Fernández para describir el estado de desolación que impera en la ciudad amurallada donde pocos residentes y comercios han sido energizados desde hace poco más de una semana.
Recientemente, Primera Hora entrevistó a otros dueños de negocios quienes advirtieron que si no se energiza e prontamente a la isleta, Puerto Rico sufrirá daños irreparables y se avecinará una debacle para la principal atracción turística del País, un lugar que recibe cientos de miles de pasajeros de cruceros al año.