Una perrita salchicha, color marrón, se luce con cada visitante que llega a las inmediaciones de la destilería Crab Island, en Vieques. Ella saluda, se muestra cariñosa y se pasea por el lugar con mucha gracia. No en balde, Chupi es la querendona de allí.

Todos la adoran, sobre todo el dueño de la destilería, Iván Torres. Así que, cuando él no está, ella es la jefa y guardián del lugar. “Iván tiene con ella ya 10 años. Si ella hablara, pudiera contar todo”, dijo Alfonso Vázquez, quien afirmó que los empleados tienen un cuidado particular con Chupi, ya que es epiléptica y se medica todos los días.

Mientras la cargaba entre sus brazos como una bebé, Eira Rodríguez, dijo que Chupi ha estado presente desde que se empezó a crear la receta del ron y que es parte integral del “staff” que recibe al público en la destilería. “Ella está desde el comienzo, desde el comienzo cuando se encontró la receta. Chupi es la cara de Crab Island. Es bien inteligente. Va mesa por mesa a saludar. Ella siempre está aquí con nosotros”, manifestó la encargada de atender a los visitantes y contarles la historia del negocio.

Mientras que Roberto Bermúdez, otro de los empleados, también confirmó que “todo el mundo conoce a Chupi, todo el mundo la coge, la carga, le dan comida. De vez en cuando le gusta que la saquen a pasear y se molesta cuando no la sacan”. La mascota se ha vuelto ícono de la empresa, ya que su rostro hasta aparece pintado en los barriles de añejar.

Al preguntárseles si había ocurrido alguna anécdota con Chupi y el ron que destilan, el trío de empleados confirmó a viva voz que no. “Si le pasa algo a Chupi estamos botaoʾs… mejor que explote la destilería… y no es chiste”, comentó Vázquez entre risas.

Sobre Crab Island

Los comienzos de la destilería de ron Crab Island se remontan al 2012 en la Isla Nena. “Destilería Crab Island nació en Vieques y en la mente de Iván Torres. Todo empezó hace 10 años atrás en una casita de madera donde él empezó a hacer y destilar ron. Como cualquier negocio, empezó en la calle vendiendo su coquito, vendiendo ron para Navidad y ahí comenzó la idea de destilar. Lo que motivó a Iván a destilar fue que Puerto Rico es la capital del ron en el mundo y, al darse cuenta que el ron artesanal no se promociona y que hay pocas destilerías en Puerto Rico, eso lo motivó a crear el primer alambique”, explicó Rodríguez.

Hoy día, es la marca local de este tipo de licor. Allí se destilan entre 50 y 60 galones de ron por día.

“En la historia se habla de que los piratas venían al Caribe a beber ron y eso es histórico por lo que tiene que continuar. Hay muchas islas como Santa Cruz que tienen su propio ron y que Puerto Rico ni Vieques sean la excepción”, destacó Rodríguez.