Chef Yia Medina devuelve la ayuda recibida durante el huracán María a damnificados de Fiona
Es una de las voluntarias que se encontraban hoy cocinando diferentes platos en varias ollas de gran tamaño, que poco después saldrían rumbo a diferentes puntos de todo Puerto Rico.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 2 años.
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Decenas de voluntarios estaban colaborando hoy con los esfuerzos de la organización World Central Kitchen (WCK), cuya cocina principal para esta emergencia está funcionando en el estacionamiento del hotel Melia Century de Ponce.
Desde este lugar, la organización que dirige el chef español José Andrés, está cocinando sobre 45,000 platos para las personas que han quedado con más necesidades luego de los estragos ocasionados por el huracán Fiona, que afectó severamente a la zona sur, gran parte de la cual se encuentra todavía sin energía eléctrica, como es el caso de Ponce.
Al grupo se habían sumado voluntarios dueños de restaurantes y ‘food trucks’ así como chefs que se encontraban cocinando diferentes platos en varias ollas de gran tamaño, que poco después saldrían rumbo a diferentes puntos de todo Puerto Rico.
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Entre esas personas se encontraba la reconocida chef Yia Medina, quien trabaja con varios restaurantes y con la cadena televisiva especializada Food Network.
“He viajado con ellos (WCK). Estuve aquí para los terremotos en enero del 2020 en Yauco, en diferentes desastres a través de Texas, para la pandemia, y ahora me relocalicé a Puerto Rico hace 11 meses. Y cuando pasó esto, pues es la única manera que sabemos hacer lo que nos gusta y sacar pa’alante al pueblo”, afirmó.
Medina, de hecho, conoce bien de cerca lo que significa quedar como persona damnificada luego de un desastre natural.
“Yo perdí todo cuando el huracán María. Tuve que sacar mis hijos del país. La compañía donde yo trabajaba me relocalizó a Dallas, Texas. Y ahí llevaba los últimos cinco años. Hace 11 meses pues se me dió la oportunidad de regresar a Puerto Rico, que me moría por hacerlo. Y aquí estamos. Cinco años después, lamentablemente la misma historia. Pero haciendo lo que nos gusta”, aseveró.
Pese a que pudiera estar laborando en algún restaurante y ganando dinero para sí misma, estaba allí al pie de una de las grandes ollas, pasando bastante calor y sin que vaya a recibir remuneración por esa labor.
“La manera que yo lo veo es que tengo que devolver por lo que he recibido. Esta fue la oportunidad que me dieron cuando yo lo perdí todo. Esta organización al igual que muchas a través de la Isla, nos dieron el apoyo y nos dieron el espacio para hacer esto. Yo no podría, y ninguno de los que estamos aquí podríamos estar en nuestras casas o pensar en hacer dinero en estos momentos cuando hay tanta gente que lo ha perdido todo. Y nosotros, si tenemos el privilegio y la bendición de hacer esto y ayudar a la gente, no importa lo tedioso que sea, las miles de comida, las horas que tengamos que trabajar, esto es lo que vamos a hacer hasta que haga falta, dondequiera que haga falta”, afirmó.
“Ahora, aquí estoy, en la cocina de Puerto Rico”, insistió, con una gran sonrisa y sin dejar de remover la carne y vegetales que se cocían en la olla, y que hoy alimentarían a un sinnúmero de damnificados y otras personas más necesitadas.