Celebran paso de avance hacia el dragado del Caño Martín Peña
Luego de más de 20 años de lucha, las comunidades alrededor de ese cuerpo de agua festejaron el inicio del proyecto de limpieza.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 1 año.
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Parada frente al Caño Martín Peñas, y con el renovado optimismo que proporciona la victoria luego de más de 20 años de sacrificadas luchas, una de las principales líderes comunitarias de esa zona auguró que ese cuerpo de agua “será navegable otra vez, va a tener áreas para nadar también, y para la pesca”.
“Y va a haber proyectos de infraestructura y negocios de los propios residentes. Vamos a montar quiosquitos de artesanía y todo, para el disfrute de todo el mundo. Ese es el futuro. Y yo espero verlo”, agregó Lucy Cruz Rivera, presidenta del G8, entidad comunitaria que agrupa a las comunidades que están alrededor del Caño, y que hoy celebraron el anuncio oficial de que finalmente comenzarían las obras de dragado y limpieza en ese cuerpo de agua.
Con emoción en su voz y brillo en sus ojos, mirando a las aguas del caño desde la orilla donde crecen arbolitos de mangle sembrados recientemente, y donde tuvo lugar la ceremonia oficial de la primera piedra del proyecto en tres fases para el dragado y limpieza del Caño, Lucy celebró el trascendental anuncio junto a un sinnúmero de residentes y líderes comunitarios y de organizaciones que se han unido a lucha en torno al Caño Martín Peña, como el G8, la Corporación del Proyecto Enlace y el Fideicomiso de la Tierra del Caño Martín Peña, entre otros.
“Este es el primer pedacito, el primer paso. Y sabemos que se va a lograr. Porque ya está el dinero. Ya no hay excusa del dinero. Ahora es acción lo que necesitamos. Vemos esa luz ya. Un pasito a la vez. Pero lo vamos a hacer, poco a poco”, afirmó Lucy, con la resolución que ha caracterizado a estas comunidades que, pese a las dificultades que han enfrentado, no se dieron nunca por vencidas.
“Son más de 20 años de lucha, como las comunidades unidas. Sin embargo, la lucha lleva muchos años más. Lo que pasa es que la gente lo hacía por separado y no tenía ningún efecto”, recordó.
“Al unirse el grupo y crear lo que es el G8 es que tenemos más fuerza. Y el que muchos aliados y colaboradores creyeran en nosotros también, y nos dieran esas herramientas que necesitábamos para salir hacia adelante, ese es el logro”, agregó.
“El logro que tenemos es el no desistir, el perseverar, el saber que podemos, que alguien nos tenía que escuchar, alguien tiene que responder. No pensando en lo que nos decía, que esto no se va a dar, que por qué no se mudan. Y nosotros, ¿por qué yo me tengo que mudar del sitio donde yo nací, donde mi mamá nació, que tiene 91 años? O sea, yo decía, ‘no, tenemos que seguir la lucha hasta que esto se logre. Y aquí estamos”, afirmó.
Lucy comentó que, en medio de la celebración, también tiene “muchos sentimientos encontrados”, porque recuerda las frustraciones a través de los años, pero puede hoy decir, “mira, lo logramos, vencimos”. Lamentó que no pudieran estar presentes allí físicamente “algunos líderes que ya no están con nosotros, que dejaron su pellejo también con nosotros”, y eso “es lo único que nos duele un poquito”.
“Pero estamos dejando un legado. Tenemos generaciones que ya son líderes comunitarios. Hay niños desarrollándose como líderes comunitarios. Así que estas tierras se quedan en manos de la gente que vive aquí y de la propia comunidad. No queremos un cuerpo de agua para gente extraña con otro poder adquisitivo. Es un cuerpo de agua para nuestra comunidad. Por eso tenemos y defendemos el Fideicomiso de la Tierra con uñas y garras también”, insistió.
Lucy subrayó que “tenemos el apoyo de la comunidad, que es lo más importante”, y destacó que, de unos 15 a 20 líderes que había cuando comenzaron para el 2002, ya suman ciento y pico. Además, aseguró, hay mucha más gente que se une, aunque “quizás no quiere estar en ese tipo de reunión o no quiere ese compromiso”, pero en cada calle de las comunidades dicen “estoy presente, te puedo repartir hojas, o tengo este vecino enfermo, y llaman”.
“Aquí hay un movimiento de toda la comunidad. Aquí no miramos ni religiones, ni política, ni nacionalidades. Aquí el que quiera trabajar y quiera amar estas tierras como las amamos nosotros, son siempre bienvenidos”, afirmó.
Retomando su mirada al Caño, reiteró su esperanza de que, en el futuro, “yo lo veo dragado. Los diseños están, de acuerdo a lo que las propias comunidades pidieron que se hiciera, en beneficio de la comunidad”.
Agregó que los trabajos se harían “salvando el ambiento y protegiendo nuestros mangles. Porque si algo es simbólico para nosotros son los mangles. Cada vez que vemos... ‘no, no, no me tumbe los mangles’. Porque eso es algo que nos identifica, tanto como el Puente Martín Peña, o como el puente... el monstruo que nos hicieron en Cantera, que lo estamos embelleciendo y ahora lo vamos a renovar”. La líder comunitaria resaltó que el logro que celebran hoy las comunidades del Caño también podría verse como un triunfo e inspiración para las demás luchas comunitarias. “Que otra gente nos mire, que otra gente vean que sí lo pueden hacer, pues nos sentimos que honrados y orgullosos”, aseguró.
El Caño Martín Peña fue en el paso una vía navegable, que comunicaba desde la Bahía de San Juan hasta áreas de Carolina y Loíza. Sin embargo, con el tiempo, la dejadez y el abandono, se fue obstruyendo hasta el punto que se podía cruzar de un lado a otro a pie, además de que se llenó de escombros y sedimentos, situación que provocaba frecuentes inundaciones en las comunidades aledañas y la destrucción del ambiente. Eventualmente, las comunidades se organizaron y reclamaron atención, hasta llegar al anuncio de este martes.
Además de los líderes comunitarios, el anuncio oficial estuvo encabezado por el gobernador Pedro Pierluisi, la comisionada residente en Washington, Jenniffer González, así como un sinnúmero de otros líderes políticos y funcionarios de varias agencias federales y estatales vinculadas al proyecto y su ejecución, como el Cuerpo de Ingenieros del Ejército de los Estados Unidos (USACE, en inglés), la Agencia de Protección Ambiental (EPA, en inglés), el Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA), la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados (AAA) y el Municipio de San Juan, entre otros.
Según las expresiones oficiales, el proyecto se haría en tres fases, la primera de las cuales consiste en una limpieza profunda de desperdicios vegetativos en unas 40 cuerdas de la zona marítimo terrestre alrededor del Caño.
La implementación del proyecto estará a cargo de la empresa Dorado Service, Inc., a un costo de $3.3 millones, y generará 50 empleos. Se espera que las obras de la primera fase terminen en mayo próximo.
Las siguientes fases incluyen el dragado de 2.2 millas que ayudarán a rehabilitar el flujo del mar hacia la Laguna San José, la restauración de 36 cuerdas de mangle, la instalación de muros para estabilizar la orilla y controlar la erosión, así como mejoras a los puentes Martín Peña, Luis Muñoz Rivera y Tren Urbano.
La inversión total es de $163.3 millones en fondos federales de la Ley Bipartita de Infraestructura y $90.7 millones de pareo local, que incluyen fondos del gobierno estatal y de la Corporación Enlace.