Celebran la vida en el parque Muñoz Marín los niños y jóvenes del programa de trasplantes del Auxilio Mutuo
Programa pediátrico de trasplante de hígado y riñón celebra sus cinco aniversario con un Goofy Game.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 1 año.
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Pese al intenso calor del día, niños y jóvenes participantes del Programa de Trasplante Pediátrico del Hospital Auxilio Mutuo disfrutaron este sábado de un pasadía en el parque Luis Muñoz Marín, en Hato Rey, en la que las risas y la algarabía se entremezclaron con guerras de pistolitas de agua, embarres con crema de afeitar y carreras en las que tenían que demostrar su agilidad.
Fue un día para olvidar las penas y los dolores que han atravesado por varios años a causa de enfermedades, en su mayoría congénitas, que los llevaron a atravesar el proceso de ser trasplantados del riñón o el hígado, o a estar en listas de espera para someterse a la intervención. Pero, además, celebraron los cinco años del único programa de este tipo de trasplante a nivel pediátrico en la Isla.
Eran los propios doctores quienes motivaban a los niños y jóvenes a dar el todo por el todo en los Goofy Games que les prepararon para celebrar un día feliz. Los mojaban con las pistolas de agua y les entusiasmaban a participar.
Alondra Trinidad, de 16 años y residente de Juncos, fue una de las que se gozó los eventos preparados por la empresa Creative Entertainment.
La adolescente fue una de las primeras trasplantadas del hígado en el hospital, pues sufría desde nacimiento del síndrome Alagille.
Aunque con un algo de dificultad para correr, Alondra no titubeo para embarrarse con crema de afeitar y mojarle en las luchas con pistolas de agua.
“Me siento mucho mejor que antes. Es un poquito complicado el proceso de trasplante. Pero, de verdad, que se nota la diferencia del antes y después. Antes yo estaba muy complicadita, tenía los ojos amarillos, la piel amarilla, el abdomen lo tenía grande y ya después todo que tenía complicación bajó y todo ahora está bien”, señaló en medio de la algarabía.
Dijo que cuando recibió la noticia de que sería trasplantada un 26 de julio de hace cerca de seis años su vida se transformó. Contó que la motiva a disfrutar más de sus días.
“Es un sentir bien bonito estar aquí vivo, sentirse bien, sentirse alegre, tener felicidad y un crecimiento normal”, afirmó Alondra.
Miguel Robles Álvarez, quien a sus 25 años ha pasado por dos trasplantes de riñón, también se gozó del evento.
Contó que nació con hydronephrosis bilateral y que a los ocho años perdió la funcionalidad de sus riñones. Su madre le donó un riñón, pero, el cuerpo rechazó. Por ello, estuvo viviendo por años bajo tratamiento de diálisis hasta que en el 2018 recibió un nuevo riñón en el Hospital Auxilio Mutuo.
El evento que preparó el hospital para celebrar estas historias de éxito en los pasados cinco años de realizar trasplantes pediátricos también le sirvió para celebrar los logros de su vida.
“Gracias a Dios estoy superbién. Soy una persona totalmente normal. Ayer culminé mi bachillerato, tuve mi graduación de bachillerato de Ciencias del Ejercicio con Promoción a la Salud, ya que esa es mi pasión, los ejercicios, los deportes y no tengo ninguna limitación. El apoyo familiar es algo bien clave en esto. Siempre he sido bien positivo, siempre voy a cualquier proceso con la mano de Dios y, nada, mi familia, que siempre ha estado conmigo, mi papá, mi mamá y mi hermana, que en cada paso de mi salud y en lo personal están al lado mío”, manifestó el joven, al llamar a sus pares a nunca sentirse limitados en la vida pese a las complicaciones que se enfrenten.
Joseph Benítez, de 23 años, también se fajó en cada uno de los eventos preparados, que incluía brincar obstáculos y correr con bombas de agua.
Él nació con el síndrome nefrótico congénito tipo finlandés, que afecta a uno de cada un millón de niños en el mundo.
“Es una condición sumamente extraña, pero aquí estoy, sobreviviente con la gracia y misericordia de Dios”, señaló el joven trasplantado del riñón cuando tenía 14 años.
Añadió que “cuando llega el trasplante de riñón a mi vida, mi vida cambió por completo. Obviamente como trasplantado de riñón, tengo que cuidarme, beber mucha agua y tomarme mis medicamentos, verdad, para poder cuidar ese riñón, para que, año tras año, pueda celebrar esta victoria que Dios me otorgó y me permite vivir mejor”.
Joseph aceptó que es ejemplo para los demás jóvenes del programa de que no hay límites y de que todo es posible.
Para “celebrar la vida”, estas historias de éxito como las de Alondra, Miguel y Joseph, fue que el hospital realizó sus primeros Goofy Games, informó la doctora Auda Plaud, nefróloga pediátrica.
“Muchas veces estos pacientes que viven enfermos crónicamente, porque la mayoría de ellos nace con enfermedad, viven una vida bastante limitadas. Por ejemplo, los pacientes que están en diálisis tiene restricciones de dieta, restricciones de líquido y muchas veces están enfermos, al punto que están cansados. Van a diálisis tres veces por semana, cuatro veces por semana, y no necesariamente viven la vida de un niño común, jugando y participando de actividades deportivas. Así que parte de eso es esto es llevar el mensaje de que después de un trasplante la vida continúa y que le damos las gracias a todos los donantes que hacen esto posible”, indicó.
Desde que fue fundado, el Programa de Trasplante Pediátrico del Hospital Auxilio Mutuo ha realizado 24 trasplantes de riñón y 23 de hígados. Otros 10 pacientes menores de 21 años se encuentran en lista de espera para recibir un nuevo órgano, informó la gerente del programa, Brenda Calo.
Los órganos son recibidos a través de la fundación LifeLink de Puerto Rico, así como por familiares y voluntarios que donan sus órganos.
Si tiene interés de servir como voluntario para que esta población pediátrica que espera por un trasplante pueda obtener su órgano, puede comunicarse al 787-771-7575 con Edmerlín Pérez.