Salinas. Tres horas y media de preparación, diez personas y cantidades enormes de cebolla, ajo y aceite, entre otros ingredientes, fueron necesarios para darle forma a un gigantesco mojo isleño que se repartió gratis ayer en este municipio, al que se le considera cuna de esta versión de la suculenta salsa.

Desde las 8:30 a.m., al mando de la chef Lorelei Carrión, arrancó el proceso.

Ya para el mediodía la fila de personas para degustar el manjar junto con pollo parecía no acabar.

Carrión dijo que el mojo es una herencia culinaria que llegó desde las Islas Canarias, que pertenecen a España y desde donde han llegado a Puerto Rico muchos grupos de personas en distintos períodos.

Otros países latinoamericanos también han adoptado el concepto y según sus tradiciones lo han modificado para darle su propio toque.

“En los países de habla hispana tenemos la particularidad de que nos gusta la comida con muchos colores y con sabores intensos. Nos gustan las salsas y eso explica por qué es tan bien aceptado y hay tantas formas de mojo en toda Latinoamérica y en España”, afirmó la experta en cocina.

Carrión, quien aprendió a cocinar desde antes de tener 7 años, indicó que la versión boricua del mojo es bastante simple y tan versátil que se puede usar, no sólo con pescados y mariscos, que es uno de sus usos más habituales, sino también con pollo, cerdo ¡y hasta con viandas!, sin olvidar por supuesto los tostones.

“Va con todo”, aseguró.

Para la chef también es importante que se siga enseñando esta receta de abuelos y padres a hijos y que se fomente el encuentro familiar en la cocina.

“Es una de las cosas más bonitas que hay. La cocina es el lugar donde puedes enseñar, no solo tradiciones, sino también valores de unidad, e incluso al enseñar hacer platos y recetas básicas como el mojo, le estás le estás dando unas herramientas bien importantes relacionadas con la independencia y la madurez a tus hijos”, señaló.

La alcaldesa Karilyn Bonilla Colón dijo que gracias al mojo isleño Salinas tiene un circuito turístico de gastronomía, que no tiene otro pueblo y que ha ayudado a incentivar la economía.

Ese circuito se puede accesar por tierra o por mar ya que gran parte de los restaurantes que lo sirven tienen acceso desde la bahía, por lo que se puede llegar a ellos en kayak, bote o jetski, detalló la funcionaria.

“Se bautizó como mojito isleño hace ya más de siete décadas y sigue atrayendo a los puertorriqueños y a la gente que nos visita desde otros países. Además, aquí en Salinas todo el mundo come mojo desde chiquito”, indicó la alcadesa.

Para Andrés Hernández Cosme quien llegó con su esposa María D. Quintana y su nieta Nayeli Isabel Hernández, probar el mojito isleño y ver las artesanías como parte del festival, fue el gran atractivo para llegar desde Guaynabo.

“Fue una de las primeras cosas que probé. Me gustó mucho... y ahora aprovecho para estar aquí todo el día... vamos a ver si lo preparamos en casa”, afirmó.