El velatorio de Rosimar Rodríguez Gómez, la joven que fue asesinada luego de ser secuestrada el pasado 17 de septiembre frente a su hogar en Toa Baja, continuaban hoy en Cayey, donde serán enterrados sus restos en horas de la tarde.

El féretro de Rosimar fue trasladado de Toa Baja, donde fue velada ayer jueves, a Cayey, su pueblo natal y donde vive parte de su familia, para que otros parientes y amistades también tuvieran oportunidad para despedirse de ella.

Al igual que sucedió el jueves, las escenas de dolor se repetían esta mañana, en este caso ante la funeraria Cayey Memorial, mientras familiares y amigos se consolaban e intercambiaban mensajes de fe buscando darse fortaleza ante el dolor, bajo una llovizna que por momentos toma fuerza y los obliga a refugiarse en bajo techo o en sus vehículos.

El alcalde de Cayey, Rolando Ortiz, acudió a dar su apoyo a la familia de Rosimar y aseguró que el asesinato de Rosimar era “un golpe bien fuerte”.

“Primero es una joven puertorriqueña en plenitud de vida. Además de eso es un problema social que se está viviendo, que hace falta crear consciencia de la importancia de que reconozcamos la igualdad de los seres”, comentó Ortiz, haciendo un llamado a las autoridades a “responder con mayor celeridad en estos momentos” cuando se produzcan situaciones como las que desencadenaron en el asesinato de Rosimar.

“Y lo otro pues, es una familia cayeyana, de gente trabajadora, su abuelo es barbero. Son gente del pueblo. Y cuando se sufre, se sufre por todos en un momento como este”, agregó el alcalde, que aseguró que conoce a la familia y ha compartido con ellos.

“Todo lo que se nos ha solicitado se ha provisto. Ellos (la familia) han hecho todas las gestiones a través de la funeraria. El cementerio se ha adecuado para este momento tan difícil. Nosotros en momentos como este nos solidarizamos con la familia, nos ponemos a su disposición”, agregó Ortiz.

Durante estas horas de la mañana, el velatorio está limitado a personas allegadas a la familia, pero se anunció que en la tarde se abriría por una hora al público en general, entre 1:00 y 2:00 p.m. en la ermita del cementerio municipal, para luego darle sepultura.