Catañenses ven con buenos ojos que regrese la estatua de Colón
La mayoría espera que impulse todavía más el turismo en su municipio.

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Cataño. “¡Dile que sí”.
Con las manos al aire, la catañense Ana M. Montijo recibió con júbilo la noticia de que el alcalde de su pueblo, Julio Alicea Vasallo, propone traer de vuelta a Cataño la escultura Nacimiento del Nuevo Mundo, mejor conocida como la estatua de Cristóbal Colón, que al momento erige en Arecibo.
“Ay nena, sí, dile que sí”, repetía. “Mi mamá, mi papá, todos queremos que sí. La tienen ahí abandonada y nadie se mete, pero aquí estuviera de maravilla”, estimó.
“Eso es bello. Es lo mejor que va a hacer (el alcalde)”, insistió.
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Este nuevo intento de traer la estatua al municipio se da por propuesta de Alicea Vasallo a manera de agradecimiento del exalcalde Edwin “El Amolao” Rivera Sierra (1987 a 2003). Además, iría de la mano con la rehabilitación del Parque La Esperanza, donde se pretende ubicar la escultura y cuya restauración incluirá la reparación y reemplazo de la cafetería, del edificio de administración, casetas de guardia de seguridad, gazebos, áreas de juegos de niños e iluminación, entre muchas otras, con un costo que asciende a $3,403,273.40.
Alicea Vasallo aseguró a Primera Hora que hay “conversaciones… bien, pero que bien adelantadas” que involucran a los inversionistas del proyecto de la estatua.
Las conversaciones “son de naturaleza confidencial”, apuntó. Más, sí reveló que el proceso de desmontar la estatua, trasladarla y montarla otra vez en Cataño no tendría costo para su municipio, pues ese gasto recae en “los inversionistas”, de manera similar a como ocurrió en Arecibo.
“Cataño lo que va a colocar es el terreno y las exenciones contributivas que van a tener”, indicó.
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Los que celebraron el anuncio y dialogaron con este medio consideraron que, sobre todo, servirá como imán turístico, un valor agregado a la oferta ya existente del pueblo.
“Sería buena idea por el turismo”, opinó, por su parte, el también residente del pueblo Sammy Nieves.
“Acuérdate que Cataño está bien, turísticamente, bien posicionado, que sería bueno. Yo entiendo que sí (sería una buena inversión). No sé qué movimiento van a hacer para traerlo para acá de nuevo, pero si se puede, estaría bueno”, reiteró.
Otra catañense, quien optó en opinar bajo condición de anonimato, consideró que el traslado “puede ser que sí” sea una buena inversión, ya que “está tan lejos que mucha gente ‘maybe’ no la está viendo”.
“Sería bueno, porque era para aquí que venía por primera vez”, dijo la señora mientras caminaba por las calles del casco urbano.
Pese a esta reacción positiva, no todos en Cataño necesariamente creen que la movida, finalmente, se concretizará.
Este es el caso del empleado municipal quien únicamente se identificó como “Green”, que, aunque favorece la idea de tener la escultura en su pueblo, se le dificulta confiar en que realmente se lleve a cabo.
“No creo (que la traigan a Cataño). (Pero), si la quiere traer bien, porque eso atrae el turismo. No creo que venga hacia Cataño”, apuntó.
Actualmente, la estructura- que pesa 600 toneladas, incluye 2,750 piezas y mide cerca de 350 pies de alto- ubica en Terravista Parkland, en Arecibo.
Las controversias
Desde que el artista ruso Zureb Tsereteli creó la pieza en el 1991, la estatua de Colón ha sido rechazada múltiples veces.
Originalmente, Tsereteli construyó la estatua para honrar al almirante genovés y conmemorar los 500 años desde que navegó al Caribe. Primero, intentó llevarla a los Estados Unidos, a estados como Maryland, Florida y Nueva York, la rechazaron.
No fue hasta el 1998 que el exgobernador Pedro Rosselló González la aceptó y gastó $2.4 millones para traerla a la Isla. Inmediatamente, Rivera Sierra la quiso en su municipio, pero donde primeramente se hubiera ubicado suponía riesgos de seguridad relacionados con la posible interferencia con el tráfico aéreo del Aeropuerto Internacional Luis Muñoz Marín.
Las piezas fueron abandonadas en el Parque La Esperanza y, 10 años después, acumulaban polvo en el almacén del puerto de Mayagüez.
Las conversaciones para levantarla resurgieron en el 2010 y, cuando en el 2014 comenzó el pre-ensamblaje a cargo de artesanos rusos en un terreno privado, frente a la playa Caracoles, en el barrio Islote de Arecibo. No obstante, el rechazo del Movimiento Indígena Jíbaro Boricua y el Movimiento Contra Colón protestaron, quienes tildaron de asesino a Colón, obstaculizaron el proceso, así como la preocupación de los vecinos del área por la congestión vehicular que provocaría la atracción turística del monumento en la estrecha carretera PR-681.
Finalmente, en 2015 el empresario José González Freyre y propulsor de Terravista Parkland, quien levantó la estatua en el lugar con la intención de inaugurarla en el 2016. Eso, evidentemente, nunca ocurrió.
Es esta historia controvertible que provocó que otra residente, quien también habló bajo anonimato, opinó que “no es buena idea” llevarla a Cataño.
“Que se quede como está. La van a traer acá y la van a vandalizar. Entonces, se debería quedar dónde está”, dijo al también considerar que no cree que tampoco cree que es momento oportuno para trasladarlo.
“En el futuro, pueden decidir. Es una buena idea, pero en el momento equivocado”, consideró.