Santa Isabel. Mientras en las afueras del pueblo se establecen grandes centros comerciales y cadenas de tiendas por departamento, en el centro urbano del pueblo la historia parece ser muy distinta.

Con tan solo un recorrido por la plaza pública de la Tierra de Campeones se puede observar la cantidad de negocios cerrados con letreros de alquiler, otros con anuncios de liquidación por cierre y los que permanecen luchan por sobrevivir.

Pero en lo que sí coincidieron los residentes de este municipio es que se sienten olvidados y con un comercio tradicional muerto.

Sandra Torres dijo que en el casco urbano no se ve el progreso.

Mientras, Mercedes Zambrana, quien por más de diez años ha vendido billetes de la lotería tradicional frente a la plaza, describe la situación como una triste.

“Aquí hacen falta tiendas de ropa, zapatos y un supermercado con precios baratos”, comentó la mujer, quien pidió al alcalde Enrique Questell Alvarado que revitalice el centro urbano antes de que se quede desierto.

Inés Cruz, de otro lado, insistió en que el gobierno municipal se ha olvidado de las personas de la tercera edad, muchas de las que no tienen carro para transportarse hasta el centro comercial a hacer sus compras.

“Aquí lo que hay es hambre y sueño y el alcalde ni se ve por ahí”, manifestó la mujer, quien tiene que pagarle a otra persona para que la lleve al supermercado.

Al mismo tiempo, su hermana Aradis Cruz señaló que le gustaría ver más progreso en el pueblo e invitó al alcalde a que se reuna y escuche a la gente.

Para el vendedor de hot dog, Lorgio Rentas, la situación que atraviesa el comercio pequeño en Santa Isabel es muy difícil y embarazosa.

“Aquí se perdió el concepto de pueblo en el que la gente hacía sus compras en los cascos urbanos”, expresó el hombre, quien añadió que hacen falta cosas nuevas.

Por otro lado, Suede Sepúlveda, quien hace un mes estableció una heladería frente a la plaza, destacó que no se incentiva al pequeño o mediano comerciante, lo que provoca el deterioro de los negocios.

“Escogí el pueblo porque sabía que era más económico que el centro comercial”, dijo.

Su negocio abre todos los días, hasta las 9:00 p.m. Durante el día hay poco movimiento en las calles y “por la noche el pueblo está desierto”, aseguró.

Recomendó que los comerciantes del centro urbano se unan y establezcan alianzas para lograr el crecimiento del comercio tradicional y crear estrategias para atraer a los clientes, lo que redundará posteriormente en más ganancias para todos.