Byankah Sobá se confiesa ante su pueblo viequense
La cita fue parte del evento “Un Café en la Plaza” como parte de las actividades de Somos Puerto Rico.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 2 años.
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La plaza de recreo Luis Muñoz Rivera en Vieques se transformó para el reencuentro de la periodista Byankah Sobá con el pueblo que la vio crecer, y que esta tarde la recibió con un cálido abrazo.
Allí llegó al filo de la 1:30 de la tarde bajo un calor intenso para participar del segmento “Un Café en la Plaza” del proyecto Somos Puerto Rico, a donde se confesó con su colega Rosalina Marrero, a quien le contó varias anécdotas de cuando vivió en su atesorada Isla Nena.
“Nosotros estamos bien agradecidos de Vieques y lo llevamos en el corazón. Aquí era donde veníamos a recoger agua y, cuando yo me criaba, aquí era el kiosco”, acotó al describir el escenario de la plaza pública en donde se podía constatar el intercambio de culturas en la isla a través de los idiomas y dialectos que se escuchaban, entre estos, español, inglés, papiamento, patuá y francés.
De hecho, recordó que de pequeña quería estudiar patología forense, pero su participación en una obra de teatro de su escuela cambió su ruta.
“En esa obra que se dio para todo el pueblo, yo hice de periodista y todo el mundo, incluso la alcaldesa que le dijo a mi mamá: “Tenemos una periodista en Vieques”. Nunca dijeron actriz quizá o algo así. Entonces, mi mamá me sentó porque yo quería ser patóloga forense y me dijo: ‘Mira, tú que eres tan presentá y siempre estás como el arroz blanco’ ”, reveló.
Igualmente, destacó que, la primera vez que fungió como maestra de ceremonias “fue en una actividad de las banderas y un año después de eso, que yo estaba en cuarto año, la alcaldesa me dio la oportunidad de ser la maestra de ceremonias de las fiestas patronales. Ahí fue como comenzó todo”, manifestó.
Mientras compartía un cafecito con la periodista de GFR Media, Sobá estableció que su crianza y desarrollo en Vieques estuvo enmarcado en un ambiente de “puertas abiertas, a donde todo el mundo se conocía, se abrazaba y se cuidaba”.
Sin embargo, aseguró las dificultades que ha enfrentado su pueblo, “yo sigo viendo la cara hermosa de mi gente. Las ganas de salir adelante del viequense, ese corazón tan grande que nunca olvida”.
“La vida del viequense no es fácil y, por eso, lastimosamente, hay mucho viequense como en mi caso, se tiene que ir para entonces estudiar y continuar una vida profesional, pero nuestro corazón siempre está aquí”, resaltó al mencionar que estudió en las escuelas públicas de Vieques hasta graduarse de duodécimo grado y luego emprender un viaje a la Capital para estudiar periodismo.
Entre los recuerdos que trajo durante la entrevista no faltaron sus vivencias durante las prácticas militares de la Marina en Vieques, además de vivir en carne propia las vicisitudes que pasan los residentes que se quedan sin transportación marítima para llegar a sus hogares.
Igualmente, resaltó el desastre ocasionado por el huracán Hugo en 1989.
“Vivimos el huracán Hugo, todo el mundo habla de María. Hugo fue el María de nosotros en 1989. Vieques quedó devastado, incomunicado. Bueno, todavía tengo un cayo en la mano por estar cargando agua en 1989 cuando vino Hugo”, sostuvo al lamentar que le quedan muy pocos familiares viviendo en la Isla Nena.
De otra parte, detalló que entre sus recomendaciones para el viajero que llegue a Vieques, está el Fortín Conde de Mirasol, Puerto Ferro y las hermosas playas.
“En la Isla Grande tenemos El Morro, que es un patrimonio de la humanidad, pero cuando tú ves el Fortín de Vieques, nada que envidiar. Es el único municipio aparte de la capital que tiene una fortificación como esa”, explicó con orgullo la viequense de pura cepa.
“También, un área que es importante es el área de Puerto Ferro, los hallazgos arqueológicos que se vieron aquí no se han visto en ninguna parte de la Isla Grande, que demuestra de que Vieques era un lugar de encuentro de nuestros antepasados tainos y arahuacos. Las playas, claro está y Vieques también se ha convertido en un destino gastronómico”, agregó.
En tanto, Sobá está feliz de completar sus estudios en sicología de la Universidad Carlos Albizu, mientras resaltó su interés de ayudar a las personas en el fortalecimiento de la autoestima.
“Yo salí del programa ‘Dando Candela’ para estudiar Sicología en la Universidad Carlos Albizu, acabo de terminar, gracias a Dios. Lo que tengo en la mente es poder continuar haciendo esa puerta que se abrió cuando lancé mi libro ‘Hay mucha flaca fea’. Es un libro de autoestima donde te hace una invitación para que comiences a amarte tal cual eres sin importar las etiquetas”, dijo.
“Ahí comencé a dar muchísimas charlas de autoestima, como coach de vida, pero entendí que hace mucha falta que haya más profesionales aparte de los que ya hay, buenísimos, pero que haya más profesionales para dar ese acompañamiento a personas que necesiten ayudan de salud mental”, acotó.
Finalmente, aceptó que le gustaría abrir su propia oficina como psicóloga, pero “primero, tengo que revalidar”.
“Tengo las manos llenas y estoy recogiendo un espacio maravilloso porque se trata de ayudar, de ser un puente de buena comunicación a personas que lo necesiten”, concluyó.