El buey Brillante cruzó el arco iris.

¿Recuerdan a Brillante y Caramelo, la yunta de bueyes que el agrónomo Ian Pagán-Roig  usaba en su Proyecto Agroecológico el Josco Bravo?

Estos fueron los mismos que, enamorados de una novilla negra, primero uno y el otro después, dejaron en el 2015 en ascuas a su amo que los buscó por todos lados hasta que aparecieron.

Pero ahora Brillante murió hace varios días, dejando a su amo “con el corazón apreta’o” y a Caramelo trabajando en yunta con otro buey, Josco.

En su página de facebook y del Proyecto Agroecológico El Josco Bravo, el agrónomo anunció la pérdida de Brillante “nuestro buey amigo y compañero. Brillante nos llenó de grandes alegrías, travesuras y enormes enseñanzas. Mantuvo el ánimo Brillante hasta el final con la misma mirada traviesa, alegre y afirmativa de siempre”, narró.

El buey de unos cinco años sufrió un accidente en una pata, el pasado diciembre, por lo que perdió una pezuña por gangrena.

Desde entonces estaba en recuperación.

Tanto era el amor de la familia del Proyecto Agroecológico por el animal, que jamás se les ocurrió ponerlo a dormir, como era la sugerencia, ya que eventualmente se deterioraría.

En su empeño de salvarle la vida y que pudiera corretear feliz por la finca en Bucarabones en Toa Alta, estos recurrieron a la empresa Florida O&P Services, en el área de Palm Beach Gardens, en Estados Unidos, para que le hicieran una prótesis.

Allí labora una hispana, la boricua Orializ M. González, que resultó ser vecina de Pagán, pues toda su vida esta vivió en Bayamón.

“Nunca había hecho una prótesis para un animal”, dijo sobre su labor en la empresa donde hacen prótesis de brazos y piernas para los humanos.

La prótesis debería estar lista para fines de este mes o mediados de agosto, dijo la joven encargada del equipo que trabajó en la preparación de la pata.

La empresa iba a donar todo los materiales, y el agrónomo trabaja en la recaudación de fondos para los gastos de viaje de González. Sin embargo, la joven aprovechaba sus visitas familiares para llegar hasta la finca.

González, que tiene un bachillerato en ortésis y protésis y una maestría en ingeniería industrial, viajó varias veces a la Isla y en una pudo ponerle una prótesis  de prueba a Brillante. Aunque el buey tenía la pata bien hinchada, la toleró y hasta pudo firmar en el piso. Eventualmente, cuando bajara la hinchazón, el animal necesitaría otra prótesis.

“Hacer una pata a un animal no es tan fácil, porque hay un compromiso. Y el compromiso es más grande con un animal porque eres tú quien tienes que poner y quitarle la pata”, informó al asegurar que el compromiso de Pagán-Roig fue cien por ciento.

“ Ya el proceso de la prótesis estaba muy adelantado. Quisimos siempre brindarle la oportunidad de vida y la mejor calidad de vida a nuestro amigo pero la vida es impredecible y volátil”, narró por su parte, Pagán-Roig en su página de Facebook. Este se encuentra fuera de la Isla.

Por su parte, Katia Avilés Vázquez, voluntaria del Proyecto Agroecológico, dijo que Brillante, como estuvo meses sin hacer trabajo fuerte, había perdido mucha masa muscular.

Sobre el compañero inseparable de Brillante, Avilés Vázquez dijo que “Caramelo está super bien. Continúa trabajando y está con su nuevo companero de yunta, que es Josco. Ambos se han acoplado súperbien. Están preciosos”, dijo la voluntaria al agregar  que cuando Caramelo veía a Brillante, se reconocían.

“Para mi lo más lindo fue cómo dentro del Proyecto Agroecológico se da ese ambiente familiar, donde hubo unidad y se hizo todo lo posible por tener a Brillante saludable. Él estuvo de buen ánimo hasta el final”, agregó.