Cinco años atrás, cuando el huracán María azotó a Puerto Rico con una ferocidad pocas veces vista, las montañas del Bosque Nacional El Yunque también quedaron devastadas. Sus exuberantes laderas de infinitos tonos de verde perdieron gran parte de su follaje y quedaron desoladas y expuestas, miles de árboles fueron arrancados y arrastrados colina abajo, hubo deslizamientos de tierra, daños a sus carreteras y senderos, así como a sus instalaciones.

Sin embargo, hoy día el verdor ha regresado y una buena parte de los daños se ha ido reparando poco a poco, si bien todavía queda trabajo por hacer, particularmente en la carretera que atraviesa parte de las atracciones más conocidas del bosque.

Esta entrevista se realizó poco antes del paso del huracán Fiona esta semana, el que agraciadamente no provocó grandes estragos al bosque. El personal trabajaba con varios derrumbes y abriendo caminos para realizar un informe de daños.

Rápida rehabilitación

Según explicó Keenan Adams, supervisor del bosque, las reparaciones han tomado más tiempo porque se tomaron el tiempo necesario para hacer los diseños pensando en construir de manera resiliente, de forma tal que, cuando ocurran eventos catastróficos en el futuro, las estructuras resistan mejor y no sufran daños, o los daños sean mínimos, y se pueda reabrir el bosque lo más rápido posible.

Keenan Adams, supervisor del bosque nacional El Yunque.
Keenan Adams, supervisor del bosque nacional El Yunque. (David Villafane/Staff)

“En términos de infraestructura, ya se ha completado como el 80%. Ya hemos terminado trabajos en las carreteras, por valor de unos $30 millones, y como unos $40 millones en trabajos de infraestructura”, comentó el supervisor del bosque.

“Los trabajos de gran envergadura que faltan son los de arreglar los deslizamientos de tierra que ocurrieron cerca de las carreteras y senderos. También tenemos proyectos importantes en senderos que faltan por terminarse”, agregó.

“Nuestra meta es que podamos reabrir los más pronto posible luego de un huracán en el futuro, porque sabemos que la economía del turismo depende de que El Yunque esté abierto”, insistió. “En el pasado, cerrábamos, y reparábamos todo durante cuatro años, y en ese proceso muchos negocios habrían tenido que cerrar. Y no queremos hacer eso”.

Comentó que, al tomar esa decisión, sabían que enfrentarían complicaciones más adelante, como las que está viendo el público en estos momentos el público, por los trabajos de reconstrucción en la carretera PR-191.

“Hemos tenido que reducir la cantidad de público que puede entrar. Estamos usando un sistema de reservaciones para hacer el acceso más seguro, porque tenemos equipo pesado de construcción y gente en sus vehículos moviéndose por vías muy estrechas, y eso crea una situación difícil”, lamentó. “Cualquier descuido, puede resultar en algo peligroso. Así que queremos minimizar la probabilidad de accidentes reduciendo el tráfico”.

Además, de los más 300 espacios de estacionamiento que había disponible, ahora solo hay 200 disponibles, porque las brigadas de construcción necesitan esos espacios mientras están reparando las áreas donde hubo deslizamientos de tierra.

Keenan explicó que “el turista busca autenticidad, espontaneidad, y estamos desarrollando nuestro programa para añadir eso".
Keenan explicó que “el turista busca autenticidad, espontaneidad, y estamos desarrollando nuestro programa para añadir eso". (David Villafane/Staff)

Las restricciones de tráfico están en vigor de manera temporal para el área recreativa de la carretera PR-191, en su tramo norte, que da acceso al área de la popular atracción de la cascada de La Mina. Recomendó al público bajar la aplicación recreation.gov para que tengan mejores oportunidades de conseguir su reservación.

Sin embargo, Adams aclaró que la mayor parte del bosque no tiene limitaciones de acceso.

“Hay una idea equivocada de que se necesita reservación para entrar a cualquier área de El Yunque. Y eso no es correcto. Se necesita reservación para el área recreativa de la carretera 191, si quiere caminar por el sendero de Mount Britton, o si quiere ver Palo Colorado. Pero hay otros lugares que también son preciosos, Río Sabana en Naguabo, El Toro en Canóvanas, Angelito en Luquillo, Puente Roto en Luquillo, todos son igual de bellos y pueden ir y disfrutarlos sin necesidad de reservación”, afirmó.

El supervisor del bosque retomó el tema de por qué ha tomado bastante tiempo la reconstrucción, poniendo la atención en el centro de visitantes El Portal, que recientemente reabrió luego de una extensa reconstrucción.

“Si quieren entender porque hablamos de tomar el tiempo necesario y rediseñar, miren El Portal. Es algo de lo que estamos bien orgullosos. Nos tomamos el tiempo, lo rediseñamos, lo revitalizamos, y lo diseñamos pensando en la comunidad, pensando en posibles socios, porque realmente queremos enfocarnos en la experiencia”, explicó.

“Los centros de visitantes se están volviendo algo anticuado, porque es bien fácil conseguir información en internet. Así que estamos transformando este lugar en una experiencia. Queremos que la gente tenga la experiencia de El Yunque, que tengan la experiencia de Puerto Rico. Y para eso estamos añadiendo muchos eventos de cultura y arte. No se trata solo de naturaleza, lo que va a experimentar el visitante también se enfoca en la cultura puertorriqueña”.

“El turista busca autenticidad, espontaneidad, y estamos desarrollando nuestro programa para añadir eso. La cultura de Puerto Rico es bien rica, y no se puede hablar de El Yunque sin hablar de Puerto Rico, y viceversa. Están tan interconectados. Y nosotros entendemos esa interdependencia y queremos presentarle al mundo los artistas puertorriqueños, la cultura de Puerto Rico y el contexto de esta Isla”, subrayó.

Por otro lado, en lo que respecta a la ecología, sostuvo que un gran reto es el problema con las especies invasoras, como la rata y la mangosta, que han proliferado junto con el problema de manejo de la basura.

“No podemos pensar en nuestro sistema ecológico separado de nuestros sistemas social y político. Todos están interconectados. Después de María, hubo un gran problema con la basura. Los sistemas no daban abasto y la gente empezó a tirar la basura por ahí, porque no se estaba recogiendo. Y eso provocó que creciera muchísimo la población de ratas, lo que ayudó a su vez a que aumentara la población de mangostas, que también se aprovechan directamente de la basura. Y eso está provocando una crisis de salud para los humanos, porque las mangostas están contrayendo rabia de perros y gatos, que también proliferan con la basura. Y todo eso crea problemas para los visitantes y puede también traer potenciales problemas a otras de nuestras especies. Así que estamos muy preocupados y buscando ver cómo recoger esa basura y evitar los vertederos ilegales”.

De hecho, Adams aprovechó la entrevista para solicitar la cooperación de la ciudadanía para acabar con los vertederos clandestinos, así como con los desarrollos ilegales en los límites de bosque, que es otro problema que parece no tener fin.

En cuanto a los árboles y la vegetación, explicó que, al ser los huracanes “un disturbio natural” han preferido dejar que la naturaleza se recupere por sí sola.

“Es difícil predecir cuánto se va a tomar la recuperación, porque no todos los huracanes son iguales. Pero sabemos que luego de Hugo se tardó unas dos décadas para que el dosel (las copas de los árboles) del bosque se recuperara. Así que estamos dejando que ese proceso se dé de manera natural. Sí hay algunas situaciones, cerca de los ríos, donde cayeron árboles y hubo deslizamientos de tierra, y ahí estamos plantando cerca de esos ríos para tratar de estabilizar el suelo y devolverlo a su forma anterior, y poder mantener el agua más fresca y que se recupere más rápido”, afirmó.

En cuanto a especies animales indicó que “vamos a continuar con el programa de recuperación de la cotorra puertorriqueña”, así como el monitoreo de otras especies, incluyendo a “dos especies de halcones que nos preocupan, el falcón de sierra y el guaraguao de bosque”.

Destacó que en el programa de la cotorra puertorriqueña optaron por cambiar la estrategia de liberaciones, y ahora se hacen desde el mismo aviario, de manera que las cotorras puedan tener esa memoria y regresar allí a buscar comida si ocurre otro evento que acabe son sus fuentes de alimento en el bosque.

“La razón por la que murieron tantas cotorras es porque se quedaron sin comida. Ellas comen frutas, y todas las frutas desaparecieron, así que se murieron de hambre. Solo quedó una viva en el ambiente natural”, comentó.

Afortunadamente, hoy día ya hay 36 cotorras en libertad en el área de El Yunque.

Además, “ahora el público puede ver la cotorra puertorriqueña en El Portal. En el pasado para que un puertorriqueño pudiera ver la cotorra puertorriqueña tenía que ir a un zoológico, en Chicago creo que era. Pero ahora la pueden ver en El Portal, y lo hicimos a propósito para que la gente pueda experimentar esa parte de su identidad”.

Más allá de los trabajos de recuperación, Adams aprovechó la ocasión para invitar a todas aquellas personas interesadas en colaborar con El Yunque a contactar las organizaciones sin fines de lucro Amigos de El Yunque (https://www.facebook.com/amigosdelyunque/) y Love in Motion (https://www.facebook.com/LoveInMotionFDN/).

“De verdad queremos que la gente se involucre más. Este es su bosque. Queremos que sean parte de la recuperación. Tenemos muchas oportunidades para voluntarios que quieran involucrarse y tener esa experiencia. Digamos que no consigue reservación, pues podría entrar a El Yunque ayudando a restaurar un sendero. Pueden ser parte de la recuperación, son bienvenidos”, afirmó Adams, recordando con evidente emoción cómo en los días posteriores a María la comunidad se volcó a ayudarlos.

Adams agregó que, como parte de las nuevas estrategias, también buscarán comunicar con más efectividad sobre los días en que se puede acceder a El Portal de manera gratuita.

“Entendemos que, aunque los niños menores de 15 años entran gratis, pero para muchas personas $8 por adulto puede ser un costo prohibitivo si quieres traer a la familia. Así que tenemos esos días de entrada libre de costo, para ayudar con ese tema de justicia social”, comentó.

Asimismo, invitó a los interesados en ofrecer actividades de turismo en El Yunque a traer sus propuestas y aprovechar que el bosque está abierto a recibirlos. Los interesados en obtener permisos para actividades en El Yunque pueden acceder al portal https://www.fs.usda.gov/main/elyunque/passes-permits/event-commercial.

“La mayor parte del turismo se enfoca en el turismo en masa. Pero hay muchas oportunidades para un turismo de menor volumen. Queremos que la gente traiga su creatividad, que se algo más que meter mucha gente en una guagua y pasearlo por El Yunque y decirle aquí está esto, allá aquello. Nos encantaría que la gente piense que tipo de experiencia diferente puede traer, ya sea, por ejemplo, yoga, o alguna forma de bienestar, o arte, traer gente a una clase de arte, lo que sea, una experiencia creativa. El viajero quiere experiencias únicas. Y hay muchas oportunidades”, insistió.