Menos de un centenar de personas se arremolinaron este martes en la Plaza de Armas, del Viejo San Juan, en un intento de ver al rey de España, Felipe VI.

Esa área era la única que no estaba acordonada por policías y a la que se permitió el acceso del público. Por ello, los curiosos se pararon frente a la Casa Alcaldía con sus teléfonos celulares, listos para lograr alguna toma y poderla publicar en las redes sociales. Hasta una señora llegó con una camarita desechable, comprada en una farmacia cercana, cosa de lograr algún recuerdo de esta visita real con motivo del quinto centenario de la fundación de la ciudad capital.

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En el grupo también había varios ciudadanos españoles que, por casualidad, se encuentran de vacaciones en la Isla y buscaban ver a su rey, según contaron.

Sin embargo, Felipe VI nunca salió al balcón a saludar a los presentes. No hubo ninguna otra oportunidad para que pudiera tener contacto visual con el pueblo que le aguardaba.

El español José María Mateo, uno de los que dijo que vacaciona en la Isla, alegó que fueron las normas impuestas por el gobierno local que evitaron que pudiera ver a su rey.

“Yo supongo que él querría salir y saludar a todo el mundo, ya que hemos venido a verlo… Es una pena no verlo. No creo que sea culpa suya, será del protocolo del gobernador (Pedro Pierluisi) y del alcalde (Miguel Romero) de aquí, supongo”, afirmó.

Carmen Santana Piñeiro, quien es residente del Viejo San Juan, estaba incrédula con que el rey se haya marchado sin saludar al público. Cuestionaba a la prensa una y otra vez si era verdad que este ya se había marchado de la actividad protocolar que se realizó en la Casa Alcaldía.

“A lo mejor se quiso evitar el abucheo. Pero, total, en España lo coge de vez en cuando”, manifestó, la mujer quien aceptó que se quedó con el deseo de retratar al rey en el balcón de la Casa Alcaldía, junto al alcalde.

La mujer, quien aceptó que el rey es “guapo”, estaba encantada con la visita del rey. Dijo que a la Isla y a España les unen lazos culturales, que se refuerzan con este tipo de renovación de lazos entre los países.

La mayoría de las personas que se dieron cita a la Plaza de Armas, en el intento de ver el rey, eran residentes del Viejo San Juan y de Miramar. Se les observó conversar amenamente entre sí de diversidad de tema, la mayoría asociadas con España. De hecho, los españoles que estaban entre los espectadores fueron los que más captaron la atención de los boricuas, quienes se les acercaban a conversar.

Una de las que causó sensación fue la española Mari Cruz del Saso, quien es de madre puertorriqueña. Ella llegó a la Plaza de Armas junto su familia. Dijo que le resultó “fenomenal” la coincidencia de estar de vacaciones en Puerto Rico en momentos en que llega su rey.

“Mi familia es monárquica y es un placer poder verle”, soltó.

Comentó que esta visita hace “unir más a Puerto Rico y a España. Para mí es bien importante esta visita del rey”.

Cruz del Saso, sobre todo, enfatizó que es importante que Felipe VI fomente relaciones en el mundo a favor de España. “Está poniendo a España en un lugar internacional importante”, destacó.

La única fricción que se observó entre los presentes ocurrió cuando tres manifestantes a favor de los indios taínos levantaron sus pancartas frente a la Casa Alcaldía. Hubo algunos gritos de repudio. Sin embargo, la situación no pasó a mayores.