La mayoría de los boricuas que residen en las zonas que se prevén tendrán el mayor impacto del huracán Milton, como Tampa, Orlando y Kissimmee, salieron de sus hogares en búsqueda de un lugar más seguro, principalmente al norte del estado.

Están “traumatizados”, “angustiados” y con “incertidumbre”, pues rememoran el daño que hizo el huracán María (2017) a Puerto Rico. Su preocupación principal estriba en que reconocen que las construcciones del estado, la cual son en su mayoría en madera, no soportarían un huracán que se ha presentado tan errático y poderoso como Milton.

Es que el sistema, en unas 46.5 horas, pasó de convertirse en una tormenta tropical con vientos de 40 millas por hora a en un huracán categoría 5, con vientos de 160 millas por hora. En su vaivén de intensidad, sus vientos han alcanzado las 180 millas por hora.

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Pese a la emergencia que atraviesan -y los sentimientos están a flor de piel-, los puertorriqueños se han mostrado unidos y cooperadores con las directrices que se imparten desde los condados.

Todas estas descripciones fueron destacadas por un grupo de líderes de organizaciones comunitarias, religiosas, políticas y de la comunidad LGBTQ+, todos de descendencia puertorriqueña, entrevistados por Primera Hora a horas de que Milton haga su entrada a Florida por la zona de Tampa Bay.

Se espera que el ciclón toque tierra en la noche de este miércoles como un huracán categoría 3, con vientos de 125 millas por hora.

Las calles se encuentran llenas de escombros tras las inundaciones del huracán Helene, que pasó al este de Tampa la última semana de septiembre.

Por ejemplo, la fundadora de Boricuas de Corazón, organización con sede en Tampa, Linda Pérez Hillsborough, precisó que el 92% de los puertorriqueños se han marchado y los que han quedado trabajan en puestos relacionados a la salud o emergencias.

El padre José Rodríguez Sanjurjo, de la iglesia episcopal Christ the King en Orlando, destacó que las múltiples llamadas que ha recibido son “de gente con miedo, con que no sé si mi casita va a sobrevivir. Las casas en Puerto Rico son de cemento, las casas de Orlando son de madera”.

Mientras, la comisionada del distrito 4 de Orange County, Maribel Gómez Cordero, explicó que la “ansiedad” que ha generado este huracán desembocó en múltiples llamadas a sus oficinas de boricuas que quieren que los ayude a viajar a la Isla.

“No quieren pasar el huracán aquí”, dijo.

La situación de los boricuas en la Florida, la mayoría de los cuales se les considera “hijos de María”, pues salieron hacia el estado cuando Puerto Rico quedó devastado por ese ciclón, es diferente a la de muchos grupos de latinos con los que conviven.

“Yo entiendo que nosotros los puertorriqueños nos estamos preparando bien fuerte, porque tenemos un doctorado en huracanes y sabemos lo serio que esto se pone”, explicó el presidente de la Asociación de Puertorriqueños Viviendo en Florida y residente en Sanford, Héctor Rodríguez.

“He visto una comunidad trabajando, una comunidad unidad, buscando alternativa”, añadió, al destacar que las redes sociales se han convertido para los boricuas en la principal fuente para informar sobre dónde se pueden conseguir víveres, gasolina, sacos de arena o madera, en momentos en que ya se registra escasez.

Pero, lo más que destacó el hombre es que ha observado desprendimiento para dejar el hogar y buscar un lugar más seguro para pasar el huracán.

Expuso que los boricuas se han convertido en ejemplo para otras comunidades de latinos que no conocen de huracanes, como venezolanos y colombianos.

“Mi recomendación es, primeramente, poner todo en la mano de Dios y, segundo, guardarse, proteger a la familia”, dijo Rodríguez.

El religioso Rodríguez Sanjurjo, experto en desplazamiento de comunidades, destacó que Milton ha provocado que se perciba cómo el boricua quedó “traumatizado” tras el paso del huracán María. Reiteró que todas las comunicaciones que recibe son de personas “con miedo”.

La gente conocía de un huracán en la Isla. Aquí están en un contexto diferente y hasta la casa, la construcción de la casa es diferente”, destacó.

El episcopal dijo que a todos los que le han consultado qué hacer por la inseguridad que sienten por estar en viviendas de madera o casas móviles, les pide que se marchen a un refugio o busquen un lugar seguro fuera de la zona del impacto del huracán.

Nosotros somos un pueblo que sabe sobrevivir. Para nosotros los huracanes no es algo nuevo. Pero, al boricua recién llegado, tenga cuidado. No tome nada por seguro. Este huracán va a ser en inglés, la ayuda va a ser en inglés, no en español. Sigan instrucciones de los gobernantes y recuérdense que la casita es temporal, la vida es importante”, afirmó Rodríguez Sanjurjo.

Asimismo, la líder de Boricuas de Corazón agradeció toda la cooperación que ha recibido de los puertorriqueños cuando se le instruye a abandonar a la ciudad.

“Todo el mundo ha decidido irse. Los (boricuas) que están son ‘first responder’, de la Defensa Civil, que estamos obligados a quedarnos. Han tomado las previsiones, porque están más temerosos de pasar otro huracán”, reconoció la mujer.

Comentó que su organización también ha colaborado en movilizar a otros grupos de latinos. Comentó que ha visto una mayor resistencia de parte de los cubanos.

“‘Que no me voy, que no me voy’ y luego son las víctimas. Nos ha costado bastante. Son varias comunidades de cubanos que se atañen en las cosas materiales, quizás por lo que han vivido”, indicó.

En general, Pérez Hillsborough pidió a los boricuas que “mantengamos la calma, no tener pánico” y proteger a sus familias. Además, mostró preocupación por la cantidad de escombros y las inundaciones que aun quedan en las calles a causa del huracán Helene.

Entretanto, Osvaldo Fonseca, gerente de integración comunitaria de la organización Del Ambiente, enfocada en el desarrollo de la comunidad LGBTQ+, expuso que los cambios de intensidad que ha presentado Milton ha generado mucha incertidumbre entre los boricuas. Dijo que por ello han estado activos para orientar sobre cómo prepararse para buscar un refugio.

“La experiencia es que muchos puertorriqueños que vinieron luego del huracán María han tomado acción para no repetir el trauma de estar en un lugar y sentir que todo va a salir volando. La gente se está movilizando”, sostuvo.

Pero, esta gran movilización ha generado mucha congestión de tráfico este martes y extensas filas para comprar gasolina, dijeron los entrevistados.

También tronaron contra los precios, descritos como “abusivos”, que impusieron las líneas aéreas en los vuelos directo de Orlando a Puerto Rico. La comisionada Viviana Janer, de Osceola County, relató que los vio hasta a $7,000.

“Eso es el egoísmo. Cada vez que hay desastres, nos queremos aprovechar y eso es un pecado. Eso es algo muy grosero”, sentenció el sacerdote episcopal.

Por otro lado, la organización Boricuas de Corazón ya activó sus líneas de ayuda y de recaudos ante este inminente azote.

Pérez Hillsborough informó que si algún puertorriqueño interesa contactar a un familiar tras el paso del huracán, puede llamar a los teléfonos 813-502-5021 y 954-496-1463. Mientras, el ATH Móvil para recaudar fondos para cumplir con la misión de llevar alimentos a los damnificados es el 347-942-3698, bajo el nombre de Zulma Medina Rodríguez. También puede depositar fondos directamente en Vega Coop, a la cuenta 102164700.