Boricua en Washington llegó hasta Utuado para reconstruir casa post María
Este puertorriqueño sintió la necesidad de ayudar luego del paso del huracán.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 7 años.
PUBLICIDAD
LUEGO DE seis años sin visitar la patria que lo acunó, el guayamés Dionel Cádiz se montó en un avión y regresó. No para quedarse, sino para ayudar a una maestra de 65 años que recientemente conoció.
Este ingeniero mecánico se fue del País en el 2005, para cumplir su sueño profesional en Seattle, Washington, tras una contratación de la empresa Boeing. Allá echó raíces, se casó, tiene dos hijos y hasta creó una compañía de construcción.
Mas su amor por el terruño nunca se desvaneció. Y como miles de puertorriqueños en la diáspora se entristeció, cuando el huracán María arrasó con el pueblo.
“En el momento que María vino, yo vi la necesidad y no sabía cómo ayudar y busqué diferentes formas para brindar recursos sin tener que venir para no ocupar un espacio, molestar. Pero lo que quería hacer era montarme en un avión y ayudar”, admitió Cádiz, un exempleado de la Defensa Civil de Guayama.
“Hace seis años que no venía, porque si venía a Puerto Rico no era de vacaciones sino a ayudar. Es una frustración ver que las ayudas no llegaron cuando tenían que llegar, la gente sufrió más de lo que debió sufrir, siendo parte de Estados Unidos, y allá no entendíamos qué era lo que estaba pasando porque no había comunicación”, aseveró el ingeniero mecánico, graduado de la Universidad de Puerto Rico en Mayagüez.
El deseo de Cadiz se acrecentó cuando conoció la historia de la maestra utuadeña Margarita Batistini, quien perdió la casa donde vivía con sus dos hijas en el barrio Caonillas.
Inmediatamente, Dionel convocó a su comunidad de fe en Overlake Christian Church, a través del pastor Mike Howerton, quien junto a un grupo de feligreses adoptaron la reconstrucción del hogar de esta educadora.
“Solamente lo compartí con la iglesia, ‘oye, sería una historia bien bonita que una iglesia de tan lejos, una linda historia de un grupo que tomó la carga, tomó el reto’. Yo no pensaba venir, quería ser facilitador, ayudar, pero Dios quiso otra cosa y aquí estoy de líder”, confesó.
De esa manera, Dionel pisó suelo borincano el pasado 23 de julio, con un batallón de ángeles dispuestos a levantar la casa de Margarita, ubicada en uno de los sectores más lejanos del país. Pero el reconocimiento del caso fue posible, gracias al interés de un matrimonio de Manatí que conoció a Batistini y se comprometió a devolverle la esperanza.
Se trata de los fundadores de Manatí Mission, Griselle Ríos Rivera y Luis A. Burgos, quienes conocieron a Batistini cuando llegaron a Utuado a repartir alimentos y lámparas solares.
“Un día de Acción de Gracias, mi esposo y yo salimos a repartir compras después de María, y nos tiramos para acá sin conocer a nadie. Le preguntamos a la líder comunitaria, que nos trajo a esta área donde hay muchas familias con necesidad”, recordó Ríos Rivera.
“¿Nos permitiría orar por usted? Fue lo que le preguntamos a miss Batistini que muy amablemente dijo que sí, le dimos la lámpara y la comida y nos fuimos. Pero llegando a mi casa le dije a mi esposo que nosotros podíamos hacer algo más por ella, y luego de varias semanas regresamos, grabamos un video con la historia de ella y lo enviamos a varias iglesias en Estados Unidos”, agregó la exestilista que regresó a la isla con su esposo hace siete años.
El milagro se dejó sentir cuando varias iglesias se mostraron interesadas en ayudar a la educadora utuadeña y desde entonces, han llegado tres grupos para limpiar, recoger, y ahora la iglesia donde asiste Dionel, vino a trabajar en labores de construcción por 10 días.
“Es un sacrificio dejar a mis hijos (Seatlle), tuve que coger vacaciones, un proyecto que tuve que dejar encargado, pero tenía que hacer esto, era el momento porque queríamos darle esperanza a una familia antes de que pase algún fenómeno natural. Pero para mí es un privilegio estar aquí”, sostuvo Dionel Cádiz, exresidente de Jardines de Guamaní en Guayama.
“Tuvimos la dicha de recolectar fondos a través de organizaciones en Estados Unidos, La Isla Foundation, que ellos cogieron la batuta de poder ayudar a las familias desde Seattle. Parte del material que estamos usando fue en parte donación de ellos, también de la gente, la iglesia, las compañías de nosotros y la comunidad hispana, especialmente la colombiana a través de mi esposa, Johanna Villamil”, expresó el ingeniero puertorriqueño.
Cádiz aseguró que esta no será su única visita.
“Soy bendecido, no me puedo quejar y quiero continuar ayudando a mi gente de costa a costa. Vamos a regresar para ayudar a otras familias en el país”, afirmó el egresado del RUM.