Los resultados de las necropsias practicadas a las dos ballenas piloto que fallecieron el miércoles luego de quedar varadas en el área de La Playuela en Cabo Rojo  reflejaron que no sufrían enfermedades aparentes, por lo que no se descarta que hayan muerto a causa de un accidente.

Las biólogas Grisel Rodríguez y Nilda Jiménez, del Programa de Rescate de Mamíferos Marinos del Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA), informaron ayer  que serán los análisis patológicos los que arrojarán resultados más precisos.

“De todo lo que encontramos se tomó muestra y las vamos a estar enviando al laboratorio de Estados Unidos para que realicen la patología y nos den un cuadro más claro de si las observaciones que hicimos en la necropsia fueron significativas y si fueron las causantes de la muerte del animal”, explicó Jiménez.

Relacionadas

La primera ballena piloto a la que se le realizó la necropsia fue a una hembra de 11 pies con tres pulgadas a la que se le detectó una hemorragia frontal, frente a la aleta dorsal, que se cree fue producto de un golpe. La otra era un macho de 15 pies de largo, al que se rescató con vida  pero murió poco después, al que  se le encontraron úlceras en el estómago y una lesión en el hígado.

“Entendemos que tiene que haber sido por algún accidente porque el oleaje, a pesar de que estaba fuerte, no estaba tan fuerte como para que una roca lo impactara... Y uno de los veterinarios nos dijo que ese impacto fue antes de la muerte del animal”, dijo Rodríguez.

La científica dijo que no se encontraron heridas o señales de hélices en la ballena, pero aclaró que algunas embarcaciones pueden impactar y no dejar marcas.